La cúpula terrorista celebra la decisión judicial de excarcelar a los subversivos Margot Liendo y Osmán Morote, quien se abrazó con Abimael Guzmán. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
La cúpula terrorista celebra la decisión judicial de excarcelar a los subversivos Margot Liendo y Osmán Morote, quien se abrazó con Abimael Guzmán. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Redacción EC

La Conferencia Episcopal Peruana emitió un pronunciamiento a raíz de la decisión del Poder Judicial de ordenar arresto domiciliario para los cabecillas de y .

La asamblea que agrupa a los obispos del Perú recordó que el terrorismo destruyó vidas, familias, comunidades y sometieron al país al miedo. En esa línea, consideró que las “secuelas de todo orden todavía no se han curado ni resarcido”.

Asimismo, llamó a la sociedad a defender el Estado de derecho, aunque sea “imperfecto y criticable” y rechazó que algunos grupos sigan promoviendo ideologías que justifican o promueven el terrorismo y/o sus métodos.

“Cabe preguntarnos: ¿El Estado ha cumplido su rol de garantizar a nuestro pueblo la integridad de la vida, el bien común y la construcción de una sociedad que mira el futuro con paz y justicia”, señala también la Conferencia Episcopal Peruana.

Como se recuerda, Morote y Liendo fueron excarcelados el viernes a fin de que cumplan una orden de arresto domiciliario en sus respectivas viviendas. Esta medida fue emitida el martes 17 por el Colegiado A de la Sala Penal Nacional.

Morote y Liendo cumplieron su condena de 25 años de prisión por terrorismo hace cuatro años. Sin embargo, afrontan otros tres procesos judiciales por los delitos de terrorismo agravado como autores mediatos en el atentado de Tarata, por el cobro de cupos y protección a las actividades del narcotráfico en el Huallaga (Caso Perseo) y por la matanza de campesinos en Soras. Desde que se iniciaron estos procesos han transcurrido 51, 48 y 61 meses, respectivamente.

Aludiendo a esta situación, la Conferencia Episcopal señaló que “una justicia que tarda, cualquiera fuere la razón, no es justicia, por el contrario, ocasiona más daño”.

En otra parte del comunicado, apunta: “El derecho a una justicia proporcional al daño causado es fundamental, pero también lo es el respeto a la ley, sin el cual caemos en la lógica que el más fuerte imponga siempre su voluntad. Pero nos preguntamos: ¿Esas personas que han seguido ese camino equivocado, han pedido perdón por ello, han mostrado arrepentimiento sincero?”.