Alejandro Soto Reyes está en una montaña rusa desde el 2020. En febrero falleció su esposa Xiomar Alfaro, jueza titular de la Corte Superior del Cusco. En noviembre del mismo año, pasó algo más doloroso, si cabe. Murió Gonzalo, su único hijo. Flash forward: Cuando juró a la presidencia del Congreso el 26 de julio último, Alejandro lo hizo “por el Perú, el Cusco inmortal y la memoria de Gonzalo Soto Alfaro”.
Un mes antes de la tragedia, en octubre, había inscrito su candidatura al Congreso en la lista de Alianza Para el Progreso. Hasta entonces, la política, como candidato, le fue leve. Fue dos veces regidor distrital de Santiago, su distrito natal en la periferia de Cusco, y regidor provincial inhabilitado. Fue tentado por Fuerza Popular para el Congreso pasado, pero la oferta no se concretó.
Sin embargo, la política sí le redituó como comunicador. Fue conductor altisonante por 20 años del programa “Ronda Política” en el canal CTC (Compañía de Televisión Cusqueña). Iban y venían las querellas por difamación; él las recibía y también las interponía contra otros colegas. En la campaña tuvo una ocurrencia: entrevistó a su persona, o sea, a sí mismo, sin humor ni brío. Por ideas gruesas como aquella o a pesar de aquellas, su fama de comunicador lo ayudó a ganar su curul.
Pero, recordemos que estaba en una montaña rusa. No se bajó de ella. Entraron a tallar dos hermanas. La más joven, Yeshira Peralta, se convirtió en auxiliar de su despacho. Con la mayor, la abogada Lizeth Peralta, a quien conocía desde tiempo atrás según contó en su conferencia de prensa, tuvo una relación sentimental de la que nació, a mediados del 2022, un niño. Su único hijo a los 62 años. Siguiendo con su relato, el romance fue fugaz y posterior a la contratación de Yeshira. Tras el nacimiento del bebé firmó un acuerdo extrajudicial con la madre. Sin embargo, a Lizeth se la vio con el hijo en la galería mientras Alejandro juraba su presidencia. El día del padre, dejó en el Facebook un mensaje de un cariño que desborda la relación extrajudicial: “Feliz día del padre, mi amor (…) Gracias por ser un excelente amigo, hijo, compañero y sobre todo, por ser un excelente padre”. No me inmiscuiría en estos expresiones de afecto, si el mensaje no hubiera constado (ya fue borrado) en redes sociales y si Soto no hubiera declarado públicamente sobre su relación.
Chau, chau, APP
El 3 de setiembre del 2022 esta historia había dado otro giro que impidió a Soto bajarse de la montaña. El giro está resumido en una frase de César Acuña, robada a la intimidad de una reunión partidaria: “Mira, si pierden la región La Libertad, chau, chau, chau, APP”. El fundador, presidente y frustrado dueño (porque muchas veces no le hacen caso) de APP; amenazaba a sus cuadros con mandar todo al traste sino se alineaban con los intereses del partido, o sea los suyos, o sea ganar el 2 de octubre la gobernación de La Libertad.
El reclamo de Acuña iba dirigido, en especial, a la presidenta del Congreso, Lady Camones, y ella le respondió con una aquiescencia tal, que sus aliados, en especial de Avanza País y Renovación Popular, la consideraron indigna del cargo y la censuraron junto con la izquierda. En verdad, fue un exceso de celo, pues Camones, en otro pasaje del audio, sí discrepa con Acuña. Una aturdida Lady tuvo que ver su censura en el tablero y dejar su cargo a José Williams.
Mira: Todo sobre el conflicto de la empresa Waynapicchu con Soto.
El audio tuvo, pues, dos grandes efectos. Uno inmediato y fáctico. Que APP perdió su turno en la mesa, a pocas semanas de ganada, pero con chance de reivindicarse cuando acabara el periodo de Williams el 26 de julio pasado. Estaba cantado que el ‘Bloque’, como se suele llamar, era consciente del exceso que se cometió contra Camones, e iba a dar el chance a APP en el 2023. AP, infestada de ‘Niños’, ya no contaba para la mesa; Avanza País ya había sido bien servida con su cuadro Williams; Renovación Popular se aísla para hacer lo que le dé la gana; Somos no tiene gran bancada como para aspirar a tanto y su dirigente Patricia Li se entiende bien con APP; y Fuerza Popular, que sí tiene gran bancada, ha decidido no provocar la vorágine del antivoto y reservarse la primera vicepresidencia más la Comisión de Constitución.
