El martes los medios fuimos prevenidos por el gobierno –con generosa anticipación- de que al día siguiente el presidente daría una conferencia de prensa centrada en el balance de 100 días de cuarentena. Generosidad insólita estas evaluaciones, aunque se remonten a las taras estructurales de la patria, resultan pesarosas para cualquier presidente.
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En efecto, el miércoles a partir de la 1p.m., Martín Vizcarra alegó que no había que pedirle que resuelva ‘en 100 días lo que no se ha resuelto en 100 años’ e hizo el balance obligado. Hasta que, ¡zas¡, a las 2:09 pm, un giro dramático que cambió la agenda. Con la Constitución en la mano –prueba de una premeditación escénica- invocó el artículo 70 que habla de expropiaciones en aras del bien nacional. Pudo invocar la Ley de Salud que, en términos menos sombríos, permite tomas de mando administrativo, algo más expedito y acorde a la emergencia. Pero el presidente quería impacto y lo tuvo.
-Ay Joo-
Conversé con el Dr. Carlos Acosta Saal, superintendente de SuSalud, el organismo fiscalizador (aún no tiene facultades reguladoras) de públicos y privados. Me hizo un preámbulo indispensable: Nuestro sistema es tremendamente fragmentado (Minsa, Essalud, regiones, hospitales de regiones y de fuerzas armadas) y ello implica barreras normativas que han tenido que resolverse antes de llegar a un ‘acuerdo prestacional’ con los privados que, por otro lado, manejan distintas categorías y precios que les hacía difícil ponerse de acuerdo para aceptar una ‘tarifa flat’.
El DL 1466 del 26 de abril, ya había puesto un marco para apurar el acuerdo pero dejaba un margen muy abierto a la interpretación. Por todo esto, las negociaciones se prolongaron. En otro nivel, el de la implementación de protocolos y disposición de ciertos recursos, las clínicas participaban sin problemas en el Comando Covid que preside Pilar Mazzetti. Allí tenían un canal siempre abierto de colaboración con el Minsa y Essalud.
Pasaban las semanas y no había acuerdo, ni suficiente presión para arribar a él. Por razones prácticas, se prefería hablar de un paquete integral que resumiera todo en una sola cifra a pagar a las clínicas por el SIS (el seguro universal a cargo del Minsa) y Essalud, sin importar cuantos días estuvo el paciente hospitalizado. Es la ruleta típica de los seguros de salud. Hubo un pequeño vacío en las negociaciones, a fines de mayo, cuando Doris Lituma dejó el SIS, pero su sucesor Moises Rosas Febres retomó las mismas cifras y argumentos de aquella.
Del lado de las clínicas ocurrieron otros hechos que apuraban un desenlace. A fines de mayo, la alerta de Contraloría N. 317-2020-CG sobre cobros excesivos por pruebas moleculares que había realizado gratuitamente el INS (Instituto Nacional de Salud), dio un golpe reputacional a varias clínicas (algunas mostraron sus costos, trasladando el peso a factores accesorios a la prueba en sí; otras ni siquiera entregaron toda su información a la Contraloría). Cuando todavía se estaban recuperando de ese revés, en medios y en redes se difundieron dramáticos casos de pacientes de Covid 19 endeudados hasta el cuello.
Todo esto provocó que la semana pasada SuSalud publicara un comunicado instando a cerrar los acuerdos, y que el presidente indagara porqué esto demoraba tanto. El lunes, el ministro Víctor Zamora se puso de acuerdo con la ministra María Antonieta Alva, del MEF, para cerrar las negociaciones con una tarifa última para plantearle a las clínicas. El MEF entró a tallar porque la cifra tendrá un impacto presupuestal específico.
El martes en la mañana se reunió la plana mayor del Minsa y de Essalud, el SIS y SuSalud, con la ministra Alva, en un auditorio del MEF. Allí acordaron una tarifa plana de S/50 mil y convocaron a la ACPP (Asociación de Clínicas Particulares del Perú), al mismo auditorio, para cerrar el acuerdo. Estuvo su presidente, Alejandro Langberg La Rosa, y algunos de sus vocales, entre ellos, Carlos Joo Luck. El resto de la directiva de la ACPP siguió la reunión virtualmente y acordaron tomarse unas horas para pensarlo.
En lugar del sí esperado esa misma noche o de una contrapropuesta realista, Joo Luck apareció entrevistado por Mávila Huertas, en una forma tal que, una fuente de alto nivel del Minsa, la describe así: “salió a patear el tablero”. Al día, siguiente, los representantes del gobierno pidieron a la ACPP que este no estuviera en la reunión. La incontinencia verbal de Joo Luck, exregidor chalaco por el partido fujimorista Vamos Vecino en 1998, precipitó el desenlace.
El miércoles, el presidente estaba bien informado del acuerdo roto. Mis fuentes me dicen que se conversó entre los ministros la idea de usar el argumento constitucional para presionar a las clínicas, pero estos no sabían que Vizcarra airearía el tema en vivo delante de ellos. La prueba es que a Zamora se le ve algo desconcertado cuando la cámara lo poncha tras el subrayado presidencial de que las clínicas tendrían 48 horas para evitar los efectos del Art. 70.
No fueron 48, bastaron 5 horas para reunirse con los representantes de las clínicas y 4 más para llegar a un acuerdo. Terminada la conferencia, Zamora invitó a los interlocutores de la ACPP y también a Max Hernández y al arzobispo de Lima, Carlos Castillo. Hernández, además de fundador del Acuerdo Nacional, es médico; y Castillo había impresionado al ministro cuando hizo la misa con las fotos de miles de fallecidos.
Langberg y el secretario de la ACPP, Sebastián Céspedes, llegaron a la reunión en el local del MEF conociendo la propuesta final del gobierno y sorprendidos de encontrar hasta mediadores. Lograron variar el monto a S/.55 mil soles, como tarifa plana e integral, incluyendo medicamentos, y con la única excepción de las hemodiálisis que, según me explica Acosta, es una complicación que sucede en raros casos. Zamora dijo que “había que trascender los centavos” y todos se fueron en paz, con el compromiso final de ser cautos para revisar los dramas de los más de 500 pacientes ya atendidos, y para determinar con precisión los protocolos con los que los hospitales referirán a pacientes a clínicas y con los que estas, cuando no haya tal referencia, notificaran al SIS o a Essalud, que recibieron a un paciente de cuidado. Y la Constitución no entró a tallar, todo quedó plasmado en una resolución ministerial. Acosta dice que hemos dado un paso hacia ‘la portabilidad de los seguros’, que ese es el futuro. Música para enfermos estresados.