El 2024 puede ser un año clave para los cambios en la normativa electoral con miras a los comicios del 2026. El Comercio convocó a cuatro jóvenes militantes para poder conocer la visión de las nuevas generaciones política.
¿Qué proponen los nuevos rostros para una reforma política?
Existe hoy una sobrerregulación política que en 20 años ha conseguido únicamente empoderar improvisados que suelen incurrir en transfuguismo, abandonando toda posibilidad de proyecto colectivo. Muchos de esos improvisados llegan al poder con dinero sucio, especialmente del narcotráfico. Para cambiar esto, existen tres caminos.
1. Desregular la actividad política hacia una ley general que promueva la oferta y la participación política y que combata el prejuicio ‘reformólogo’ que busca enfrentar a los peruanos aduciendo que los políticos son malos y la participación civil buena. Abandonar la idea de las PASO (elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), pues no hay evidencia que sustente su eficacia.
2. Sincerar la representación parlamentaria para que las personas sepan qué parlamentario las representa. Las actuales circunscripciones desdibujan la representación, habiendo regiones con pocos habitantes que cuentan con congresistas y, a la vez, distritos con más población que algunas regiones que no cuentan con representación. No hay bicameralidad ni unicameralidad que soporte este diseño.
3. Para frenar el transfuguismo, que a cada renuncia de un congresista, la bancada que lo llevó al Congreso pierda una curul mientras que el renunciante abandone sueldo y hemiciclo.
La reforma política es un tema que debe empezar a debatirse dentro de los propios partidos políticos. Si hablamos de épocas no electorales, nos daremos cuenta de que la actividad partidaria prácticamente desaparece.
En Fuerza Popular encontré un espacio con apertura para construir, bajo el liderazgo de Keiko Fujimori, a quien le reconozco y estoy segura de que su gran legado para la historia de nuestro país será la consolidación del partido más grande, organizado y popular de la presente y siguientes generaciones.
Desde aquí he podido ser partícipe del gran esfuerzo que se hace por la formación política de cuadros, desde adolescentes, el debate constante de ideas, el conocimiento profundo de la realidad y el premio a la meritocracia sin necesidad de leyes de cuotas.
Es cierto que a nivel de legislación queda pendiente la eliminación de los movimientos regionales, puesto que no cuentan con las mismas exigencias que los partidos, siendo muy fácil para ellos formar uno para cada elección sin rendir cuentas.
Otro tema pendiente es la elevación del requisito de postulación a tres años de militancia, lo que desincentivaría el transfuguismo. Sería beneficioso para el Perú que los partidos iniciemos un diálogo constructivo para fortalecer nuestras organizaciones como base fundamental de la democracia.
La salud de nuestra democracia depende de la vitalidad y eficacia de los partidos políticos. Como militantes, estamos convencidos que es necesario avanzar hacia una reforma que fortalezca, consolide y mejore la representatividad de los partidos, actores centrales de nuestra democracia.
La bicameralidad abre una oportunidad inmensa para nuestro país. Este cambio contribuirá al equilibrio necesario en la toma de decisiones legislativas, asegurando un debate más enriquecedor y una representación más equitativa de la diversidad de nuestro país.
En segundo lugar, es necesario avanzar hacia una reforma política que mejore la salud interna de los partidos, estableciendo mecanismos de financiamiento transparente y de rendición de cuentas, y promoviendo la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Por último, la mejora de la calidad de representación debe lograrse sin aumentar el costo de la política. Esto implica evitar el electoralismo intrusivo, así como fomentar la meritocracia y la formación teórica, doctrinaria y práctica de nuestros líderes y militantes políticos.
No hacen falta nuevos partidos políticos, sino mejorar y fortalecer los existentes para alcanzar un sistema más estable que garantice la responsabilidad y una genuina representación de los intereses sociales.
Con base en mi experiencia de 20 años de militancia en Acción Popular, considero que existen reformas políticas urgentes para fortalecer los partidos políticos y evitar el clientelaje y el transfuguismo.
Se debe establecer un tiempo mínimo de militancia para postular a cualquier cargo de elección popular; por ejemplo, los partidos nuevos que se inscriban en el JNE deben esperar mínimo una elección general para postular a sus candidatos.
De la misma manera, una persona que desea postular a la presidencia de la República debería estar inscrita mínimo con seis años de antigüedad en su partido político. Para ser candidato al Congreso debería tener mínimo cinco años de militancia. Para ser gobernador, consejero, alcalde o regidor, tener como mínimo cuatro años de militancia en cualquier partido. Es decir, se debe militar en una organización política mínimo una elección anterior al cargo que busca ocupar; con ello aseguramos que no se inscriban solo para postular y así también evitamos que se migre de partido en partido en cada elección que exista.
Asimismo, se busca evitar que los recién llegados compren votos de los militantes para ser candidatos, así como fortalecer la militancia en los partidos políticos y evitar que solo se afilien a uno para ser candidatos pasajeros de lo que puede terminar siendo una combi electoral.
TE PUEDE INTERESAR
- Gobierno tiene plazo para observar o promulgar la eliminación de las PASO hasta el 19 de enero del 2024
- Congreso: Con Nieves Limachi ya suman cinco los parlamentarios sentenciados en este período
- APP plantea que Congreso y no JNJ destituya a jueces y fiscales supremos: ¿Cuáles son los peligros de la propuesta?
- Congreso: estas son las leyes polémicas y con nombre propio presentadas este 2023
- Otro beneficio: Congreso autoriza reparto de tarjetas de consumo en días festivos del 2024