Erasmo Reyna, exabogado de Alan García y actual defensor legal de quien fuera pareja de fallecido expresidente, Roxanne Cheesman, entregó al programa “Cuarto Poder” conversaciones de Whatsapp que —según afirma— sostuvo la economista con el exsuperintendente de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata.
De acuerdo a los chats, Cheesman inició el diálogo con Barata el 17 de abril del 2019, casi tres horas después de que García Pérez decidiera suicidarse en su vivienda de Miraflores, tras ser informado de una diligencia de la fiscalía y la policía consistente en el allanamiento del inmueble y su detención preliminar por diez días.
La conversación gira en torno al trágico hecho. Además, Cheesman pide a Barata reivindicar el nombre y la memoria de Alan García. El exrepresentante de Odebrecht asiente, afirma que el líder aprista era una “víctima” y sostiene en otro momento: “Siempre diré la verdad y tengo por él la mayor admiración y respeto. Nunca he hablado nada de él porque nunca hubo nada de qué hablar y él sabía de eso. Los enemigos de él son otros, yo no”.
Lo cierto, sin embargo, lo que Barata ha manifestado ante el equipo especial Lava Jato no van necesariamente por un camino reivindicatorio. Incluso, exactamente una semana después, según dio cuenta El Comercio, el brasileño manifestó en Curitiba (Brasil) ante los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez que Alan García sabía que la constructora Odebrecht pagaba coimas y que Luis Nava Guibert y Miguel Atala Herrera eran “los Maiman” del exmandatario.
¿Y quién es Josef Maiman? Se trata del empresario peruano israelí que recibió el soborno de US$20 millones que Odebrecht transfirió al prófugo expresidente Alejandro Toledo por los tramos II y III de la carretera Interoceánica Sur.
Aunque con el fallecimiento de García Pérez se archivaron solo los casos e imputaciones específicamente en su contra (extinción de la acción penal), los presuntos actos de corrupción en su segundo mandato siguen bajo investigación.
—Caso Metro de Lima—
La investigación preliminar contra Alan García en torno a la línea 1 del metro de Lima data de marzo del 2017 y se inició por el presunto delito de tráfico de influencias. Pero fue en noviembre del 2018 cuando se amplió la pesquisa atribuyéndosele, además, colusión agravada y lavado de activos.
El 16 de abril del 2019, el juez Juan Carlos Sánchez Balbuena ordenó la detención preliminar contra Alan García y otras ocho personas. Al expresidente se le sindicó ser cabeza de una presunta organización criminal que, entre el 2006 y 2011, buscó favorecer a Odebrecht con los proyectos del Metro de Lima y la Interoceánica Sur, tramos 2 y 3. En esa línea, se le señaló como presunto receptor de sobornos por el “pacto colusorio”. La fiscalía le atribuyó haber recibido US$100.000 bajo la simulación de un contrato con el estudio Espinola y ser beneficiario de US$4’555.486,62 a través de terceros. Entre estos el exsecretario general de la presidencia, Luis Nava Guibert, y el expresidente de Petro-Perú, Miguel Atala Herrera.
El 24 de abril del año pasado, Jorge Barata fue interrogado por fiscales peruanos en torno a esta investigación. El magistrado José Domingo Pérez consultó si Alan García tenía conocimiento de que Odebrecht pagaba sobornos, a lo que el brasileño respondió: “Bueno, sí sabía”. “…El hecho de que él supiera esto, que hubiera tenido esta información, y que no hubiera tomado una acción más inquisitiva, más fuerte, con relación al tema, entonces te confieso que me pasé unos dos días pensando qué significaba y para qué me había contado este hecho, pero era una persona muy difícil de leer, tenía ahí un apodo que decían escopeta de dos tiros, de dos cañones…”, agregó en otro momento.
Barata también sostuvo que Luis Nava Guibert “no era un simple secretario, era el hombre de confianza del presidente”. Y señaló que García tuvo conocimiento de la relación con Nava.
