El ex presidente Alan García retornó este lunes a su casa de Miraflores, luego de abandonar la residencia del embajador de Uruguay ante la negativa de ese gobierno de otorgarle el asilo diplomático que solicitó el 17 de noviembre, cuando el Poder Judicial dictó una orden que le impide salir del país durante 18 meses.
Para el politólogo de la PUCP Eduardo Dargent, la decisión de Montevideo constituye un “revés muy fuerte” para García, porque la administración de Tabaré Vázquez ha sido clara en respaldar la democracia peruana, al sostener que la investigación preliminar que afronta el ex jefe de Estado por los sobornos de Odebrecht en el metro de Lima “no constituye una persecución política”.
“Alan García queda arrinconado en el mundo de la conspiración de un grupo de voceros [del Partido Aprista] bastante radicalizado y con poco asidero en la realidad. Creo que esto le hace daño a él y a su estrategia de defensa”, manifestó en comunicación con El Comercio.
Dargent también refirió que la credibilidad del ex presidente ha quedado “muy debilitada” debido a que inicialmente dijo que era “un premio” quedarse 18 meses en el Perú, pero luego no tuvo “ningún problema en atacar a su país y exagerar” la situación de su investigación para pretender que Uruguay lo acoja.
“Se ha tirado contra la democracia peruana, porque no está de acuerdo con la investigación que le están haciendo y eso es una conducta irresponsable y egoísta”, subrayó.
Arturo Maldonado, analista político del Grupo 50+1, consideró que la decisión del gobierno de Vázquez ahondara el rechazo al líder del Partido Aprista (89% de desaprobación, según la encuesta de Ipsos Perú de agosto). Añadió que la ciudadanía puede percibir que el ex mandatario “no era el gran estratega que todo el mundo pensaba”.
“[Todos] pensaban que tenía el asilo negociado, calculado, que lo tenía todo planificado, como si se tratara de un juego de ajedrez, como si fuera la serie ‘House of Cards’ y creo que esto no es así”, comentó.
Maldonado opinó que el rechazo de la solicitud de Alan García representa la peor derrota política del ex presidente. “Una participación electoral, incluso la del 2016 (5,83%), no daba por muerta su carrera, aún había gente que pensaba que podía postular en el 2021 con éxito, esto [el asilo negado] le da un certificado de defunción a su carrera”, apuntó.
El politólogo de la PUCP Fernando Tuesta dijo que esta medida “es el mayor golpe político” que ha recibido el ex presidente, después de su última derrota electoral. “Este golpe político lo coloca en una posición de debilidad de cara a sus proceso, el gobierno de Uruguay ha sostenido que su decisión en base a señalar que en el Perú no existe persecución”, expresó a este Diario.
Argumentó que si Alan García se hubiera sometido a la investigación desde el inicio, “no estará en esta situación”. “A todas luces el crédito del ex mandatario ha disminuido, es el líder político con mayor rechazo y no por una campaña política en su contra”, remarcó.
“Ha arrastrado al Apra”
Tuesta, asimismo, refirió que el ex jefe de Estado ha “arrastrado” al Partido Aprista a “una situación de extrema debilidad”.
“El problema es que el Partido Aprista depositó todas sus esperanzas en Alan García y se convirtió en ‘alandependiente’ […] ¿Cómo quedan ahora sus defensores? Descolocados. [El Apra] no procesó la derrota del 2016, no hicieron una real separación de García, de sus direcciones. Él impidió que el Apra se reorganizará y se renovará”, acotó.
Una opinión similar tuvo Dargent, quien sostuvo que García Pérez “no fortaleció los mandos intermedios” de su agrupación. “Los que creen en los valores de un partido [como el aprista], deben repensar qué es lo que hacen trepados apoyando todo lo que haga el ex presidente. Lo que pueda hacer el Apra de cara al 2021 va a depender de su reacción en este caso”, concluyó.
Por su parte, la periodista Mabel Huertas calificó de “papelón” la actitud que tuvieron el ex jefe de Estado y los promotores de su asilo diplomático.
“Es un papelón lo que le pasa a Alan García y el Apra. Ahora quisiera escuchar cuáles serán los argumentos de los apristas y de todos los promotores del asilo, que decían que en este país no había democracia y había persecución política. Lo que ellos han hecho es dañar la imagen del país para defender sus propios intereses”, expresó.