La propuesta del Ejecutivo para para someter a referéndum la instalación de una asamblea constituyente –por su carácter de muy genérica y falta de detalle– abre la puerta a diversas dudas, como el costo que dicho cuerpo legislativo demandaría. No obstante, expertos consultados por El Comercio advierten que –bajo los términos del proyecto de reforma constitucional y los alcances dados al momento desde el gobierno– lo que se conformaría sería un Congreso de la República “espejo” o “paralelo” incluso a nivel presupuestario.
El proyecto señala que la asamblea estará conformada por 130 integrantes y que su plazo es de 9 meses, prorrogable por una sola vez por 3 meses más; es decir, puede tomar un año. Asimismo, que “aprueba su propio Reglamento” y que “los asambleístas gozan de las mismas prerrogativas e incompatibilidades que los congresistas”.
LEE TAMBIÉN | Pedro Castillo sobre nueva Constitución: “Nadie puede quitarle al pueblo el derecho a pronunciarse”
También establece que “durante la elaboración del proyecto de nueva Constitución Política, todos los organismos constitucionalmente autónomos, gobiernos regionales y locales y demás entidades públicas mantienen plenamente sus funciones, competencias y atribuciones”. Es decir, el actual Parlamento se mantendrá incólume. “El Poder Ejecutivo garantiza los recursos que resulten necesarios para cubrir los gastos de instalación y funcionamiento de la asamblea constituyente”, agrega el proyecto.
En la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros del lunes 25 de abril, donde se aprobó la propuesta, no se discutieron escenarios en caso se apruebe la consulta ni aspectos presupuestales para el funcionamiento de la asamblea, según pudo conocer El Comercio. “Este es un campo posterior, pues no puedes presupuestar si no sabes si se aprobará el Sí o ganará el No, no puedes presupuestar algo que aún no existe […] El proceso electoral en el proyecto sí podría ser una realidad cercana de aprobarse”, comenta una de las fuentes consultadas respecto de la cédula extra para la consulta popular planteada para octubre.
“Es un proyecto de ley. Aumentar en la cédula la pregunta, eso no tiene costo. ¿Cómo podemos dar por hecho algo que es función del Congreso?”, indica otra fuente.
Estimaciones
No obstante, en el Congreso ya se realizan algunas estimaciones. “Solamente considerando el sueldo de un congresista (S/15.600): los 14 sueldos que se reciben al año con la gratificación de julio y diciembre, por los 130 asambleístas, ascienden a un monto de cerca de S/29 millones. Redondeando, S/30 millones”, considera Lady Camones, legisladora de APP y primera vicepresidenta de la Mesa Directiva.
Pero cabe apuntar que, aparte de los sueldos, los actuales congresistas reciben S/.7.617,20 por concepto de asignación por desempeño de función congresal y S/2.800 como asignación por semana de representación. Es decir, en un mes un actual parlamentario percibe alrededor de S/26.000, que en un año alcanza más de S/40 millones por los 130 legisladores. Además, el primer mes de sus funciones se añaden los gastos de instalación por S/15.600.
A ello se suma el personal por cada asambleísta y sus sueldos. “No se está considerando ahí el personal que tendrá cada asambleísta, en qué locales se va a trabajar, se tendrán que alquilar locales, el tema logístico […] ¿En qué locales u oficinas se van a instalar los 130 asambleístas? Necesitamos 130 despachos. Necesitamos precisar cuántos trabajadores van a tener. Un congresista tiene a siete miembros de su despacho, súmale el sueldo de cada uno de ellos multiplicado por los 12 meses del año. Lo otro es el tema logístico, computadoras, escritorios, impresoras, papel, lapiceros, etc. Se requiere también pasajes aéreos. Van a tener que hacer un trabajo más de campo”, añade Camones en diálogo con El Comercio.