Solo días después, el 26 y 29 de abril del 2019, se dio otro testimonio clave en el caso. Miguel Atala Herrera aseguró que el US$1’312.000 que la constructora brasileña Odebrecht le depositó en la Banca Privada de Andorra era en realidad para García.
—Caso aportes de campaña—
La campaña de Alan García para ser presidente del Perú por segunda vez también tiene la sombra de Odebrecht. Él y otros expresidentes fueron incluidos en una investigación preliminar en junio del 2018. El propio Partido Aprista es investigado por el presunto delito de lavado de activos bajo la Ley de Crimen Organizado, desde el 4 de junio del 2018.
A fines de febrero de ese año, Jorge Barata declaró ante el fiscal Pérez aportó US$200.000 a la campaña de García del 2006, y que el apoyo fue solamente al Apra. Este Diario conoció que Barata precisó que entregó el dinero durante la segunda vuelta a Luis Alva Castro, a quien conocía por las obras que Odebrecht realizó en La Libertad. También afirmó que García agradeció a Marcelo Odebrecht por este aporte durante una reunión que tuvieron en Palacio de Gobierno.
“No teníamos ni capacidad ni interés de aportar a todos los partidos, solo aportamos al Apra por cuenta de un pedido específico de Luis Alva Castro, una persona que conocíamos de muchos años y que dijo que el partido estaba volviendo para competir y que creía podíamos aportar. Después de muchas discusiones fueron haciéndose los aportes en esa época. No aportamos a ningún otro partido”, refirió.
Cabe recordar que en noviembre del 2017, Marcelo Odebrecht fue interrogado por fiscales peruanos en Brasil. Ahí aseveró, según extractos difundidos por IDL-Reporteros: “Yo diría que con toda seguridad, a pesar de que no tengo información precisa, que nosotros apoyamos a Alan García”.
Un testimonio reciente y clave es el de Luis Nava Guibert. El 25 de setiembre del 2019, manifestó a la fiscalía que en el 2006 vio cinco a seis veces a Jorge Barata en la oficina de campaña del Partido Aprista, en San Isidro. “Lo que sí tengo conocimiento que Jorge Barata en el año 2006 en el local de campaña le entrega a Alan García entre cinco a seis loncheras de sesenta mil dólares aproximadamente”, aseveró.
Asimismo, agregó que las entregas de dinero de Barata a Alan García continuaron incluso cuando este último ya estaba en plena gestión, y que se dieron en Palacio de Gobierno en el 2006 y 2007.
Erasmo Reyna, quien fue defensor legal de Alan García y en las últimas horas difundió los chats de Whatsapp, rechazó en distintas ocasiones las imputaciones contra su otrora patrocinado. Por ejemplo, tras conocerse el testimonio de Atala, manifestó que se trata de la declaración de “cualquier otro delincuente que busca conseguir un beneficio acorralado con las evidencias que tiene la fiscalía respecto a él”.
Sobre Nava, refirió vía Twitter: “Declaraciones falsas y sin fundamento las que habría brindado Luis Nava a fiscal Pérez que además contradicen a Barata (¿se cae el acuerdo?). Todos los bienes y rentas, ingresos y egresos están debidamente fundamentados en caso de Alan García. Otra patraña más que será desmentida”.
Y es precisamente Reyna quien protagonizó un incidente en abril del 2019, en la diligencia entre los fiscales peruanos y Barata. En la misma posición de Cheesman, se acercó al interrogado y le pidió que hable “pensando en la memoria” de García Pérez.
“El incidente al cual se refiere ocurrió el día de ayer y al momento de despedirme lo saludé y lo único que le pedí es que hablara con la verdad. ‘Señor Barata’, le dije, ‘lo único que le pido es que hable con la verdad’. Eso ha sido, es más, en presencia de muchas personas que pueden dar fe”, explicó el abogado por entonces. Pero en esa diligencia, finalmente no pudo participar debido a la extinción de la acción penal contra Alan García por su fallecimiento. Sí lo hizo un día antes en otra toma de declaración en torno al Partido Aprista.