La historia política de Pilar Mazzetti tuvo un final abrupto. Hoy tiene una nueva y gran responsabilidad frente a los peruanos. El presidente Martín Vizcarra anunció que la exministra encabezará, como representante del Ministerio de Salud, el Comando de Operaciones contra el COVID-19.
Este grupo estará conformado por ocho personas, entre los que también está el exministro Óscar Ugarte, en representación de EsSalud, y delegados de los hospitales de las Fuerzas Armadas, policía y clínicas privadas.
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La infancia de Mazzetti transcurrió en Pacasmayo, acompañada de su padre, un ingeniero mecánico, y su madre, una periodista que cultivó su vocación por la lectura. Su alma máter es San Marcos: allí estudió su pregrado en medicina y su especialización en neurología. Aunque también pasó por las universidades Cayetano Heredia, César Vallejo y realizó estudios en Francia. Su desarrollo profesional ha estado centrado en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, del Minsa, del que fue directora general.
En la transición del gobierno de Alejandro Toledo hacia el de Alan García, Pilar Mazzetti se convirtió en una rara avis política. En el 2004, Toledo la había nombrado ministra de Salud y, tras el fin de su gestión, García decidió mantenerla en el gabinete pero en el sector Interior.
“Cuando le pregunté [a García] por qué yo, me dijo que yo era una persona calmada y, al mismo tiempo, luchadora”, contó Mazzetti a La República, en el 2007. Entre dos políticos eternamente enfrentados, hubo un elemento de continuidad.
El coronavirus no es la primera enfermedad mundial a la que se enfrenta. Durante la época que estuvo en Salud, se reportaron casos de gripe aviar en algunos países asiáticos. Mazzetti tuvo que descartar la presencia en Perú de algún caso de humanos contagiados por esta enfermedad, luego de que se reportara la muerte de un tripulante de un barco carguero a 15 kilómetros del puerto de Ilo. Los síntomas de esa persona no eran compatibles con dicha enfermedad.
En forma preventiva, varios ministros de Salud de la región se reunieron en Lima para abordar el tema, bajo la organización de Mazzetti. En esa oportunidad, las recomendaciones del Ministerio de Salud también fueron mantener una higiene adecuada y cubrirse al toser o estornudar.
En esa cartera, Mazzetti también enfrentó fuertes presiones y demandas de sectores religiosos por incorporar la distribución de la píldora del día siguiente –Anticonceptivo Oral de Emergencia (AOE)– como método de planificación familiar, y administrarlo a las víctimas de violencia sexual que lo requerían. Esta decisión se había adoptado en el 2001, en el gobierno de Valentín Paniagua, pero los antecesores de Mazzetti, Luis Solari, Fernando Carbone y Álvaro Vidal, no lo implementaron.
Su decisión, además de pegada a los protocolos, también tiene otra influencia: la filósofa feminista Simone de Beauvoir. “Ha nutrido mi adolescencia. Es la imagen que he tenido para formarme como mujer”, dijo sobre la escritora en una entrevista en Perú 21.
En varias entrevistas de la época, Mazzetti defendió la tesis de que la AOE no era un método de planificación familiar abortivo. Incluso se mostró dispuesta a enfrentar las acusaciones constitucionales que se le interpongan.
Un trago amargo
En cambio, su paso por Interior fue amargo. Su gestión inició con un 50% de respaldo, cifra superior a las de los primeros titulares de esta cartera de los gobiernos de Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, Oscar Valdez (47%) y Carlos Basombrio (32%).
Antes de asumir, Mazzetti no tuvo experiencia en este sector. En varias entrevistas, señaló que se estaba empapando en estos temas pero que su principal intención era darle mejores condiciones de trabajo a los policías.
Su gestión fue acusada de la compra sobrevalorada de 469 patrulleros a la empresa Automotores Gildemeister. Ella, al igual que los representantes de la compañía, defendió el proceso de adquisición y a los funcionarios de responsables.
Esta fue la primera crisis ministerial que afrontó el gobierno de García, y que se resolvió con la salida de Mazzetti antes de que sea interpelada por el Congreso. Luis Alva Castro, su sucesor, hizo una revisión de los contratos.
"Es lógico que cuando uno se enfrenta a poderes y a este tipo de círculos siempre hay consecuencias y esta (la renuncia) es una de ellas (…) mi error fue tal vez no medir las fuerzas de los círculos de poder alrededor del ministerio y es obvio que son fuertes", dijo en alusión a la corrupción en las adquisiciones en el sector Interior.
En el 2009, luego de esa denuncia, Mazzetti fue incluida como representante de las comunidades nativas en la comisión investigadora del Ejecutivo de los sucesos del Baguazo. Ella firmó el informe final en el que se señala que “la policía estuvo a la defensiva y no al ataque como pretendieron mostrar los medios de comunicación y algunos testimonios”.
Allí también se señaló que la intromisión de actores ajenos –como los congresistas nacionalistas–, y el gran número de apus dificultaron la toma de decisiones por lo que terminó imponiéndose las tendencias violentistas.
Últimos años: entre PPK y el Minsa
En la última campaña presidencial, Mazzetti fue la jefa del plan de gobierno en salud de Pedro Pablo Kuczynski, con quien compartió gabinete en el periodo de Toledo. Incluso estuvo voceada como integrante de su primer gabinete pero no se concretó.
PPK decidió que la especialista Janice Seinfeld lidere el equipo de transferencia en esta materia y, luego, designó a Patricia García como ministra. Luego de su paso por el ojo público, su refugió volvió a ser el INCN.
Durante esta crisis sanitaria, Pilar Mazzetti fue nombrada coordinadora del Ministerio de Salud para los casos de coronavirus en Perú. Esto fue parte de la estrategia del ministro Víctor Zamora de convocar a exministros y expertos en salud para atender temas urgentes. Su primera función fue ser vocera de la implementación del nuevo Hospital de Ate, especializado en esta pandemia.
Mazzetti tiene un gran elemento a su favor: su conocimiento en investigaciones científicas. El portal del Concytec tiene un listado con 43 publicaciones de Mazzetti, como investigadora principal o asistente, en revistas especializadas. Si tenemos en cuenta que gran parte del conocimiento que se desarrolla en torno al coronavirus es reciente, su habilidad para navegar entre papers académicos puede ser una ventaja.
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