El congresista por Ica, Raúl Doroteo, es uno de los ‘Niños’ que, según Karelim López, se coludieron con Pedro Castillo y con el ex ministro Juan Silva del MTC, para sacar provecho de obras direccionadas a la empresa peruana INIP consorciada con constructores chinos. Karelim contó cinco ‘niños’ pero solo mentó dos; el primero, Doroteo y el segundo, Juan Carlos Mori Celis de Loreto. La chapa permanece en el misterio. Según contó el abogado César Nakazaki, su defendida la leyó cuando abrió un USB del exsecretario Bruno Pacheco, y encontró el archivo llamado ‘Los Niños’ con una lista de obras y milagros asociados a los 5. Ternura, paternalismo o ironía, vaya uno a saber por qué Bruno y posiblemente Pedro llamaban así a estos descarriados nietos políticos de Fernando Belaúnde.
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¿Qué hacía el más presunto de los ‘Niños’ el 24 de julio del año pasado, cuando se empezó oficialmente a tejer lo que se devela ahora? Doroteo era vocero alterno de Acción Popular (AP) y estaba apresurado por entregar al oficial mayor del Congreso, Yon Pérez Paredes, el oficio inscribiendo la lista a la mesa directiva presidida por María del Carmen Alva (ver el documento). Un dato llama la atención. No lleva la firma del vocero principal, Carlos Zevallos, sino la de Doroteo. Llamé a Zevallos y me dio su versión: me dijo que él prefería esperar –el plazo se cerraba al día siguiente a las 8a.m.- la respuesta de Perú Libre para formar una mesa de centro concertada con el gobierno. Y agregó: “Llegué tarde, por problemas de tráfico, y pregunté por el documento. Me dijeron que ya se había presentado. Eso me molestó mucho. En un momento, pensé en retirar mi firma, porque no se respetó la titularidad del vocero principal”.
Se fundió el motor
Ese 24 de julio del 2021 día quedó confirmada la fisonomía de la bancada de AP, nada sorprendente para quienes habíamos seguido de cerca la aventura de la bancada precedente con Manuel Merino: indisciplina, apuros subalternos, facciones enconadas y la apuesta de los más vivos por un status quo opositor que daría más valor a sus votos de veleta que a hacer una alianza con el oficialismo comprometiéndolos a votar en bloque. Mientras Zevallos buscaba, según su versión, ese acuerdo (finalmente, renunció y se pasó al oficialismo a través de la bancada de Perú Democrático), otros se preparaban para entendimientos de distinto calibre.
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¿El apuro de Doroteo por inscribir la lista con Alva la convierte en una ‘Niña’? No es tan simple. Doroteo la respaldó entusiasta en contra de Zevallos, que era el otro candidato interno a la mesa directiva. No descartemos, aunque lo niegue el entorno de Alva, que Doroteo haya influido en ella como consejero de treguas en momentos de confrontación; pero es visible que mientras los ‘Niños’ afianzaban su relación con Palacio y el MTC, ella se codeaba con las bancadas vacadoras. En realidad, de los 15 curules que quedaron a AP tras la salida de Zevallos, son pocos los que coinciden parcialmente con su anticastillismo. Me mencionan fuentes de AP, como relativamente cercanos al pensamiento de Alva, a Karol Paredes, la presidenta de la Comisión de Ética; Silvia Monteza de Cajamarca; Wilson Soto de Huancavelica; Carlos Alva de La Libertad; José Alberto Arriola, el único otro limeño de una lista esencialmente regional, como lo es el gobierno de Castillo. Pero, en conjunto y en promedio, la bancada está más cerca de las inclinaciones castillistas de ‘Los Niños’ que de la onda vacadora de la limeña Maricarmen.
Darwin Espinoza de Áncash, otro de los presuntos ‘Niños’, no fue mencionado por Karelim, pero su nombre, junto a los de Ilich López de Junín y Jorge Luis Flores Ancachi de Puno, se difundió ampliamente en la prensa, pues dirigentes de AP contaron que los tenían bien identificados como el grupo renuente a que la bancada tome una posición de firme control político. Es más, en un tweet de la comisión política del partido, se dice que “la Secretaría de Disciplina tomará declaración uno por uno a los cinco correligionarios de @Apbancada para oír sus descargos”. No dicen los nombres pero es tácito que saben quiénes son. Llamé a dos dirigentes que me dijeron que, en efecto, ellos tienen claro que son esos 5 y no otros. Ahora bien, el comité político está con las manos atadas: sus cargos están en una nebulosa administrativa, no pueden expulsar a nadie y la bancada nunca les hace caso. Sobre eso retornaré luego.
