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Karla Ramírez Camarena

Carlos García Alcázar habló con El Comercio en julio pasado sobre su presunta participación en el llamado ‘’, caso por el que es investigado por la fiscalía. El ex funcionario, quien fue detenido el viernes, rechazó que sepa de qué se trata el presunto ‘club’, pero aceptó que es amigo del coinvestigado Rodolfo Prialé.

— Un aspirante a colaborador eficaz y otro testigo sostuvieron en la fiscalía que usted fue el encargado de operativizar en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones los presuntos ilegales acuerdos de un grupo de firmas constructoras, entre el 2011 y 2014.
Cuando yo entré al ministerio, de los 15 concursos, 10 estaban con comité [evaluador]. Todos estaban ya convocados. Son como 30 empresas las que han ganado, entre consorcios y no consorcios, y que vienen ganando desde hace 15 años y aún hoy siguen ganando las mismas empresas. [...] Este tema lo único que ha hecho es perjudicarme la vida y no me parece justo. Puedes averiguar cómo estoy en los bancos, le debo a medio mundo.

— ¿Cuál es su relación con Rodolfo Prialé, empresario señalado como el representante de las constructoras en el presunto ‘club’? ¿Han coincidido?
A Rodolfo lo conozco desde hace 35 años más o menos. Siempre coincidimos porque somos amigos. Es una amistad que yo no puedo negar.

— ¿No había escuchado antes hablar de ese presunto ‘club de la construcción’?
No, ahora porque tú me estás contando. Yo no lo había escuchado antes, la verdad.

— ¿Y por qué coinciden dos testimonios en sus nombres?
A mí sí me gustaría que [a las personas que dieron] las declaraciones que tienes les preguntes: Señor, ¿usted tiene alguna prueba de lo que está diciendo? Si tuviera alguna prueba, caballero pues, pero no tiene, porque no es cierto. […] Nunca he tenido reunión con ningún empresario, nunca, nunca.

— Hay una denuncia contra usted por una irregular contratación en el 2007, cuando laboraba en la empresa regional Hidrandina.
Mi trabajo solo fue abrir los sobres, ponerlos en un papel y entregarlos. Yo puse en el informe que la empresa que se había presentado estaba ofertando 280 días y no 210, como se pedía en las bases. Eso se puso por escrito. El directorio o los que aprobaban [la contratación] pudieron declararla desierta, pero fue aprobada.

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