Los cálculos previos al debate sobre la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo por permanente incapacidad moral hacían prever que el Congreso de la República no iba a alcanzar los 87 votos para lograr la destitución del mandatario. A ello se sumó la participación de una oposición parlamentaria que evidenció nuevamente su fraccionamiento, y que ha tenido indecisiones en su labor de control político en lo que va de actual período.
Es bajo ese escenario que tres expertos consultados por El Comercio evalúan el rol de la oposición en los recientes actos de control político al Ejecutivo. Participan Gonzalo Zegarra, analista político y consejero de estrategia; Mabel Huertas, periodista y analista política; y José Carlos Requena, analista político y socio de la consultora Público.
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1. ¿Qué saldo le deja a la oposición la frustrada vacancia presidencial?
Zegarra: “Visibiliza el grado de compromiso no solo con la vacancia, que es un tema controvertido en el Perú, sino la consistencia del discurso seudo opositor. Tienes un AP y un APP que dicen ‘no toleramos la corrupción’ y después a la hora de los votos eso no se refleja.
Desde el punto de vista de grupos específicos, como Podemos, desnuda esa inconsistencia retórica. Y eso contribuye, en primer lugar, a desprestigiarlos a ellos como individuos, ‘partidos políticos’, pero también a deslegitimar más todavía a la clase política en general y al Parlamento como institución. El saldo es absolutamente negativo, porque tienes un gobierno de hampones, inepto y además tiene vocación autoritaria, y no lo puedes vacar porque los congresistas están atendiendo sus propios intereses”.
Huertas: “Esto de alguna manera le resta credibilidad a la oposición y la vacancia termina siendo muy manoseada. Estamos viendo cuánto tolera la ciudadanía todos los escándalos de corrupción alrededor del presidente, pero por otro lado también pierde credibilidad la institución de la vacancia en sí. Pero también hay mucha desconfianza hacia el Congreso, a los congresistas que también están salpicados por algunos escándalos. Estamos en un efecto teflón. Lo que hace esto es restarle mayor credibilidad a la oposición, es como el cuento de Pedro y el lobo”.
Requena: “Los cálculos objetivos anunciaban ese desenlace, uno veía cómo se iban a ubicar AP o APP. Se ha optado por una convivencia y esta dosifica esas acciones como las que ha causado la censura de Hernán Condori. Pero es una oposición limitada a eso, a acciones políticas puntuales sin que haya una discrepancia suficientemente radical para poner en riesgo la permanencia de Castillo en el Congreso.
Uno ve una oposición limitada, quizás una más firme en Fuerza Popular, Avanza País y en algunos temas Renovación Popular. Y el resto de fuerzas están escogiendo sus batallas. Estamos frente a una oposición con una vocación contenida. Más que restarles credibilidad, evidencian sus prioridades. No ha estado Juan Silva, él renunció; la permanencia de Condori ha sido casi dos meses, con todo lo que causó su paso por el Minsa. Hay como una tolerancia a estos casos, que complica más la situación de la gestión pública en su conjunto”.
2. Bajo ese escenario, ¿qué rol debe y puede cumplir la oposición en adelante?
Zegarra: “Debería ponerse los pantalones y vacar a Castillo. Y si eso implica –tanto a nivel constitucional, donde el tema es discutible, pero sobre todo a nivel político– que ellos tengan que irse a su casa también, pues tienen que asumir eso. Estamos en un momento de necesidad nacional. Es tiempo de hacer algunos sacrificios. La destrucción que están cometiendo contra el Estado peruano no nos damos cuenta de cuán grave es, y nos vamos a dar cuenta recién en unos años.
Entonces, la situación amerita que tengan un mínimo gesto. Y si ellos tienen que irse a su casa, se tendrán que ir a su casa. Eso deberían, pero también lo pueden hacer. No va a pasar simplemente porque no les da la gana, porque los incentivos no están dados y no les interesa salvar al país. Nos vamos a tener que comer la destrucción del Estado y la normalización de la hamponería, porque estos señores quieren seguir con su sueldito cinco años más. Y quieren conseguir la obrita para el pueblito, etcétera. Esas ganancias pueden ser legítimas, tienen derecho a su sueldo y a hacer gestiones, pero cuando eso se hace al costo de dejar un gobierno de hampones que está saqueando al Estado peruano, esa ecuación ya no tiene sentido”.
Huertas: “La oposición lo que debe hacer es asumir sus funciones de fiscalización y control, eso es lo que debe hacer. Lo que pasa es que ellos no son capaces de articular nada hasta el momento. Mira esa comisión investigadora de las elecciones. O la Comisión de Fiscalización sobre las visitas irregulares a la casa de Sarratea, no llega a ningún lado porque de eso finalmente se está encargando el Ministerio Público.
Pero hay tantos intereses personales, empresariales o de gremios –como de transporte informal, minería ilegal y nadie habla del narcotráfico– que cada uno está yendo por sus propios intereses. Deberían trabajar ya en una reforma política seria, que nos garantice que si mañana se aprieta el botón rojo y se vaca al presidente, eso no se vaya a repetir. Pero no sé si serán capaces de lograr consensos en una reforma, en lo que sí logran consensos es en contrarreformas”.