Volvamos a Darwin. Apenas fue ponchado tras la bomba de Karelim, negó todo y lanzó acusaciones a diestra y siniestra. Dijo que un auto misterioso lo estaba reglando, que puede demostrar que sufrió presiones indebidas para votar contra el gobierno –esto fue durante su intervención en el debate de la investidura, blandiendo su celular con las supuestas pruebas- y que Alva debe renunciar a la presidencia. Lo llamé y, aunque se guardó el contenido de sus pruebas, me dijo que incluyen mensajes escritos y, también, llamadas grabadas.
A diferencia de Doroteo y los otros presuntos niños que la apoyaron en su momento y llevan la fiesta en paz con ella, el ancashino sí ataca a Alva y la amenaza con publicitar lo que todo indica, serían arengas y presiones pro vacadoras. ¿Hay una historia detrás de esta inquina? Sí, me la contaron una fuente de AP y otra que trabaja en el Congreso. Los detalles coinciden: El despacho de Espinoza solicitó un auto al Congreso. El Congreso se lo entregó, bajo el supuesto de que se usaría dentro de la ciudad. Sin embargo, el congresista viajó con él a Piura, con tan mala suerte que, en el regreso, se le fundió el motor y lo tuvo que dejar en la carretera. Ello devino en un problema administrativo y económico, que Espinoza afronta de mala gana y culpa a Alva de haber agravado su desgracia automotriz.
Le pedí a Espinoza su versión. Me dijo que pidió el auto prestado porque el suyo estaba en mantenimiento y asumió que podía viajar con él. Me dijo que fue a un evento distrital pero no recordaba el nombre del distrito piurano al que fue. En el retorno de Piura hacia Chiclayo, cerca de un peaje, algo explotó y salió mucho humo. Tuvo que dejar el vehículo en el peaje, resguardado por su acompañante. Una vez en Lima, Alva lo llamó a su despacho y lo recriminó por haber viajado con un auto que solo era para usar en la ciudad. Él le retruco que no conocía esa limitación y se comprometió a pagar la reparación que, según me dijo, “es casi un sueldo”. Agregó que sabe que Alva ha contado este incidente a otros miembros del partido, refiriendo que, de esta forma, lo puede comprometer con “su posición por la vacancia, porque eso es lo que buscan con sindicaciones como las de los ‘Niños’, debilitar a quienes no nos alineamos con la vacancia”.
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En realidad, Espinoza tiene que responder por un rosario de acusaciones. Un reportaje de Sudaca consigna algunas relacionadas con el mal uso que habría hecho del local partidario en Chimbote. Cuando se lo pregunté, salió con que no había leído aún el reportaje y que nunca manejó ese local. Sobre la denuncia de un reportaje de Latina que muestra sus presuntas influencias en el Ministerio de la Producción (Produce), me reiteró lo que ya había dicho a ese canal. Que ha tenido un vínculo laboral con el ministro Jorge Prado Palomino (fue su subordinado cuando este era ejecutivo de la empresa Almacenera del Perú del Grupo Romero), pero que no tuvo nada que ver con su fichaje ni con que Yuri Pérez Palacios, hermano de su asesor Javier Pérez Palacios, sea ahora director general de Pesca en ese ministerio.
Por cierto, estos últimos indicios confirman lo que les conté en las “Las cuotas secretas de Pedro Castillo” (6/03/22), sobre el Produce como la cuota secreta de AP. Primero, el ministro Róger Incio, fue propuesto por un grupo de profesionales del partido que habrían sido apoyados por Carlos Zevallos (él me lo negó, pero otras versiones insisten en su participación). Esto no gustó a ‘Los Niños’, enemigos suyos desde el comienzo, y pidieron al gobierno sacar a Incio para poner a Prado Palomino. Espinoza, aunque no admite que Prado este por presión de AP, si admite que se opuso al fichaje de Incio.
¿Cómo así un gran partido, el más viejo de los que tienen bancada (se fundó en 1956), preside la mesa directiva, se jura de oposición y tiene hasta cuota ministerial? Para explicar eso, hay que entender algunas claves de la historia que se las conté en “Manuel Merino y la lámpara maravillosa” (27/9/2020).
