La juramentación del Congreso: Un partido de fútbol [CRÓNICA]
La juramentación del Congreso: Un partido de fútbol [CRÓNICA]
Gerardo Caballero

La sesión de juramentación de los nuevos parlamentarios fue un adelanto de lo que será el nuevo Congreso. Los fujimoristas no solo son mayoría entre los escaños. Ocuparon 73 de los 130 curules: Los pisos segundo, tercero y cuarto del Hemiciclo, donde se encontraban los invitados, también reflejaban esa mayoría fujimorista.

Aquellos congresistas que, entre otras cosas, juraron por fueron aclamados por las tribunas. Perdón, por las galerías. En cambio, a los asistentes que arengaban a sus partidos (APP, Peruanos por el Kambio, Frente Amplio) eran acallados a fuerza de abucheo y pifias.

Este fue el ambiente que se vivió en el Hemiciclo desde que el presidente de la Junta Preparatoria, Kenji Fujimori, quien ganó este rol protagónico por haber sido el candidato más votado del partido más votado, tomó la palabra.

Como si diera un mensaje por Fiestas Patrias, Kenji Fujimori leyó su discurso. Empezó por decir que la tradición era que el congresista más votado presidiera el Parlamento, pero él rechazaba tal honor. "Quisiera aprovechar esta magna ocasión para reiterar mi decisión de declinar la presidencia de la Mesa Directiva", dijo.

Luego siguieron los elogios para su partido, que es el "más grande e importante", "que tiene una mayoría parlamentaria decisiva para afianzar la estabilidad de la democracia" (arengas desde las galerías: "¡Fuerza, fuerza, fuerza! ¡Fuerza Popular!"), y para su hermana Keiko Fujimori, "que ha llevado adelante una causa noble y justa" (más arengas desde las galerías: “¡Fuerza, fuerza, fuerza! ¡Fuerza Popular!”).

El discurso de Kenji Fujimori se prolongaba mucho más de lo esperado. Los parlamentarios de la minoría, varios de ellos nóveles, no sabían qué hacer, solo se miraban entre ellos. Hasta que el aprista Mauricio Mulder, quien ayer inició su cuarto período consecutivo como congresista, vociferó: "¡Tienes que tomar juramento nada más!". El acciopopulista Víctor Andrés García Belaunde también quería que Fujimori detuviera su discurso: "¡Ya!"

Las arengas del fujimorismo intentaron contrarrestarlos, pero los apristas y acciopopulistas (que ahora se sientan juntos) empezaron retomaron una práctica de los ochenta: el carpetazo. Solo así Kenji Fujimori concluyó pronto su discurso.

Pero la juramentación de 130 parlamentarios no podía estar exenta de estas pugnas de poder: La fujimorista Tamar Arimborgo sacudió el hemiciclo cuando juró "por el indulto humanitario a Alberto Fujimori y la reconciliación". Las galerías se encendieron: "¡Fuerza, fuerza, fuerza! ¡Fuerza Popular!".

Y quienes sintieron de manera más clara la hostilidad de las galerías fueron Marisa Glave e Indira Huilca, (ambas del ) quienes –sentadas una al lado de la otra– se daban ánimos antes de hacer sus juramentos.

La primera de ellas, ex regidora de la Municipalidad de Lima, juró "por que nunca más una mujer sea esterilizada contra su voluntad". Pero mucho más provocadora fue la segunda, quien luego de jurar por la memoria de un padre, ex líder sindical Pedro Huilca (asesinado durante el régimen fujimorista), lo hizo también "por los estudiantes asesinados en la universidad "La Cantuta", y por todas las víctimas de la dictadura fujimorista". El bullicio de protesta de los invitados fujimoristas fue realmente ensordecedor, al punto que no se alcanzó a escuchar el final del juramento de Huilca.

Desde ese momento, el fujimorismo buscó devolver el golpe, aludiendo al terrorismo, al cual intentan vincular con Frente Amplio. Fue lo que hizo Úrsula Letona, quien, mirando a los representantes de dicha organización política, juró "para que nunca más vuelva el terrorismo a nuestro país". Nuevamente las arengas: "¡Fuerza, fuerza, fuerza! ¡Fuerza Popular!"

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