Aunque lleva más de dos meses como ministro de Cultura, Alejandro Salas ha enfrentado recién en la última semana dos momentos de mayor crisis en su sector: la accidentada salida de la comunicadora Sonaly Tuesta del viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales y el derrumbe de una muralla en el complejo arqueológico de Kuélap (Amazonas). El abogado ha tenido un protagonismo –que ha ido en aumento– en el Ejecutivo no necesariamente por su gestión, sino por intentar sostener con sus constantes declaraciones un muro que tambalea constantemente: el gobierno de Pedro Castillo.
Con 44 años, Salas Zegarra asumió el ministerio el 1 de febrero pasado en el fallido Gabinete que encabezó Héctor Valer, congresista de Perú Democrático, bancada aliada del Gobierno. Fue ratificado una semana después en el equipo ministerial que hoy encabeza Aníbal Torres.
A dicho cargo llegó con un currículum en el que no consigna experiencia en el sector que hoy encabeza, aunque sí su desempeño como abogado con especialización en ciencias políticas y su labor en la gestión pública, principalmente a nivel municipal o como funcionario de la Sutrán y el Ministerio de Vivienda solo durante el 2019.
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El abogado por la Universidad San Martín de Porres tiene una maestría en Administración y Gestión Pública con mención en Defensa Nacional por el Centro de Altos Estudios Nacionales y estudios de la maestría de Derecho Constitucional por la Universidad Nacional Federico Villarreal.
En diálogo con El Comercio, Valer comenta que para el citado ministerio buscaba a una persona principalmente con experiencia como gestor público, con un “enfoque político de la cultura” y “multidimensional” para implementar reformas.
“Poner un literato, un bibliotecólogo o un arqueólogo simplemente iba a ser preservar los restos arqueológicos y la cultura antropológica, pero la idea mía era relanzar y modernizar el Ministerio de Cultura inspirado en el Ministerio de Cultura de Francia […] “Una visión para la modernización y el relanzamiento desde un enfoque constitucional del Ministerio de Cultura. Modernizar, relanzar, transformar, políticamente hablando, el Ministerio de Cultura y que no solo sirva como un administrador de restos arqueológicos”, explicó el legislador.
Salas defiende su perfil, su experiencia como gestor público y afirma a este Diario que “antes de ser el sector Cultura, es un organismo de la administración pública. Y esta se fundamenta en sistemas administrativos”.
“Decir que el sector Cultura debe ser específicamente para determinado profesional… Si a ese profesional le preguntas si conoce el marco de poder desenvolver el aparto estatal y la gestión pública, de pronto su respuesta puede ser: para eso están los especialistas. Bueno, en esta oportunidad hay un especialista en el marco de la gestión pública encabezando el Ministerio de Cultura”, acota.
¿Cómo llegó Salas al Ejecutivo?
Según explica Valer, el nombre de Salas Zegarra le fue sugerido a través de conversaciones informales con congresistas de Somos Perú cercanos a la dirigencia de este partido y a su presidenta, Patricia Li Sotelo. Como se sabe, el ex primer ministro formó parte de dicha bancada entre agosto del 2021 y enero del 2022.
“No fue institucional. Pero lo cierto es que él fue propuesto como uno de los mejores cuadros de Somos Perú”, indica. Entre los miembros de la actual bancada, José Jerí se desempeña como primer vicepresidente del partido y ha ocupado otros cargos.
Además de Salas, hubo otras cuatro propuestas, pero Valer indica que fue descartando estas últimas junto al presidente Castillo. “De alguna manera, cuando le planteé el enfoque multidimensional, de reforma y modernización del Ministerio de Cultura, él lo vio bien. Y aceptó esa idea que se iba a convertir en una política de Estado […] “Cuando me preguntó que por qué un constitucionalista al Ministerio de Cultura, le expliqué y le pareció fabuloso”, agrega.