Microcéfalos
Hace mucho tiempo, en los tempranos 80, Andrés Townsend, entonces líder histórico aprista, calificó a AP como una ‘federación de independientes’. Quiso acusar en sus rivales de la lampa cierta tibieza ideológica que les permitía tener facciones diversas y acomodaticias. Pero la frase, leída en su tiempo, fue una exageración y un agravio. Hoy, en cambio, se acerca a una descripción.
Cuando el fundador y dos veces presidente Fernando Belaunde Terry murió en el 2002 dejó en su lugar a Valentín Paniagua, una cabeza menos aglutinadora que la suya. El breve presidente de la transición del 2000 no tuvo éxito cuando se vio con las urnas y su candidatura fracasó en el 2006. Murió poco después y el partido quedó con el perfil que le ven ahora: una masa informe, multi y microcéfala porque las bases son amplias (tiene un padrón de más de 200 mil afiliados) con varias cabezas pequeñas que se contradicen entre sí aunque todas se reclamen en el cómodo centro.
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Esta estructura informe es funcional a la política peruana. Encarna la descomposición de los partidos pero a la vez la detiene y le saca réditos. Me explico: AP es el partido de mayor participación en elecciones internas (29, 692 votaron para elegir al candidato Yonhy Lescano y a la lista congresal en el 2021), al punto que se puede decir, con democrática certeza, que las bases deciden más que los dirigentes. En el 2019, AP preparaba un congreso para renovar a sus cuadros nacionales. Por líos de facciones, de esos en los que una impugna a la otra y se traban los procesos internos, el evento no se pudo realizar. Pasó algo extraordinario en el camino. Vizcarra disolvió el Congreso y convocó nuevas elecciones parlamentarias. La frustrada campaña para elegir a la nueva dirigencia se convirtió en campaña para elegir candidatos al Congreso. Y vimos en todo su esplendor el poder de los alcaldes distritales del partido.
No se puede entender a AP sin aquilatar el peso del bloque de alcaldes limeños que ganaron sus plazas, en buena parte, gracias al arrastre de Jorge Muñoz. Ellos tienen la capacidad de movilizar, gracias a la logística y el copamiento partidario en sus municipios, a tal cantidad de militantes, que pueden determinar quien ocupa los primeros puestos en las listas de Lima y en las candidaturas nacionales. Yonhy Lescano, por ejemplo, veía difícil su triunfo como candidato presidencial en las internas, pues ese bloque apoyaba al otro candidato importante, Alfredo Barnechea. Pero con la renuncia de este último, Lescano ganó con holgura.
Los más notorios alcaldes del bloque limeño son Julio Chávez Chiong de San Martín de Porres y Jorge Quintana de Jesús María. Su capacidad de convocatoria es tal, que en el congreso complementario Quintana logró el número 1 para su ex funcionaria Mónica Saavedra y Chávez, el número dos, para su esposa Leslye Lazo y, en el 2021, se colocó en el parlamento andino. En este congreso, el 1 por Lima, Arriola, ha sido funcionario de Edde Cuéllar, alcalde acciopopulista de Ate. Todo este grupo conoce a Alva, pues ella iba de primera vice presidenta en la plancha del renunciante Barnechea.
¿Este bloque limeño, una elección después, respaldó a los Niños castillistas? No necesariamente, pues ninguno de aquellos requirió sus votos para ser elegidos en sus regiones; pero Chávez Chiong tiene relación estrecha con algunos de ellos. Cuando cubileteó internamente para ubicar a Lazo en el parlamento, trabó contacto con varios dirigentes regionales y, por decirlo de alguna forma, expandió a nivel nacional su habilidad para influir en las campañas internas. De hecho, eso le sirvió para lanzarse en octubre del año pasado, a candidatear a la secretaría general del partido. En su lista, estuvo Ilich López, otro de los sindicados como ‘Niños’, a pesar de sus rotundas negativas, como candidato a la secretaría de asuntos regionales y Elvis Vergara, el actual portavoz, como candidato a vicesecretario de organización. Para completar su relación con los ‘Niños’, llama la atención el entusiasta apoyo, en su cuenta de Twitter, a Raúl Doroteo a pesar de las gravísimas imputaciones que pesan sobre él.
