El presidente del Consejo de Ministros, Walter Martos, obtuvo la noche del martes el voto de confianza del Congreso. A una semana del rechazo a su antecesor, Pedro Cateriano, el actual jefe del Gabinete empezó su exposición haciendo un llamado a la unión frente a esta crisis sanitaria y económica. El Comercio conversó con politólogos y analistas políticos sobre el discurso del primer ministro.
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La politóloga Gabriela Vega sostiene que el discurso de Martos enmienda y corrige los errores de Cateriano, en tanto se centra en la crisis sanitaria y los grupos más vulnerables.
Además, su discurso está dirigido a sus interlocutores reales: los congresistas. “Es un discurso que reconoce el juego político real en el que el Ejecutivo no se basta a sí mismo y requiere de los poderes en el Congreso”, sostiene.
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Para Omar Awapara, director académico de Ciencias Políticas en la UPC, lo destacable del discurso fue que se puso el tema sanitario al centro. “Más allá de que no hubo grandes detalles, lo que ha querido hacer es diferenciarse de Cateriano y que la salud sea la columna vertebral de lo que va a enfrentar este Gabinete”, señala el politólogo.
En tanto, para el analista político Juan de la Puente, lo mejor del discurso fue la exposición de temas sociales: trabajo, agricultura, desarrollo social e inclusión, mujer, cierre de brechas y conflictos sociales.
“Hay acciones puntuales y concretas”, señala. Además, destaca el esfuerzo por mejorar la interoperatividad en la justicia, y poner sobre la mesa el Pacto Perú.
¿Hay un cambio en el rumbo de las medidas de control de la pandemia?
Los tres analistas coinciden en manifestar que el discurso de Martos no entra en detalles sobre cómo van a afrontar la pandemia de forma distinta. “Seguimos hablando de sincerar números, pero no hay una estrategia nueva sobre cómo afrontar el problema”, sostiene Awapara. “Hay acciones, pero no parece nada coherente”, complementa De la Puente.
Awapara indica que el plan sigue siendo bastante amplio, no hay mucho más allá de lo dicho por Vizcarra. “Hay algunos detalles sobre los mercados y estrategias de focalización, pero no es un cambio radical sobre cómo se está afrontando”, afirma.
De la Puente espera que en las intervenciones pendientes se complemente esta información.
En tanto, Vega sostiene que si bien hay claridad sobre lo que se está haciendo –refuerzo de medidas y restricciones ante los rebrotes–, no significan un cambio de rumbo, sino más bien respaldo a la estrategia antes ya compartida por la ministra Mazzetti.
¿Las medidas sobre reactivación y recuperación de empleos son suficientes?
De la Puente sostiene que hay un logro en la protección social, en la entrega de bonos, que sirve para mejorar la demanda. Y Awapara resalta que lo que más llama la atención de este punto es que el énfasis ha estado en lo que puede hacer el sector público antes que el privado.
“Va en la línea de los programas que ya estaban anunciados, pero no hay mucho más que eso. La diferencia con Cateriano es el sector minero y la actividad privada, pero los anuncios están dentro de lo que al Estado le tocaba”, exclama Awapara.
“Esta crisis es tan grave que me cuesta decir que alguna acción estatal podría ser suficiente. La designación en la cartera de trabajo de un profesional con experiencia y visión desde lo público es una buena señal. Hasta ahora el MEF ha sido un líder en solitario; es necesario ver a Trabajo ocupar un rol mucho más productivo y audaz en la reactivación”, señala Vega.
¿A qué se debe la diferencia con el discurso de Cateriano de la semana pasada?
“A mí me parece que lo que ha buscado es que le den la confianza. Y una forma sencilla de hacerlo es mantener el discurso corto y sin entrar en tanto detalle”, sostiene Awapara. Para él, Martos incluso evitó hacer una defensa férrea de la reforma universitaria, como lo hizo Cateriano. “Ha abierto la posibilidad de que ninguna bancada le niegue el voto”, sostiene.
Una de las diferencias, según Awapara, es la personalidad de Martos, antes que la ideología. “Martos es parte de un gabinete al que no se le dio el voto de confianza. Probablemente ha tomado en cuenta que no tiene sentido que le nieguen la confianza y no los dejen trabajar. En ese sentido, ha sido más político que Cateriano: trató de hilar fino, no levantó la voz, hizo alusión a la unión”, señala el politólogo.
En tanto, para De la Puente, la diferencia está fundamentalmente fuera del mensaje. “Hoy no tenemos el conflicto de Espinar, el Congreso está más presionado por darle el voto de confianza; las expectativas son más bajas que con Cateriano. Eso favorece al Gabinete”, sostiene.
Para Vega, este discurso estuvo más cercano a las prioridades y narrativas que manejó Vizcarra. “La pregunta es por qué se permitió, hace una semana, presentar un discurso tan diferente. Giros tan rápidos claramente no hablan bien de la estrategia y claridad del Gobierno; pero saber recibir el mensaje y enmendar lo equivocado, sí”, señala Vega.
En esa misma línea, Awapara considera que la designación de Martos es más parecida al perfil de Zeballos y al del propio Vizcarra. Para él, Cateriano era diferente al entorno usual del presidente.
Awapara y De la Puente sostienen que hay menor posibilidad de que las bancadas voten en contra de la confianza al Gabinete Martos. “Ha evitado pisar callos. A diferencia de lo que vimos la semana pasada, en el tema de la educación tampoco hizo una defensa muy fuerte ni del ministro ni de la reforma. UPP podría darle el voto de confianza y el jueves censurar a Martín Benavides”, indica Awapara.
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