El pacto se cumplió. Ahora entra el segundo efecto, el de fondo: Acuña y APP querían, como ya les dije, a alguien alineado con los intereses del partido y de su líder, y sin juego propio. Williams se había aislado del Bloque y eso resintió a apepistas y fujimoristas. Hubo 3 candidatos en el bolo. La primera opción la tuvo Lady, pues se pensó que quería reivindicarse; pero ella misma se bajó del carro y prefirió mantenerse en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. En realidad, que ella dirigiera la SAC le ha generado la tirria de varios congresistas acusados, y ello le hubiera quitado votos. Otra opción fue la de Eduardo Salhuana, ex portavoz en el primer año, ex congresista en periodos pasados y respetado en la bancada. Sin embargo, ni Acuña ni los aliados fujimoristas, lo perciben alineado con los intereses de la alianza dese que, siendo portavoz, tuvo votos castillistas. También recelan que puede tener contactos con la minería ilegal en su región Madre de Dios. El que quedaba en el bolo era Soto.
Último ascenso
Una vez elegido candidato a la mesa, jurado y sacramentado, Soto está en un nuevo ascenso de la montaña rusa. Su vida sentimental con Lizeth saltó a las portadas y una ley que no promovió pero que lo favoreció fue arbitrariamente bautizada con su nombre (la Ley 31571 que acorta plazos de prescripción de delitos). Atarantado, tuvo que aclarar varios cuestionamientos, quedando una pátina que le dio opacidad. Ante la persistencia de las dudas, anunció una conferencia de prensa para el lunes 28 de agosto. Tremenda distancia declaraba la esperanza de que el tiempo diluya la batahola. No fue así, la presión de los aliados incómodos y de la corrida de firmas para una moción censura, lo obligaron a acortar el plazo. La conferencia la hizo el viernes.
Entre los cargos más serios que respondió, está el caso de una sentencia por difamación a un oficial de policía que, en sí misma, es menos grave que el hecho de no haber pagado a tiempo la reparación civil que el juez ordenó (y que pagó ya siendo congresista). Lo que complicó el antecedente es que en su declaración jurada no incluyó esa información. En su defensa, ha dicho que el Redereci (Registro de Deudores de Reparaciones Civiles) no registraba la deuda cuando hizo la declaración; pero no puede negar que desconocía su existencia pues su defensa legal actuó contra ella. Por lo demás, ello se contradice con su afirmación de no haber perdido querellas por difamación. Cambios de velocidad en la montaña rusa.
Mira: Soto no dijo toda la verdad sobre la madre de su hijo.
El proceso que prescribió gracias a la Ley 31571, fue uno de estafa, interpuesto contra Soto por la Empresa de Transportes Turísticos Waynapicchu. Él fue abogado de la empresa y esta lo acusó, entre otros cargos, de haberles vendido un terreno suyo en condiciones muy desventajosas. El caso ya fue archivado pero Waynapicchu ha vuelto a la carga aprovechando la notoriedad de Soto. En su conferencia, este ofreció devolver el dinero si ellos le devuelven el terreno.
APP teme pasar nuevamente por el suplicio de Camones. Por eso, su reacción instintiva fue defender a Soto mientras le pedían explicaciones en privado. Mis fuentes apepistas me dicen que Soto les contó su vida y que los cargos que se le hicieron tuvieron, de su parte, respuestas satisfactorias. Ello también lo habrá animado a adelantar la conferencia. Después de las tragedias que remecieron su vida en el 2020, lo que está afrontando son turbulencias que no lo devastan. Tras la conferencia de prensa del viernes, ha mostrado muñeca para responder, pero ha quedado tiznado con la pátina de las sospechas. Los motores de búsqueda están afinados sobre su vida y sus respuestas. Podrá remontar las pesquisas y la moción que promueve el congresista Roberto Sánchez, si en el camino no explotan otras bombas.