A pesar de su popularidad y fuerza logística, Chávez no ganó esa elección. Por muy pocos votos, luego de una guerra de impugnaciones, ganó Edmundo del Águila Morote, ligado a la burguesía limeña fundacional del partido. A la proclamación de los resultados, siguió una nueva guerra de impugnaciones que acabó mal, pues el JNE ha determinado que, mientras subsistan esas trabas administrativas, la autoridad reconocida será Alan Kessel, el secretario vigente antes de las elecciones.
El enfrentamiento de Del Águila con Chávez, es otro síntoma del clivaje social del partido, entre ese sector, más hacia la derecha, que encarnan Del Águila y el actual secretario por Lima y alcalde de Magdalena, Carlomagno Chacón; y las inquietas bases regionales y de la Lima populosa, más hacia la izquierda, que Chávez busca conquistar. En los congresos pasados, vimos esa misma dualidad en las públicas discrepancias entre los más notorios parlamentarios de AP, Víctor Andrés García Belaúnde y Yonhy Lescano.
Sin embargo, los simpatizantes de Lescano apoyaron a Del Águila, pues, según me dice uno de ellos, no confían en el aparato, el clientelismo y los móviles de Chávez. Conversé con Mesías Guevara, gobernador de Cajamarca y presidente del partido hasta que se resuelvan las impugnaciones y un congreso elija a otro. Ve el lío de facciones con mayor distancia y neutralidad y destaca que quien quedó tercero en la elección de octubre, Rafael Vásquez, obtuvo un importante respaldo en regiones.
La ‘federación de independientes’ es funcional al estado de cosas. El partido suelta las amarras pero mantiene, precariamente, el vínculo que le permite ganar, cubiletear y copar; privilegiando, penosamente, el pacto informal sobre la alianza política con voto disciplinado. En la AP de nuestros días se pueden ver, con pasmosa normalidad, fenómenos como el de un portavoz que cambia de bancada y mantiene el vínculo de asesoría profesional que tenía con el ex candidato presidencial Lescano. Llamé a Lescano para que me confirme si, a pesar de ser miembro del comité político del partido, asesora a un congresista de Perú Democrático. Me respondió: “Es un vínculo profesional, lo apoyo en todo lo relacionado a Puno, que es mi región, pero me desentiendo de su bancada”. Respecto al comité del que es parte, le dice que suscribe los últimos comunicados y agrega un matiz: “Se debe interrogar no solo a los 5, sino a 6 o 7 o más”. Ciertamente, pretender que son 5, es ingenuo. Por ejemplo, en una visita palaciega Doroteo estuvo acompañado del actual portavoz Elvis Vergara. Es más, según una fuente de Palacio, ambos pasearon por el despacho en una actitud mucho más familiar que la de invitados de otras bancadas u organizaciones. Vergara, además, es responsable del primer comunicado del grupo rechazando de plano las imputaciones de Karelim López, ¡sin siquiera prometer una pesquisa interna! En un segundo comunicado, recularon culposamente.
El negacionismo de la bancada cayó muy mal en el partido y provocó agitación en la militancia. De ahí que los nombre de los 5 corrieron como reguero de pólvora y viejas y nuevas rencillas afloraron en las redes. La más notoria es aquella entre el alcalde Chávez y Edmundo del Águila Morote, miembro del Comité Político que suscribe los comunicados anti ‘Niños’. Chávez arremete contra Del Águila en abierta defensa de los cinco sospechosos comunes.
Tanto Guevara como Lescano, se muestran contrario o escépticos respecto a la vacancia y piensan que la bancada sólo debiera inclinarse hacia ella si hay pruebas de corrupción más contundentes que la declaración de Karelim López. Lo mismo me dijo Darwin Espinoza. Le pregunté a Yonhy si, como se rumorea, Castillo le ofreció ser primer ministro o alguien lo sondeó. Lo negó a pesar de mi insistencia y me dijo que las conversaciones que ha tenido con él se limitaron a ver temas de Puno. Guevara también aclara que sus conversaciones con Castillo se deben a su condición de gobernador.
He aquí un partido grande, el segundo más viejo después del APRA, con tanta suerte electoral que se ha dado el lujo de prohibir invitados en sus listas (de ahí la medianía de la bancada), con vocación de veleta soplada por los vientos del centro más que de fiel de la balanza, lleno de emprendedores de toda condición frotando la lampa para que se cumplan sus deseos.
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