Requena: “Siendo conscientes de que la vacancia o la renuncia son escenarios poco probables, le va a tocar ser más activa en acciones de control político. Si el Ejecutivo actúa de una manera, la oposición tiene la obligación de contenerlo. Hay muchos estropicios de las cosas que se están haciendo en el Estado, Petro-Perú es un claro ejemplo.
Si el liderazgo está coludido hasta hace algunas semanas, hay que hacer acciones de control recurrentes. Esto causará una ralentización de procesos, seguramente, pero en la medida que se contienen actos inmorales, será algo que el país le agradecerá la oposición lo que pueda hacer. Lo peor que se puede hacer es convivir con este tipo de prácticas, endosar este tipo de acciones. El caso de Juan Silva es un claro ejemplo de una alianza que no mira el beneficio de país, sino mira más factores patrimoniales”.
3. ¿Cuáles han sido los errores de la oposición respecto del control político al Ejecutivo?
Zegarra: “No son errores, es una irresponsabilidad. El Congreso ha omitido deliberadamente su obligación de hacer control político y censurar, por lo menos, a diez ministros que merecían la censura. Es ridículo que hayan intentado y fallado en dos mociones de vacancia y no hayan censurado ni dos ministros. Va contra un principio general del derecho, que es que lo menos no puede lo más. Si no puedes sacar a un ministro, no puedes sacar al presidente.
Es una oposición fintera, cuando pueden censurar a ministros que no hay duda de que pueden ser censurados, no lo hacen. O se demoran como con Juan Silva, al que no llegaron a censurar siquiera, pero se pasaron dos meses peloteándose a punta de esconder que tenían intereses en que se mantenga Silva, estaban hipotecados varios congresistas”.
Huertas: “La oposición tiene un cálculo: no disparo la bala de plata, porque puede afectar mi permanencia en el Congreso de la República. Ese es el cálculo que ha hecho con todos los Gabinetes presentados, salvo el de Héctor Valer. Después, a los otros los han aprobado al decidir por la estrategia de ir solicitando interpelaciones y censuras uno por uno, pero tampoco les ha resultado porque, como estamos viendo, hay intereses de por medio. Este es un gobierno que está buscando sobrevivir a toda costa”.
Requena: “Hay dos sectores que tienen particular sensibilidad, el de control y represión, Mininter y el Mindef, y los que tienen que ver con el aparato productivo, el MEF, Mincetur, Produce. En la medida en que estos espacios no pierdan su cariz técnico, en la mediad que se quieran desmontar los avances, esto tendría que ser un signo de preocupación para que la oposición implemente acciones de control político. Y eso no ha pasado. ¿A quiénes han censurado en este tiempo? A Carlos Gallardo y Hernán Condori. Suelen criticar los nombramientos, pero no ha habido alguna acción decidida en el caso de Juan Silva y muchos otros en donde no han tenido un rol tan proactivo. En el caso de Petro-Perú, que involucra al sector Energía y Minas, también tendría que haber muchas más preguntas”.
4. ¿Qué significa para la oposición la censura a Hernán Condori?
Zegarra: “Censurar a Condori es un deber político, moral y jurídico. Es un avance mínimo, pero van a ser dos de por lo menos 10. Es un avance simbólico en el mejor de los casos. Para mí no es ningún premio consuelo. Al final del día, están tan desprestigiados y están faltando de manera tan grosera a sus obligaciones de ejercer control político que mejor si lo hacen, pero casi que da lo mismo.
Lo más previsible es que el Ejecutivo va a poner al clon de Condori, como hizo con Silva en el MTC o Hugo Chávez en Petro-Perú. Así como es una oposición placebo, va a ser una censura placebo, porque no tiene el impacto real que debe tener, que es desaprobar la política sectorial –si es que se puede llamar así– en salud, porque esa política va a continuar. Van a poner a otro de Perú Libre que va a escoger Vladimir Cerrón y no pasa nada. Y esa es una de las razones por las que deberían vacar a Castillo”.
Huertas: La censura de Condori significa que, por lo menos en ese aspecto, hay consecuencia de pensamiento. Condori es indefendible, no es un tema ni si quiera político, sino técnico, de capacidades. El Congreso está ejerciendo su labor en este caso. No censurar a Condori le restaba a la oposición mayor credibilidad y hubiera generado mayor desconfianza, y la sensación de que hay cierta impunidad. Nos quedamos todos, pero no ejerzo mi labor efectiva, que es la de control político, la de investigar. Es decir, todo quedaba en discurso y eso generaría que un sector de la población inclusive sienta aún mayor rechazo al Congreso.
Requena: La censura a Condori es un gol de honor. Hay muchos señalamientos en otros sectores, vamos a ver si en estos la oposición puede ejercer acciones de control. Lo de Condori tomó su tiempo, parece un premio consuelo después de la rala votación que alcanzó el pedido de vacancia.