No obstante, una fuente de este Diario vinculada a Somos Perú atribuyó la designación de Salas a una “cuota”. “Salas es muy cercano a Patricia Li y a José Jerí, es amigo personal de Jerí. Hay técnicos en el partido con experiencia pública más amplia […] Tenía que ser alguien de confianza de todas maneras, que tengan en la línea, que no se vaya a jugar solo”, subraya.
Sostiene, además, que el partido “no está vigilando mucho” su imagen, ello a partir de la participación de Daniel Salaverry, como candidato presidencial, y el exmandatario Martín Vizcarra, como postulante el Parlamento, en los últimos comicios generales del 2021. “Esta cercanía a Castillo va a pasar factura a cualquiera que esté en su entorno, político o partido político. Basta con que un rival inteligente asocie y demuestre la asociación”, añade.
Lo concreto es que, en votaciones claves en el Congreso durante la gestión de Castillo, la postura de Somos Perú ha favorecido al gobierno en distintas ocasiones.
Asimismo, Patricia Li ha participado de encuentros importantes en la sede del Ejecutivo. La presidenta de Somos Perú registra 8 ingresos a Palacio de Gobierno entre agosto del 2021 y marzo del 2022. Tres fueron para reuniones de trabajo con el presidente Pedro Castillo en diciembre pasado –como parte de jornadas de diálogo con partidos– y en otra del 28 de agosto del año pasado se consigna el mismo fin con José Rodríguez Bustamante, de la Secretaría de Actividades del Despacho Presidencial, para una sesión del Acuerdo Nacional.
Los registros oficiales también dan cuenta de sus reuniones con el primer ministro Aníbal Torres el 17 de febrero y el 24 de marzo de este año, así como un encuentro con la ex primera ministra Mirtha Vásquez el 19 de octubre del 2021 y con el antecesor de esta, Guido Bellido, el 9 de agosto del año pasado.
Jerí tiene dos ingresos a Palacio para reuniones de trabajo con Castillo: el 30 de setiembre y el 14 de diciembre del 2021. Asimismo, registra cuatro citas con el primer ministro Aníbal Torres entre febrero y marzo de este año, mientras que coincidió con Li Sotelo en los encuentros con los ex primeros ministros Vásquez y Bellido.
Por su parte, antes de jurar como ministro, Salas se reunió el 31 de enero pasado con Beder Camacho, subsecretario general del Despacho Presidencial y uno de los hombres de confianza de Castillo Terrones.
Salas Zegarra narra que su nombre fue propuesto por Patricia Li incluso desde la quincena de diciembre pasado, durante las jornadas de reuniones de dirigentes de partidos con el presidente Castillo. Cuando luego fue convocado, solicitó licencia en Somos Perú. Hoy niega que sea la cuota de dicha organización política en el Gabinete o que aquella sea oficialista.
Precisamente desde antes de asumir el cargo, Salas ya defendía a Castillo y al gobierno a través de distintos mensajes en Twitter, en donde escribió contra quienes denunciaron “fraude electoral” o promovieron en diciembre pasado la vacancia del mandatario. También demandaba “no solamente gente idónea, sino también meritocracia” en el Ejecutivo y el Congreso, mientras que transmitía el mensaje de apostar por la gobernabilidad. No en vano, en sus dos juramentos como ministro, mencionó que lo hacía “por la gobernabilidad”.
Fue en esa plataforma social también en la que, ni bien asumió el cargo, se expusieron anteriores publicaciones suyas contra la izquierda, así como insultos xenófobos. Por esos días, Alejandro Salas indicó a este Diario que lo que se hizo fue “descontextualizar textos de tuits e interacciones”. Luego eliminó su cuenta y la volvió a reactivar.
En la campaña presidencial, ya desempeñaba un rol protagónico en Somos Perú: fue uno de los voceros del partido, que postuló a la presidencia al excongresista Daniel Salaverry y al expresidente Martín Vizcarra. Es más, fue abogado de la agrupación ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ante los procesos de tacha, que incluyeron al citado exmandatario.