Martín Cabrera, experto en asuntos parlamentarios, explica que –partiendo de la premisa planteada por al proyecto– la eventual asamblea constituyente toma como referencia al actual Congreso, por lo que “serían 130 asambleístas con las mismas prerrogativas, atribuciones, derechos y obligaciones que los congresistas. Ello equivale a decir que en términos financieros supondría una planilla con un costo anual, solo por congresistas en remuneraciones, de más o menos S/40 millones de soles, sin considerar su CTS”.
La forma más aproximada para determinar el mínimo que podría costar la asamblea constituyente, explica el especialista, es tomar como referencia el presupuesto actual del Parlamento y su división funcional denominada ‘Acción legislativa’, referida a los gastos para el funcionamiento de la entidad en su labor de legislar. Esta se compone de tres subdivisiones funcionales: control político, legislación y representación. Solo estos dos últimos rubros suman casi S/ 251 millones, pero Cabrera señala que es una cifra generosa y que se elevaría considerando los gastos que demandaría el hecho de que serían asambleístas novatos en la función, el énfasis que se ponga a la labor, la gestión burocrática de la entidad, la parte operativa de la misma, el local donde funcionaría y otros elementos logísticos.
“Esta asamblea constituyente va a replicar toda la función legislativa y parte de la función de representación. Mínimamente esta asamblea podría costar poco más de la mitad de lo que cuesta el Congreso hoy. El Congreso cuesta S/880 millones, la Asamblea Constituyente puede costar S/450 millones”, añade Cabrera.
El exoficial mayor del Congreso, José Cevasco, apunta otro detalle. Recuerda que el Congreso Constituyente Democrático (CCD) –que funcionó entre 1993 y 1995 con 80 integrantes– tenía cerca de 900 empleados, entre el servicio parlamentario y organización parlamentaria, mientras que actualmente son aproximadamente 3.000.
“En el contexto en que nos encontramos, esto [la asamblea constituyente] podría valer al menos S/600 millones, que es casi el presupuesto del Congreso”, estima Cevasco.
Actualmente –según el presupuesto público del Congreso para el 2022, que es de S/879′366.475– solo el rubro de personal y obligaciones sociales demanda S/626′344.009; es decir el 71% del total.
Por su parte, Fernando Tuesta, expresidente de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, consideró que el presupuesto para la Asamblea Constituyente “no debe ser más que el Congreso actual, pero tampoco mucho menos”. Ello porque un asambleísta percibiría el mismo sueldo que un congresista, se debe alquilar un local con la capacidad y comodidad suficiente, habrá comisiones, personal administrativo, personal de seguridad, equipos de comunicación social, informática y toda una logística especial.
“Va a ser costoso, no creo que baje de entre 600 y 800 millones de soles si es que lo comparamos con el Parlamento actual”, señala.
“Un Congreso más”
Precisamente, para Camones la Asamblea Constituyente “será un Congreso más”. Prevé que, al presupuesto actual del Parlamento, se debe restar la plana administrativa de la institución. “Esos S/800 millones incluyen a personal de planta, que creo no se sumaría en el caso de la Asamblea Constituyente. En promedio, debe superar los S/300 millones. Y no creo que sea un año el tiempo que ocupen. ¿Para qué gastar tantísimo dinero? Es un derroche”, señala.
Cevasco y Tuesta apuntan que la más reciente experiencia similar que tuvo el país fue con el CCD, que se diseñó para que tenga dos funciones: la de un Congreso normal y la de una asamblea que redacte una nueva Constitución.
Cevasco explica que, en el escenario de la constituyente, se tiene que conformar una comisión principal de Constitución, que redacte el texto a proponer. Además, agrega que tendrían que instalarse otras comisiones en base a los capítulos del nuevo texto, cada cual tendrá sus propios asesores.
“Es un Congreso espejo. Van a querer viajar para requerir las demandas ciudadanas, van a generar foros de debate con la clase trabajadora, los campesinos, grupos originarios. Es un Congreso paralelo, porque si el Congreso va a estar en funciones y esto va a ser paralelo, también tiene que tener un ‘staff’ de carácter administrativo permanente. Va a tener que ser diseñado de esa manera, es un Congreso espejo”, advierte. “Van a querer su semana de representación, sueldos y a eso súmale el seguro privado de salud. El seguro de salud le cuesta actualmente al Congreso S/6 millones más o menos”, añade.
