La normativa del Congreso de la República establece que la semana de representación es uno de los deberes funcionales de todo parlamentario, pero –en la práctica– su cumplimiento parece más optativo que mandatorio. De hecho, menos de la mitad de legisladores ha cubierto todas las semanas de representación que ha tenido el actual pleno en estos dos años desde que se instaló.
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ECData ha identificado, a partir de un análisis de información pública, que de los 130 congresistas, solo 56 realizaron actividades en las 19 semanas que hasta el momento se han destinado para la atención al ciudadano. Otros 74 acumularon conjuntamente hasta 112 licencias para excusarse de la tarea. [ver interactivo].
Según el artículo 23 del reglamento de este poder del Estado, los parlamentarios deben “mantenerse en comunicación con los ciudadanos y las organizaciones sociales con el objeto de conocer sus preocupaciones, necesidades y procesarlas de acuerdo a las normas vigentes”. Para ello, se establece que cada legislador debe “constituirse” en la circunscripción electoral que lo eligió durante “cinco días laborables continuos al mes”.
Pero, como lo detalla este Diario, decenas de legisladores han aplicado mecanismos para alejarse del mandato. Cabe precisar que, de todas las licencias, solo 29 corresponden a temas de salud justificados. Por otro lado, también hay 40 congresistas que, sin mediar licencia, simplemente omitieron rendir cuentas de sus semanas de representación mediante los informes que están obligados a presentar ante el Legislativo. Asimismo, hasta el 12 de agosto, 18 legisladores repartidos entre 8 bancadas y dos no agrupados aún no informaban sobre la semana de julio.
"El asunto es que tampoco existe un formato establecido por el Congreso sobre cómo debe estructurarse la semana de representación. Tampoco existe un formato obligatorio sobre los resultados de esas actividades".
Los parlamentarios que más incumplieron con este aspecto de la función son Digna Calle (Podemos Perú), Abel Reyes (Perú Libre) y Patricia Chirinos (Avanza País). Ellos fueron elegidos por Lima, Huánuco y Callao, respectivamente, y suman, en conjunto, 28 semanas de representación sin actividad consignada. El caso más curioso es el de Calle Lobatón, cuya licencia personal que mantiene desde febrero –mientras reside en los Estados Unidos– le ha permitido exonerarse de hasta diez semanas de representación. En su último informe, el de enero del 2023, sustenta solo dos días de reuniones con autoridades, funcionarios y vecinos de diversos distritos capitalinos.
El congresista Reyes Cam, con diez semanas desatendiendo problemáticas en su circunscripción, justificó solo tres de esas faltas con licencias. Por su parte, Chirinos Venegas presentó ocho licencias: cinco por temas personales, dos por salud y una por un viaje al extranjero. El Comercio intentó contactarse con ambos, pero solo esta última respondió a nuestras preguntas. La congresista dijo que sus permisos “están debidamente justificados” y “no generan ninguna sorpresa”.
“Mis labores y mi compromiso con la función de representación no se limitan a una semana al mes, sino que las realizo de manera permanente. Por ello, no solo recorro la región Callao, sino todas las regiones a lo largo del país. Incluso, estas labores las realizo los sábados, domingos y feriados. Y esto queda reflejado en la información que siempre comparto a través de mis redes”, precisó la parlamentaria Chirinos.
En 18 de los 74 casos identificados, figuran congresistas sin informes de semana de representación de julio del 2023. Por ejemplo, el legislador José Cueto (Renovación Popular), que acumuló cuatro licencias formales en otras ocasiones, cubrió la semana correspondiente a ese mes y tramitó el documento ante la oficialía mayor, pero este aún no ha sido difundido en el portal público del Congreso.
Vacíos que sí importan
Lima es el distrito electoral con más representantes (33) en el Congreso, pero es también el más desatendido: 25 legisladores limeños han faltado a una o más semanas de representación, sumando un conjunto de 66 semanas sin darle audiencia a los problemas de la capital. Amazonas, distrito electoral con dos representantes en el Congreso, es el único sin semanas desatendidas.
