Fernando Vivas

El cadáver de la seguridad ciudadana sigue muriendo mientras los policías son alentados a agarrar a palos a los fiscales. Pero mejor olvídense de la figura y seamos precisos: el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, emprendió hace unas semanas una campaña contra el Ministerio Público (MP), enumerando una casuística de criminales detenidos y puestos en libertad por fiscales. Incluso viralizó su intención difundiendo un video en el que visita una ‘unidad de flagrancia’ (espacio que reúne a juez, fiscal y policía para recibir detenidos pillados en el acto) en Trujillo en la que la silla del fiscal está vacía. Le siguió a Santiváñez, repitiendo la casuística con el ceño fruncido de indignación, el primer ministro Gustavo Adrianzén. (Ojo, la narrativa no es ‘anti poder judicial’, sino exclusiva y selectivamente ‘anti MP’. Es más, el gobierno ha intentado ganar la adhesión del Poder Judicial, pero este, encabezado por su presidente Javier Arévalo, se ha puesto de costado. La selectividad es también presupuestal. Según cifra que me ha proporcionado Miguel Puente, gerente del MP, al PJ solo llega un 3.3% de las denuncias que ingresan al MP; sin embargo, en el 2024 el presupuesto del PJ fue 16.8% mayor que el del MP).

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