Candidatos en el Vraem tienen un turbio pasado

Esta detención también significó un golpe familiar. Junto a ‘Schumacher’ fueron capturados su madre, Maximiliana Navarro, y su tío paterno, Héctor Flores Quispe.

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No estaba allí el padre del temido narcotraficante, Vicente Flores Quispe, porque se encontraba en plena campaña por la alcaldía de Llochegua y estaba coordinando la construcción del local partidario de Gana Ayacucho en ese distrito, uno de los más convulsos del Vraem.

Patrón similar

Flores Quispe no es el único de los candidatos a alcaldías que es investigado o que ha sido procesado por su cercanía con dos de los grandes problemas del Vraem: el narcotráfico y el terrorismo. Un rápido recorrido por las listas electorales ofrece sorpresas inquietantes.

Guillermo Torres Palomino, candidato de Fuerza Inka Amazónica a la alcaldía de Kimbiri (Cusco), ya ocupó dicho cargo entre el 2007 y el 2010; años después, entre el 2015 y el 2018, fue elegido consejero regional de Cusco, y fue durante ese período que comenzaron sus problemas con la policía.

En diciembre del 2017 fue detenido por agentes de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote). Esto, luego de que se descubriera que años antes, en el 2012, había sostenido conversaciones con Marco Quispe Palomino, alias ‘Gabriel’, uno de los mandos terroristas del Vraem, quien le pidió apoyo logístico, equipos celulares y víveres. Torres fue liberado tiempo después.

Pedro Yaranga, especialista en temas de seguridad, comenta que son varias “caras conocidas” las que postulan a municipios en el Vraem pese a –o impulsados por– sus vínculos directos o indirectos con el narcotráfico, o con su brazo armado, el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), como se hace llamar el grupo terrorista de Víctor Quispe Palomino, alias ‘José’.

“A través de los años se ha comprobado que los sectores más radicales del Vraem colocan alcaldes en las localidades de mayor producción de coca”, explica Yaranga. En otros casos, son directamente los traficantes de droga los que financian las campañas electorales. De esta manera, aquellos alcaldes que resultan elegidos funcionan como una “barrera política” para entorpecer los eventuales planes de erradicación de cultivos, pero además pueden apoyar las movilizaciones cocaleras con dinero, vehículos, alimentos o logística.

El bastión

Cuatro casos que resumen esta situación se dan en un solo distrito, Pichari (provincia de La Convención, en la selva de Cusco). Esta es una de las localidades más grandes y funciona como una capital del Vraem.

Edilberto Gómez Palomino ya ocupó el cargo de alcalde de ese distrito entre 1999 y el 2002, y entre el 2011 y el 2014. Esta vez postula con Juntos por el Perú. Aunque no tiene actualmente procesos abiertos, el informe policial 044-2010-Direop-PNP/FP-VRAE/Ofinte-Emi lo menciona como posible integrante de la red que dirigía su primo Óscar Rodríguez Gómez, alias ‘Turbo’, un capo de la droga que hoy cumple 30 años de cárcel.

Joule Fermín Candia Quintanilla, del movimiento Frente de la Esperanza, también postula al municipio y ha sido investigado antes. En julio del 2015, policías del puesto de control de Machente, en la ruta de acceso al Vraem, intervinieron un vehículo que transportaba 12 kilos de cocaína. Uno de los ocupantes de la camioneta era él. No está procesado.

Otros dos candidatos llaman la atención no por sus probables vínculos con el narcotráfico, sino por su postura frente a los planes de erradicación de hoja de coca.

Hernán Palacios Tinoco (Alianza para el Progreso) postula por tercera vez al cargo. Es conocido en la zona por ser muy cercano a la dirigencia de la Federación de Productores Agropecuarios del Vraem (Fepavraem), entidad cerca a al partido Perú Libre. Palacios es un férreo opositor al control de cultivos ilícitos. “La única forma de persuadir [a los erradicadores] es hacer presencia [...]. Si hacemos presencia, estoy seguro que vamos a hacer un marco disuasivo hacia el ejército y la policía”, dijo en el 2018, durante un evento de la Fepavraem.

A propósito de Perú Libre, el candidato de ese partido a la Municipalidad de Pichari es Persy Luque Ttito. Desde hace más de una década, él ha participado en paros y huelgas con el sector cocalero más radical, que incluye a la recientemente fallecida Elsa Malpartida –en su momento vinculada a Sendero Luminoso– y Julián Pérez, actual dirigente de Fepavraem y una de las voces que más se opone a la erradicación.