Ya había tentado sin éxito una curul en las elecciones congresales extraordinarias del 2020. En el proceso del 2021, en donde tampoco tuvo suerte, sus principales propuestas no mencionaban al sector del Estado que ahora encabeza. Previamente, alcanzó el cargo de regidor en el distrito de Pueblo Libre en las elecciones municipales del 2006 con Somos Perú y en las del 2014 con el otrora Solidaridad Nacional (hoy Renovación Popular), donde militó entre el 2014 y 2017. Un año después se afilió al partido fundado por el exalcalde de Lima, Alberto Andrade.
¿Defensor a ultranza?
A lo largo de su gestión, Alejandro Salas ha sido un asiduo portavoz del presidente Castillo a través de declaraciones casi diarias a la prensa y su participación en entrevistas con distintos medios de comunicación. Incluso integró la primera comitiva que envió el Ejecutivo a Huancayo en medio del paro promovido por distintos gremios sociales, junto a Óscar Zea, del Midagri, y Roberto Sánchez Palomino, del Mincetur. Con este último y el primer ministro Aníbal Torres, participó también de una rueda de prensa tras la presentación del presidente Castillo el 15 de marzo en el Congreso.
Sin embargo, Alejandro Salas dice a El Comercio no considerarse un acérrimo defensor o escudero del presidente Pedro Castillo, sino un ministro que cumple con su rol de ser asesor y consultor político del jefe de Estado. A comparación de Torres, él es un portavoz confrontacional pero más moderado. Tampoco cree que su desempeño como vocero haya opacado su propia gestión en el ministerio, pues “más bien va de la mano”.
Manifiesta que preferiría ser invitado a rendir declaraciones sobre el trabajo de su cartera más que a hablar de la coyuntura política, como suele ocurrir, “pero tampoco voy a marcar la agenda del periodista”. “Más que protagonismo, estoy a disposición y sujeto a ustedes los periodistas por el respeto que les tengo. Si eso me ha hecho ser protagonista involuntario, no puedo hacer nada. Pero no me interesa el protagonismo, yo podría estar más tranquilo en un ministerio en el que no hablo mucho y me expongo menos”, explica.
Reconoce, eso sí, que su rol ha ido creciendo obligado por las circunstancias de un gobierno endeble y con una suma de carencias. “Tengo claro que estoy obligado como demócrata a poder darle soporte al gobierno en el aspecto de comunicación política, porque se pueden decir muchas cosas y el establecer un silencio no es bueno. No tengo limitación para poder comunicarme con ustedes”, señala el político casado con una periodista.
Respecto a lo último, revela que tiene la anuencia del presidente Castillo –con quien indica tener un diálogo “siempre abierto”– para desempeñar su papel, en la práctica, ser un portavoz incluso al nivel del primer ministro Aníbal Torres. Ese diálogo se dio a los dos días de haber asumido sus funciones en el ministerio.
“Cuando conversé con el presidente le dije: ‘Al gobierno le falta comunicar y le falta comunicarse, presidente. Y si usted me autoriza, voy a acceder a los medios de comunicación cuando me convoquen’. Yo no voy a poner una agenda a un medio de comunicación […] No me voy a correr nunca a preguntas de coyuntura política”, asevera. Luego, aclara: “No es un permiso que él me dio. Es una posición que yo le establecí. Le manifesté que, ante el llamado de medios de comunicación, yo iba a ir a responder. Y él me dijo: ‘Usted tiene toda la libertad, ministro. Vaya’. Más que un permiso, fue una comunicación mía sobre la cual no hubo limitación alguna de parte del presidente”.
Aparte de los sonados casos de Sonaly Tuesta y la emergencia en Kuélap, sus recientes actividades en el ministerio se pasaron entre reuniones, eventos, emisión de resoluciones y otras actividades, como la presentación del Himno Nacional en lenguas indígenas u originarias, el anuncio de la creación de la cinemateca nacional o la inauguración del primer circuito accesible para personas con discapacidad visual en el Sitio Arqueológico que forma parte del Qhapac Ñan, en Huaycán de Cieneguilla.
