"Para el Perú, lo del límite terrestre ya está finiquitado"
"Para el Perú, lo del límite terrestre ya está finiquitado"
Redacción EC

MARIELLA BALBI

El artículo 174 del fallo de la corte de La Haya dice que “sería posible que el punto Concordia no coincida con el punto de inicio de la frontera marítima tal como acaba de ser definida…”.
Sí, pero primero hay que leer el artículo 153 que señala: “Ambas partes están de acuerdo en que la frontera terrestre fue establecida y limitada hace más de 80 años en conformidad con el artículo 2 del Tratado de Lima de 1929, que especifica: “La frontera entre los territorios de Chile y del Perú comenzará de un punto en la costa que se ha denominado Concordia, 10 km al norte del puente sobre el río Lluta”. Y continúa: “el artículo 3 del Tratado de 1929 establece que la frontera está sujeta a la demarcación por una comisión mixta consistente en un miembro designado por cada parte”.
 
Es claro, pero por qué…
Es interesante que la corte arranque diciendo que la frontera terrestre fue establecida y delimitada mediante el Tratado de 1929, e indica claramente dónde comienza el punto de la costa llamado Concordia. El fallo continúa y llegamos al artículo 174 que usted menciona. Se lo traduzco: “La corte no está requerida a tomar posición sobre la ubicación del punto Concordia, donde la frontera terrestre de ambas partes comienza. La corte nota que sería posible que el mencionado punto [Concordia] no coincida con el punto de inicio del límite marítimo tal como acaba de ser definido. La corte observa, sin embargo, que esa situación sería la consecuencia de acuerdos ya establecidos por las partes”. No habla de llegar a acuerdos, menciona lo ocurrido en 1929. Hay un problema de traducción que induce a una gran equivocación. Porque si no, la corte estaría diciendo que nos pongamos de acuerdo en tal materia. Eso no dice la corte porque no tiene competencia sobre el límite terrestre, este es un caso de delimitación marítima. Aquello ya fue acordado en 1929. La corte señala no estar llamada a señalar la ubicación del punto Concordia, donde comienza la frontera terrestre.
 
Sin embargo, para Chile el límite terrestre termina en el Hito 1.
No es lo que dice el Tratado de 1929. Se genera, además, una situación extraña porque el Hito 1 está a 200 metros de la costa. ¿Qué ocurre con los 200 metros restantes? Todo está muy claro respecto al límite terrestre. El Perú le pidió a la corte que para establecer el límite marítimo la línea equidistante se iniciara en el punto de la frontera terrestre que es el punto Concordia...
 
Chile aduce que tiene el dominio sobre el triángulo terrestre que va entre el paralelo, el Hito 1 y el punto Concordia, y que tiene 32 mil metros cuadrados.
Que quede claro que este asunto no es materia del fallo de la corte.
 
¿Por qué Chile actúa así? ¿Por derecho al pataleo, por una dificultad emocional para digerir el fallo?
No voy a calificar el porqué. Sí lamento que se haya levantado este asunto en Chile cuando, en realidad, tendríamos que estar concentrados en ejecutar el fallo. No es conveniente mezclar ambas cosas. Para el Perú, el tema del límite terrestre está finiquitado por el Tratado de 1929. 
 
¿Hay un problema de procesamiento emocional del fallo en Chile?
Es natural que un fallo que favorece al Perú en su planteamiento, pero que no deja desguarnecido a Chile, requiera un procesamiento emocional e intelectual tanto en Chile como en el Perú. Terminado este procesamiento, las oportunidades para los dos países saldrán a flote. La corte acuerda las 80 millas porque la pesca –a lo largo de los años– se hacía como máximo hasta la milla 80. De ahí toma el planteamiento del Perú de la línea equidistante. Es un buen fallo. Nadie resulta victorioso al 100%. Hay que saber perder…

Y saber ganar también…
Las dos cosas. Y valorar el fallo y trabajar juntos. Para el Perú es un espacio de mar que no conocemos. El presidente ha dispuesto una exploración para saber con qué contamos.

¿El mojón del punto Concordia está en su lugar?
De acuerdo con las instrucciones de los delegados en 1929, el primer hito tenía que estar en un lugar donde no lo barrieran las olas. Y se colocó a 200 metros de la costa. Chile sostiene desde hace no mucho que a partir del paralelo por donde pasa el Hito 1 se define la frontera terrestre. El Tratado de 1929 es clarísimo. Para el Perú es un tema cerrado.

¿Qué explica la posición chilena de querer tener dominio sobre el triángulo terrestre? ¿Dilatar la ejecución del fallo?
No quisiera creer que ese es el motivo. Es un asunto que surge en el 2001. Chile coloca en el triángulo terrestre una caseta de observación para los carabineros. El Perú reclamó el retiro de la caseta. En 1991 se aplicó una cartilla de seguridad entre ambos países que establece que ningún efectivo militar de los dos países puede acercarse a menos de 100 metros de la frontera y eso se mantuvo. Con lo cual esa zona quedaba comprendida en ese espacio. Repito, eso no tiene nada que ver con los límites marítimos.

