La presidenta Dina Boluarte brindó un discurso con una extensión de 79 páginas, con una serie de anuncios en distintos sectores. Con el fin de tener un análisis integral del mensaje a la nación, El Comercio convocó a seis congresistas para conocer sus impresiones y brinden una calificación. La presidenta obtuvo 11.5 como nota promedio de parte de las autoridades legislativas.
Los parlamentarios convocados para esta evaluación son César Revilla (Fuerza Popular), Lady Camones (APP), Digna Calle (Podemos), Flavio Cruz (Perú Libre), Ilich López (Acción Popular) y Diana Gonzales (Avanza País).
Así califican los congresistas al mensaje a la nación
Debo destacar del mensaje presidencial lo relacionado al sector salud: según manifiesta se encontraron 57 obras paralizadas que han sido destrabadas de las cuales 11 fueron ya fueron culminadas y 16 se encuentran en ejecución.
Asimismo, es importante el impulso que se desarrollará en la construcción de 5 hospitales de alta complejidad entre ellos el hospital de Piura.
Además mencionó que se mejorarán y ampliarán los servicios de salud del Hospital Nacional Arzobispo Loayza y el Hospital Nacional Sergio Bernales con inversiones de 2.000 y 1.000 millones de soles, respectivamente.
Pero vuelve a dejar poner como tema prioritario, la optimización del SIS, los peruanos merecen atención médica de calidad, debe haber coherencia entre cifras que maneja SUSALUD y el MINSA. Es más, SUSALUD ya debería ser un órgano independiente y de control.
Lo positivo del mensaje de la presidenta Dina Boluarte, es la ejecución del Proyecto Chinecas, que generará trabajo, aumentará la producción agraria y podrá asegurar la alimentación de nuestra población. Sin embargo, dicho proyecto debe ir acompañado de los necesarios desarrollos en servicios públicos y en seguridad.
También saludamos el anuncio de la culminación, para diciembre de este año, de la vía de evitamiento de Chimbote, así como la contemplación de una adenda para la instalación de puentes peatonales y acceso a nivel, solicitado por nuestro despacho.
Es positivo el anuncio de la implementación de una nueva escala salarial de las FFAA y PNP, que sea proporcional a las funciones y deberes que ejercen.
Recojo tambien la implementación del programa de vacunación con el VPH y la implementación de las unidades de flagrancias, propuestas que desarrollamos y apoyamos desde el Parlamento; pero si tomo nota de la nula mención de mi región en su implementación, ello debe corregirse.
La principal deficiencia es la ausencia de estrategias concretas para enfrentar la inseguridad ciudadana, ni un plan conjunto con el Ministerio Público y el Poder Judicial, de nada sirve que se capture o desbarate una organización criminal si esta es liberada por “falta de pruebas”. La región Áncash en materia de seguridad no ha sido mencionada. Lo cual es inaceptable.
Suman más de 1.700 obras paralizadas a nivel nacional, y resulta difícil pensar que el destrabe de estas se lograrán en el corto plazo con la creación del anunciado Ministerio de Infraestructura. No se pudo conseguir el destrabe de obras en el casi año de gestión de la Autoridad Nacional de Infraestructura, y está por verse cuánto tiempo tomará la implementación del nuevo ministerio que, con la resistencia que encontrará y la burocracia, lo más factible es que no veamos sus primeros resultados hasta el 2025.
En lo que resta del año, el Gobierno Central debería trazar un plan concreto con los gobiernos regionales y alcaldías para, mientras se implementa el nuevo Ministerio de Infraestructura, puedan destrabar y cerrar brechas con los proyectos de inversión más importantes del interior del país, sobre todo en conectividad, salud y educación. No es posible que al menos 14 municipalidades se encuentran endeudadas y no haya ninguna mención sobre el plan de rescate.
En lo que respecta a seguridad ciudadana, resulta ingenio pensar que un cambio de nombre al Ministerio del Interior va a cambiar el panorama de la lucha contra la delincuencia. El año pasado, la presidenta Boluarte anunció un proyecto más concreto con la creación de la policía del orden, pero esto fue rechazado por el Congreso. El discurso nos mostró un recuento de las bancadas desarticuladas: 11.600 en el 2023 y 7.000 en lo que va del 2024. En total, más de 18.000 bandas que, presumiendo que cada una de esta cuenta con un mínimo de tres integrantes, nos daría más de 55 mil detenidos. Está claro que no todos están recluidos en penales, porque no tenemos espacio y porque la mayoría sale libre. Sobre estos dos últimos problemas, no se ha anunciado ninguna promesa que no hayamos escuchado antes.