El martes él y su comitiva tuvieron que quedarse en Bagua tras no poder llegar al complejo arqueológico de Kuélap producto del mal tiempo. Dijo esperar hacerlo este martes para evaluar informes sobre la emergencia y determinar los pasos a seguir, pero reclama que se afirme que en su gestión no se hizo nada para prevenir el derrumbe ocurrido. En ese sentido, recuerda que el 11 de febrero se emitió una resolución declarando en emergencia el recinto, y que luego se gestionó una transferencia económica para acciones arqueológicas de emergencia, la conformación de un equipo de investigación y realización de obras en el lugar. Ahora anuncia que se está preparando un decreto de urgencia para poder simplificar los procedimientos administrativos y todo el sistema de adquisiciones y contrataciones para abordar la problemática.
Por ahora, los siguientes pasos de Alejandro Salas en el Ejecutivo son aún inciertos. Aunque su nombre se ha voceado para ocupar la PCM, él dice no tener conocimiento de próximos cambios en el Gabinete. “El presidente no nos ha conversado nada de cambios. Sí nos manifestó en un último Consejo de Ministros que todos estamos en evaluación constante y que, en cualquier momento, él podría determinar algún cambio. No tenemos una fecha de cuándo pueda cambiarse ni a quiénes va a cambiar”, asegura. La pregunta es si, para él, habrá premio por ser un escudero del presidente o castigo por una gestión muy opacada en el Ministerio de Cultura.
“Kuélap es víctima no solo de lluvias y terremotos, sino de años de desidia, expedientes truncos y consultorías de humo. La argolla se acabó. Ya hemos declarado la emergencia y contamos con un plan de acción inmediata, salvaremos Kuélap con gestión eficiente y acciones concretas”.
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En Twitter (12/4/21).
"Es un presidente que ha sido electo por cinco años y es consciente que tiene ocho meses en el Gobierno y que se ha dado cuenta que tiene voluntad de poder enmendarlos [...] No creo que la solución sea que se vayan todos".
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En declaraciones a "Exitosa" (11/4/21).
"Si [Sonaly Tuesta] no se sintió cómoda con esas palabras del premier, no debió esperar que le soliciten la renuncia [...] No se la está botando, es un cargo de confianza donde hay niveles de jerarquía que merecen todo el respeto del caso".
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En declaraciones a RPP (7/4/22).
"Hemos vivido un 5 de abril democrático en el que el presidente ha ido al Congreso, ha escuchado a la población y ha dejado sin efecto una medida [de inamovilidad obligatoria]".
Alejandro Salas, ministro de Cultura (5/4/22).
“Como un demócrata es consciente de los errores que ha cometido. Él está dispuesto a enmendarlos".
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En declaraciones a TV Perú (29/3/22).
“La democracia solo queda en el discurso para aquellos grupos que pretenden vacar a un Presidente elegido por la voluntad popular. Ya no les importa representar a nadie, solo están velando por intereses que ya todos conocemos. El pueblo y la historia juzgará su lamentable actuar”.
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En Twitter (14/3/22).
"Desde un marco de humildad democrática, pide al Congreso de la República que lo puedan escuchar. Si el Congreso querían escuchar al presidente, está dispuesto a ir sin necesidad que exista coacción o algún tipo de amenaza para quebrantar la democracia”.
Alejandro Salas, ministro de Cultura (12/3/22).
"El presidente me ha manifestado que está absolutamente con la conciencia tranquila. Él es el primer interesado en que estas cosas se investiguen [sobre declaraciones de Karelim López]”.
Alejandro Salas, ministro de Cultura. (28/2/2)
“Bajo reglas democráticas, la voluntad popular determinó que sea Pedro Castillo quien ocupe la Presidencia por 5 años, cualquier intento de quebrantar lo que el pueblo eligió es y será siempre un golpe de Estado”.
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En Twitter (11/2/2).
"Agradezco la confianza que hoy me ratifica el presidente Pedro Castillo, su confianza será retribuida con lealtad y trabajo en favor de todos los peruanos y peruanas".
Alejandro Salas, ministro de Cultura. En Twitter (8/2/2).