En diálogo con El Comercio, el ex oficial mayor del Congreso, José Cevasco, señaló que, en torno a la semana de representación, existen pocos incentivos y vacíos regulatorios que contribuyen a flexibilizar su cumplimiento en cantidad y en calidad. El caso de Lima es un buen ejemplo para explicarlo, estima.
“Lima es el distrito electoral con más electores y el de las problemáticas más visibles. Ahí están fallando tremendamente los congresistas porque hay población suficiente como para hacer un buen trabajo en las semanas de representación. El asunto es que tampoco existe un formato establecido por el Congreso sobre cómo debe estructurarse la semana de representación. Tampoco existe un formato obligatorio sobre los resultados de esas actividades. En el reglamento no hay ninguna sanción, además, por no presentar el informe de rendición de cuentas; tampoco hay plazos ni fechas límites para ello”, destacó Cevasco.
Consultado sobre congresistas que destinan otros días para una agenda de representación, Cevasco advirtió que no se debe confundir el concepto y la finalidad de la semana de representación con la función de representación –natural y a tiempo completo– que tienen los parlamentarios.
"El signo de interrogación gigantesco es cómo se están evaluando los motivos y la utilidad de ciertos viajes particulares. Tenemos el caso de Digna Calle, por ejemplo, con licencia tras licencia"
El abogado Martín Cabrera, consultor en asuntos públicos y temas parlamentarios, indicó a este Diario que los pocos filtros para presentar cierto tipo de licencias también afectan indirectamente el cumplimiento de estos períodos mensuales centrados en la representación. Detalló que, si bien el reglamento dispone que, con razón, el parlamentario puede excusarse por motivos de salud debidamente sustentados o por viajes oficiales al exterior, existe un margen para el uso indiscriminado de licencias.
“El artículo 22 del reglamento del Congreso, por ejemplo, se establece que, por viaje particular, ‘se decidirá [el permiso] según la evaluación que se realice sobre los motivos o la utilidad del viaje en beneficio del Congreso o del país’. El signo de interrogación gigantesco es cómo se están evaluando los motivos y la utilidad de ciertos viajes particulares. Tenemos el caso de Digna Calle, por ejemplo, con licencia tras licencia”, dijo Cabrera.
Para el especialista, si es que existe disposiciones para evaluar los motivos de quienes faltan a las semanas de representación, también deberían haberlas para evaluar los resultados cuando la función sí se cumple. Además, recordó el caso del excongresista Daniel Salaverry, quien fue denunciado constitucionalmente –mecanismo que el actual Congreso aprobó– por haber presentado informes falsos sobre sus semanas de representación correspondientes al 2017 y al 2018, y por las que había cobrado viáticos.
También en comunicación con este Diario, el ex oficial mayor del Congreso, César Delgado Guembes, argumentó que la semana de representación dejó de ser atractiva para los congresistas desde que ya no existe la posibilidad de una reelección inmediata. La no reelección, vigente desde el 2018, combinada con el hecho de que los congresistas no están sujetos a mandato imperativo [de sus electores], genera –según estima Delgado– una “disociación” frente a lo que originalmente se pensó como semana de representación.
“La semana de representación –que implica generar vínculos con comunidades dentro de un distrito electoral– era un incentivo para la reelección. Además, hay que recordar que, de acuerdo con la Constitución, los congresistas una vez en el cargo no representan a ninguna circunscripción, sino que representan a la Nación. Entonces, ellos están respaldados por un factor constitucional que no ha sido adecuadamente integrado al reglamento del Congreso. El reglamento prevé el vínculo entre el congresista y su circunscripción, pero en realidad, una vez electos, dejan de representar solamente a la circunscripción”, sostuvo.
Para el experto, la semana de representación en el escenario actual, con normativa poco cohesionada y desincentivos políticos, resulta irrelevante en su utilidad. Si, en su mayoría, los diálogos con vecinos y autoridades no conducen a acciones concretas y eficaces por parte de los legisladores, Delgado sugiere que el concepto debería eliminarse y el tiempo destinado a este ser utilizado para más sesiones de trabajo parlamentario medible, como el de las comisiones o el pleno.