¿Es algo por discutir entre el Perú y Chile?
El Tratado de 1929 es claro, la frontera es el punto Concordia. En el 2001 se aplicó la cartilla para llevar la fiesta en paz. Así hemos vivido y podemos seguir así. La reunión de los presidentes en La Habana ha sido importante. Sostuvieron que el fallo se ejecuta. Frente a un ambiente caldeado por este tema, salió un mensaje de tranquilidad y de ponerse a trabajar en la ejecución del fallo. La diplomacia es diálogo, hay que mantener todos los canales abiertos. También aprovechar la confianza generada entre ambos países en los últimos años, a través del trabajo diplomático y de reuniones de académicos, historiadores, periodistas, literatos, religiosos, empresarios, líderes sindicales.
 
Ese triángulo terrestre tiene 32 mil metros cuadrados…
Son tres hectáreas de arena. Es parte del Tratado de 1929, consecuencia del período en que no se ejecutó lo previamente acordado. En 1929 se definió el problema territorial con Chile, por eso es un tema sensible para el Perú. Si Chile tiene algo que decir, que lo plantee y se verá.
 
¿Ante quién, ante EE.UU., garante del Tratado de 1929?
Ante el Perú. Pero teniendo en cuenta esta sensibilidad que el Perú tiene y a sabiendas de que el Tratado de 1929 es claro.
 
¿Si se quisiera el arbitraje del presidente de EE.UU., quién lo solicitaría?
El interesado, Chile. No sería deseable, pero es una posibilidad. Miremos hacia adelante. Con la confianza ganada, las relaciones entre el Perú y Chile tienen un nuevo contexto, muy rico, que debemos aprovechar.
 
¿Es ambiguo este fallo?
Por el contrario, es clarísimo.
 
Nos ganó el tema del triángulo terrestre. Yo quería comenzar esta entrevista preguntándole qué entiende usted por gradualidad en la ejecución del fallo.
Los presidentes lo dijeron: a la brevedad posible, de buena fe y de forma gradual.
 
¿No hay contradicción entre gradualidad y a la brevedad?
No. Hay que ejecutarlo cuanto antes. Lo dijo la canciller Rivas: ni correr, ni arrastrar los pies. A paso ligero. El encargo de la corte a ambos países es establecer las coordenadas de los puntos A, B y C del límite marítimo establecido. Hay que hacerlo ya.
 
¿Cuánto demora una gradualidad?
Es un trabajo técnico y con la tecnología moderna se avanza rápido. Los cancilleres y ministros de Defensa se reunirán en Santiago, pueden definir quién lo va a hacer, o la Marina de ambos países o una entidad técnica internacional. No debe tomar más de tres semanas.
 
¿Eso será en el marco del 2+2?
No. El 2+2 tiene su propia agenda. Paralelamente a esta, los cancilleres considerarán los pasos para ejecutar el fallo, como por ejemplo quién hará las coordenadas. El objeto no ha sido establecer un mecanismo de ejecución del fallo, no se requiere eso sino diálogo y comunicación abierta entre ambos países.
 
¿Qué otros pasos hay que dar?
Cada país tiene que adecuar su legislación interna, aspectos administrativos. Puede haber un intercambio de información. A Chile le preocupa lo del tránsito marítimo y aéreo, pero el dominio marítimo que tiene hoy el Perú es consistente con la legislación internacional. Embarcaciones y aviones chilenos podrán transitar sin problemas. Si el Perú se adhiere a la Convención del Mar será porque así lo decidieron los peruanos.
 
¿Es disparatado pedir el cambio de nuestra Constitución?
No tiene sentido. El Perú respeta la libertad de tránsito. Tal vez se pueda hacer una precisión al reglamento de la Dirección de Capitanía. Hay que generar confianza.
 
Pero Chile desconfía…
¿Y nosotros no? De repente la gradualidad se puede convertir en eternidad. Tenemos un horizonte importante por delante.
 
¿El tema del triángulo terrestre debe ser tocado en el 2+2?
No fue tocado por los presidentes en Cuba y no tendría por qué tratarse en el 2+2. Concentrémonos en ejecutar el fallo. No mezclemos temas. El Perú ya lo está ejecutando. Y Chile ya lo reconoció al no llamar mar abierto al espacio otorgado al Perú. 
 
¿Sería deseable ejecutar el fallo en el gobierno de Piñera?
Sin duda. Se puede hacer. Con las coordenadas, el resto es carpintería interna.
 
La futura presidenta chilena dijo que no había nada que negociar con el Perú…
Eso ya pasó. Fuimos a la corte y hay un fallo. Estoy seguro de que ella fortalecerá nuestras relaciones y las potenciará.
 
¿Tuvo dudas cuando el ex presidente García le propuso ser agente en La Haya?
Soy un hombre de Estado, no iba a rehuir un encargo tan importante. El presidente García tenía confianza en la decisión que tomaba. Yo sabía que era un caso difícil. Esto no lo he contado, pero él me dijo: “Canciller [así me llama siempre], este puede ser su Waterloo”. ‘Joselo’ se encargó de la parte política y diplomática y yo del proceso, por eso durante seis años no hablé con la prensa.
 
¿Aceptaría el cargo de canciller?
No. Yo estoy en el retiro y quiero dedicarme a mi familia y a mis amigos. La canciller Rivas lo está haciendo muy bien. Es inconveniente y poco elegante que, cuando ella tiene que llevar a cabo la ejecución del fallo, se la esté debilitando. No le hace justicia a su labor. Aquí se requiere continuidad.