Tuesta también señala que si bien en la historia hay períodos congresales que tuvieron doble función –la constituyente y legislativa–, como el CCD, “En el Perú no se conoce caso en que conviven dos entes de esa naturaleza, las experiencias comparadas no hablan bien”. “Una asamblea constituyente no tiene comisiones investigadoras, etcétera. Pero casi todo el resto es paralelo. Imaginemos un Congreso que se duplica en número, pero no es lo mismo por la naturaleza distinta de la función. En términos económicos, presupuestales, un asambleísta no va a ganar menos que un parlamentario”, acota.
En esa línea, Cabrera subraya que eventualmente el Congreso actual –con sus funciones legislativa, de representación y fiscalización– y la Asamblea Constituyente tendrían que aprender convivir. Pero advierte otro detalle importante: el planteamiento de dicha asamblea no en un momento constituyente, sino de deterioro de las instituciones, lo que incide en la calidad de los representantes.
“Una Asamblea Constituyente es más que un Poder Legislativo, el poder constituyente es más que el poder constituido. Por lo tanto, tendría que suponer la posibilidad de tener asambleístas representantes que superen de lejos las cualidades personales y profesionales del actual Congreso. Pero con un sistema de partidos y modelo de representación como el que tenemos, y con la disposición que plantea ese proyecto de reforma de independientes, nada asegura que ocurra lo contrario. Es más probable que la calidad de los representantes que van a terminar conformando la asamblea sean iguales que los que hoy tenemos en el Congreso”, sentencia.
Camones y los expertos consultados apuntan como un tema pendiente que el Ejecutivo sustente el presupuesto que demandaría el eventual funcionamiento del nuevo cuerpo legislativo, además del referéndum que plantea para octubre, las elecciones para elegir a los asambleístas y el otro referéndum para definir si se aprueba el proyecto de nueva Constitución. Temas no menores.
“Lo ideal sería que el Ejecutivo plantee cuáles son las reformas que desean en la Constitución, evaluamos y se hacen las modificaciones que de todas maneras la Constitución requiere. Y nos ahorraríamos cuántos millones de soles que se necesitan para atender otros sectores, como salud, agricultura, educación”, sostiene Camones.
En sus palabras se advierte otro detalle importante, que también subraya Cabrera: saber cómo pretende el Ejecutivo aterrizar su iniciativa, en caso se conforme la asamblea, a nivel presupuestario y operativo. “La pregunta no es de dónde va a salir la plata. Va a costar más plata tener un Congreso, porque se tendría en la práctica dos. La pregunta debería ser a quién le van a quitar plata para reasignar los recursos a esta asamblea”, cuestiona finalmente el experto.
El presupuesto público del Congreso de la República para el 2022 es de S/ 879'366.475, que representa el 0,45% del presupuesto general del Estado (S/ 197.002'269.014).
El presupuesto público inicial para el Congreso Constituyente Democrático (CCD) en 1994 fue de S/750.000. El CCD funcionó de 1993 a 1995 y contó con 80 integrantes.
El presupuesto inicial de la Convención Constitucional o asamblea constituyente de Chile en el año 2021, al inicio de su funcionamiento, fue de unos 8.820 millones de pesos chilenos, más de US$10 millones. Solo el rubro de retribución de constituyentes, sueldos de integrantes de secretarías técnica y de apoyo y remuneración de expertos demandó casi 4.000 millones de pesos chilenos.
TE PUEDE INTERESAR
- Inconstitucional y contradictorio, así califican expertos el proyecto de Pedro Castillo para una asamblea constituyente | ANÁLISIS
- ¿Ley con nombre propio? Critican norma del Congreso que beneficia a partidos que no inscribieron precandidatos
- Encuesta Ipsos: con 7% asamblea constituyente es la última prioridad para los peruanos | ANÁLISIS