"En esta historia, los muertos caminan, suben a estrados y hasta son ovacionados, como pasó con Patricia Benavides en un evento en el Colegio de Abogados de Lima". (Foto: Hugo Pérez para El Comercio)
"En esta historia, los muertos caminan, suben a estrados y hasta son ovacionados, como pasó con Patricia Benavides en un evento en el Colegio de Abogados de Lima". (Foto: Hugo Pérez para El Comercio)
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Fernando Vivas

El 6 de diciembre fue el miércoles negro de la fiscal de la nación. Patricia no llegó a ver el alba del Día de la Institucionalidad (como Boluarte bautizó al jueves 7 de diciembre). La JNJ sentía la urgencia de sancionarla ese miércoles. Indagué si siquiera evaluaron darle una nueva oportunidad para escucharla, ya que se retiró de la audiencia con su abogado Jorge del Castillo, alegando no haber sido notificados a tiempo de la réplica a un pedido de inhibición de magistrados. La respuesta a ese pedido había sido negativa y el alegato de la notificación a destiempo, no le valió de nada. Estábamos en un juego mortal: ‘quién mata primero’.