Fernando Vivas

La primera dama confesó que, cuando conoció a su esposo, el presidente Pedro Pablo Kuczynski (), "pensaba que era un hombre muy serio" pero que, luego, notó que "él siempre estaba bromeando".

En su primera entrevista con El Comercio, Nancy Lange dio todos los detalles de su primer encuentro con el hoy mandatario del Perú, con quien coincidió en un evento financiero en Australia, en 1985.

¿Cómo conoció a Pedro Pablo?
Conocí a Pedro Pablo en Australia, en Melbourne. Estuve trabajando para una revista financiera de Nueva York. Mi trabajo era organizar proyectos especiales y fui a Australia para promover inversión en el estado de Victoria, porque mi trabajo se enfocó en mercados emergentes. Pedro Pablo llegó como invitado, un banquero de alto nivel. Yo pensaba que era un hombre muy serio pero, al conocerlo, él siempre estaba bromeando, tenía un buen sentido del humor. Después de conocerlo, tomé vacaciones por una semana...

¿Ahí en Australia?
Sí, con mis amigas. Y, al regresar al aeropuerto, en el avión, estuve en clase ejecutiva y este hombre [Pedro Pablo] regresó de la primera clase y me dijo: “¿Estás aquí? Qué sorpresa”. Y yo le dije: “Sí, estoy aquí, como tú”. Un hombre desconocido estaba a mi costado y él le dijo al hombre: “Yo quisiera sentarme aquí. ¿Quieres ir a primera clase?”. Y el hombre dijo que por supuesto, porque era un vuelo de 24 horas, de Melbourne a Nueva York, un vuelo largo. Él estaba a mi costado y habló por 24 horas, fue casi una tortura. (Ríe) Este hombre hablando y hablando... La historia de su vida, mucho sobre el Perú, qué quería hacer... Aprendí casi todo sobre él durante este vuelo.

¿Estamos hablando de hace 20 años?
Hace 30 años, 31 años, fue en 1985.

Porque sé que ahora ustedes cumplen un aniversario...
20 años de matrimonio...

Pero se conocían entonces desde...
11 años antes de nuestro matrimonio. ¿Por qué? Porque siempre quise trabajar, yo fui a trabajar a Japón por mucho tiempo y él estaba en Nueva York.

O sea, que primero hubo un amor de lejos...
Sí, y él siempre me llamó, dos tres veces por día. Siempre me visitó cuando podía y fue realmente un hombre muy cariñoso.

Y persistente...
Persistente, sí. Y muy alegre, muy alegre siempre.

Claro, ese sentido del humor que a usted la conquistó y que a nosotros todavía nos desconcierta...
Sí, entiendo. (Ríe)

Usted nos ayudará a darnos unas claves para entenderlo.
Como una intérprete.

Lee mañana la entrevista completa en la de El Comercio.

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