“No hay ‘plan mamá Dina’ que busque legitimar un maternalismo criollo o andino ni mucho menos, sino una presidenta improvisando variaciones de tono a ver si le sale una melodía seductora y popular”
1.Aunque me desapruebes, soy tu madre
El lunes en la tarde, la presidenta hizo su primer balance de gestión en el 2024. Dio relieve a la economía del destrabe por sobre la inseguridad, pero tuvo que improvisar respuestas ante preguntas sobre la última, pidiendo ‘chepa’ al Congreso ante las movidas para interpelar y, eventualmente censurar a su ministro del Interior, Víctor Torres Falcón. Reiteró la fórmula ‘todos los ministros están en evaluación, incluido el premier’, que se está gastando en su discurso pero nos regala momentos atrayentes: a su lado estaba Alberto, reprimiendo cualquier gesto que delatara su fastidio ante la mención a su condición mortal. Dina saborea esos pequeños ejercicios de poder, como lo fue su respuesta sobre la gravitación de su hermano Nicanor en el gobierno, negando a rajatabla que él tenga que ver con la ‘contratación de una sola persona’.
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Una colega le pidió una reflexión sobre las críticas a su autodefinición como ‘mamá de todo el Perú’, teniendo en cuenta su muy baja aprobación en las encuestas. Dina replicó que lo dijo porque hace su trabajo con ‘amor de madre’. No hay ‘plan mamá Dina’ que busque legitimar un maternalismo criollo o andino ni mucho menos, sino una presidenta improvisando variaciones de tono a ver si le sale una melodía seductora y popular. Los paternalismos (o su variante de género femenino), suelen asociarse a los autoritarismos de larga duración. Desde el pozo de su desaprobación y débil legitimación política, es una tarea casi imposible para su equipo construir una ‘Mamá Dina’ de aquí al 2026. Ni a un ‘papá Alberto’, ni menos a un ‘Tío Nicanor’. Más posibilidades de forjar talantes paternalistas hay en los gobiernos subnacionales, donde la relación entre ciudadanos y autoridades es más estrecha, tienen menos intermediarios y gozan, en promedio, de mayor aprobación.
2. Pero qué bonita Junta
Mientras Aldo Vásquez, vicepresidente y único vocero de la JNJ, se prodigaba ante la prensa argumentando que haber permitido la permanencia de Inés Tello luego de cumplir 75 años (edad límite para ser miembro según en Art.156 de la Constitución) no es una infracción si se lee junto a otras disposiciones; ¡zas!, se les va un consejero. Henry José Ávila difundió una carta renunciando a la JNJ porque el colaborador eficaz Jaime Villanueva lo mencionó en un pasaje de su extenso testimonio, en un presunto pedido de favores al exministro de Justicia, Félix Chero. En realidad, ello ni había rebotado en los medios ni, mucho menos, provocado un escándalo; pero, igual Ávila se apresuró a renunciar. Su apuro y sus temores cobraron sentido el miércoles cuando el procurador general Javier Pacheco pidió al MP abrir investigación contra Ávila y contra Chero.
Las incongruencias del magistrado son dos: que sostenga que lo dicho por Villanueva es falso y sin embargo renuncie. La segunda es que considere que su paso al costado pone a la JNJ a salvo cuando, por el contario, su renuncia demuestra cuán manejable es dejar el cargo y ser reemplazado por un accesitario; lo mismo que desea una mayoría que espera llegar a 87 votos para defenestrar a los 6 restantes.
3.Paolo, el ídolo inseguro
Paolo Guerrero fue el personaje más seguido de la semana, por motivos que hubiera preferido evitar. Hasta su vuelo del martes entre Rio de Janeiro y Lima fue monitoreado online. Demoró en llegar a Trujillo, donde recién el jueves arrancó su entrenamiento en el club Universidad César Vallejo según contrato firmado. Richard Acuña, dirigente del club, le dio el alcance en Lima y la prensa deportiva, política y de farándula se apostó ante las casas donde las partes negociaron si deshacían el trato o lo respetaban. Paolo decidió respetar el contrato –las alternativas le hubieran resultado muy onerosas- a cambio de una promesa de refuerzo de seguridad para él y para su familia, que había recibido amenazas extorsivas. César Acuña, gobernador de La Libertad y fundador del club y del partido Alianza Para el Progreso, me dijo, en entrevista en RPP, en defensa de su cancha regional y política, que, según le comentó la policía, ‘los mensajes no salieron de Trujillo, salieron de Lima”. Para el líder de APP, el fichaje de Guerrero en una operación liderada por su hijo Richard en tanto presidente del club; es también una operación política. Luis Valdez, secretario general del partido, hizo de abogado en la negociación con Guerrero. Al final de la entrevista mencionada, Acuña celebró el resultado del pulseo entre su hijo y Paolo como una de las razones por las cuáles le gustaría que Richard sea candidato presidencial de APP.
Resuelta la controversia de Guerrero; volvimos los ojos sobre la inseguridad de cada día y el vacío de liderazgo en el combate contra ella. Al gobierno aún le quedan unos días antes de que el Congreso vuelva con la bulla perturbadora de una nueva legislatura. Otárola, el jueves, respondió preguntas a la prensa y, sutilmente, sugirió a Alberto Fujimori, quien había dicho que el fujimorismo respalda al gobierno hasta el 2026, que mejor se preocupe por su salud. Así funciona mejor cualquier pacto o coincidencia de intereses en el Perú desafecto a los políticos: callándolo. No haciendo ‘roche’. Vladimir Cerrón sí sigue siendo roche desde la clandestinidad.