Un discurso para el ensueño, aburrido, lato, irrespetuoso, carente de capacidad de síntesis y de esencia, con excesivos detalles y pormenores innecesarios para la solemnidad de la ocasión. Tal fue su impacto somnífero que el propio ministro canciller se quedó dormido plácidamente.
Demasiada redundancia de temas y anuncios, muchas medias verdades y proyecciones inconsistentes.
Llama la atención las medidas de mejora remunerativa y pensionaria a favor de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú, discriminando al resto de servidores del sector público, especialmente a los sectores salud y educación, lo que podría provocar reacciones sociales; salvo lo de los pensionistas de la ONP y pensión 65 que son medidas positivas.
Luego de escuchar el mensaje, que resalta avances en la reactivación económica, y el cumplimiento de objetivos poco alineados con las necesidades reales, considero que es urgente plantear un enfoque más robusto y concreto para impulsar una verdadera recuperación con sostenibilidad fiscal. De lo contrario, solo tendremos una economía "con punche, pero a punta de esteroides", es decir, inflada. La estabilidad política es importante, pero insuficiente. Si queremos alcanzar a las demás economías que ya crecen a tasas de 3%, se deben fortalecer a las MYPES, que generan empleo.
Para ello, son urgentes medidas que las incentiven a la formalidad, como créditos con garantía nacional con tasas competitivas, a través del sector microfinanciero, acceso a programas de compras del Estado, acceso al mercado internacional, entre otros. Asimismo, se debe impulsar la creación de zonas económicas especiales, una herramienta que puede ser un motor de crecimiento si se implementa adecuadamente, y que definitivamente debe considerar al centro del Perú.
Lamentablemente, la inversión en agua y saneamiento anunciada no resulta ser suficiente, toda vez que, el estrés hídrico es un riesgo dentro de las megatendencias mundiales, no se mencionó un solo megaproyecto, ni una sola obra de infraestructura para el valle del Mantaro, ni la selva central en la región Junín. Debe existir un compromiso de revisar y fortalecer los mecanismos de intervención que garanticen el acceso al agua potable y a precios justos en las zonas rurales y más alejadas.
Asimismo, el nuevo censo nacional debe priorizar la agricultura familiar y sus necesidades, para garantizar la seguridad alimentaria. Es crucial vigilar los acuerdos gobierno a gobierno con China. Finalmente, considero que el mensaje ha dejado vacíos importantes en anuncios como las reformas en infraestructura, en donde insisto en que la eficiencia del gasto público debe ser siempre la prioridad.
El mensaje presidencial prometió muchos proyectos de inversión; sin embargo, lo que no se dijo fue el “cómo lo harán”, pues la excesiva permisología es la gran cruz que frena la ejecución de proyectos en nuestro país, y, curiosamente, el grueso de permisos los tiene que dar el Poder Ejecutivo, y algunos otros los Gobiernos Locales.
En cuanto a la lucha contra la anemia infantil se mencionó la implementación de un Plan Multisectorial y del Programa “Niños de Hierro”. Más allá del título, mi pregunta es muy sencilla: ¿cuál es la diferencia con las estrategias anteriores que han fracasado? Esa explicación no la tuvimos.
Por otro lado, me llamó la atención la creación del Ministerio de Infraestructura, pues hace 1 año y 4 meses el mismo Poder Ejecutivo propuso, para el cierre de brechas de infraestructura, la creación de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) y en la discusión técnica la PCM nos dijo expresamente que “no estaban de acuerdo con la creación de un Ministerio”. Sin embargo, 8 meses después de la implementación de la ANIN, sorpresivamente cambian de opinión y proponen crear dicho Ministerio. Espero que no estemos ante una improvisación.
Personalmente no me gustan los mensajes sin contenido, que no explican lo más difícil: el “cómo harán las cosas”. No creo en las promesas vacías.