Fernando Vivas

A Javier Arévalo, el presidente del Poder Judicial, le gusta el suspenso. Los jueces son hitchcockianos: conocen la sentencia, pero administran dramáticamente la manera de lanzarla. Varios periodistas lo buscamos para que diga si miembros de la JNJ lo presionaron para emitir un comunicado a favor de la ex fiscal de la Nación Zoraida Ávalos. Nos mandó decir: “Me guardo para el Congreso”. Y allí estuvo, el viernes 22, para decir a la Comisión de Justicia en su cara pelada: “Ni el Congreso, ni la JNJ ni la fiscalía pueden andar abriendo investigaciones por chismes [...]. A mí nadie me presiona”.