Rennan Espinoza (Lima) se acaba de convertir en el segundo congresista que renuncia a su bancada en este periodo 2020-2021. Su salida de Somos Perú se produce luego de que no se tomara en cuenta su pedido para suspender a Guillermo Aliaga por los audios que lo vinculan al exjuez Walter Ríos, sindicado como parte de la organización criminal Los Cuellos Blancos del Puerto. Espinoza ahora buscará, como no agrupado, seguir impulsando leyes como la que suspende el cobro de peajes, la cual es de su autoría y defiende pese a que fue declarada inconstitucional.
— Renunció hace unos días a Somos Perú. ¿Es una salida definitiva o hay posibilidad de que retorne a la bancada?
No he conversado con nadie más después de la decisión, después de los pedidos que hice. Así que yo entiendo que no hay ningún punto más de discusión.
— ¿Quién fue la última persona de Somos Perú con la que conversó?
Inicialmente conversé con el congresista [Guillermo] Aliaga para pedirle que de un paso al costado suspendiendo su permanencia en la bancada, suspendiendo su militancia en el partido, porque le hacía daño a él y a la imagen del partido. Sin embargo, no creyó conveniente que esa postura era la más adecuada.
— ¿No ha conversado con la presidenta del partido, Patricia Li?
Sí, también conversé con la presidenta del partido. Mantenía sus dudas al respecto, y que lo dejaba en manos de la comisión de ética del partido. Pero la comisión de ética manifestó que estaban dando un plazo de 30 días para que pueda hacer descargos el congresista Aliaga, lo cual me parecía un plazo no muy adecuado. Esto no podía demorar 30 días, en 30 minutos se podía resolver. Si bien es cierto que existe el debido proceso, estamos en un partido político y por lo tanto necesitamos tomar decisiones políticas y de manera inmediata. Los gestos cuentan mucho, sobre todo la oportunidad de los gestos. Un gesto que se hace después de 30 días, ya resulta inoportuno.
— ¿Considera que hubo una especie de blindaje por parte del partido?
No sé si podríamos calificarlo como un blindaje, la comisión de ética va a abordar el tema. El problema es que no siento que se dio una reacción oportuna de la postura política y del mensaje político que debemos dar, más aun cuando se trata de un tema gravísimo. Por los audios, cantidad de llamadas que se conoce, no creo que Somos Perú merezca correr este riesgo, no creo que la bancada merezca correr este riesgo, de verse involucrada en un tema donde no tienen nada que ver. Yo no sé si es congresista Aliaga es culpable o no, eso se determinará donde corresponda, ya sea en la investigación fiscal o en la comisión de ética. Pero sí siento que se debió actuar de manera oportuna para mostrar que nosotros no estábamos dispuestos a responder sobre comportamientos dudosos de algún parlamentario.
— ¿Qué piensan los miembros de la bancada? ¿Conversó con ellos respecto al tema del congresista Aliaga?
He conversado con algunos de mi postura, y de lo que creo que debía haberse hecho. Pero no un tema formal ni corporativo. Esto es un tema que debió resolverse directamente con el congresista Aliaga, con quien sí hablé. Y en última instancia es la decisión del partido la que debió primar. Nuestra bancada quizás no tenga una relación directa respecto a la decisión que se puede tomar, porque esto pasa por una cuestión institucional partidaria.
— La mayoría de congresistas son afiliados.
No son todos dirigentes ni integran la comisión de ética. No tienen injerencia directa.
— Dentro de las idas y vueltas en el día de su renuncia, se filtró información de que usted tenía un interés particular por integrar la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Se mencionó un hecho específico que tiene que ver con su asesor principal, Juan Duarte, quien, según testimonios brindados a la Fiscalía, habría participado en la sustracción de documentos de una oficina que estaba lacrada por una investigación en curso contra el exfiscal de la Nación, Pedro Chávarry. ¿Su renuncia responde a esto?
Yo nunca tuve interés de participar en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Desde un inicio, no he integrado esa comisión. Después de que se hizo público este reportaje del señor Aliaga y su familia con ciertas negociaciones con los llamados Cuellos Blancos, el señor Aliaga fue retirado. De manera simultánea presentó una renuncia. También rápidamente se decidió que el congresista Mariano Yupanqui lo reemplazaría. Yo en ningún momento tuve interés en esa comisión. Al señor Juan Manuel Duarte lo conozco desde el 2011, trabajó conmigo los cinco años cuando era congresista en ese periodo. Él había asesorado a otros congresistas de Perú Posible, bancada que yo integraba por ese entonces. Tiempo después, él ingresa a trabajar a la Fiscalía como coordinador parlamentario. Un coordinador parlamentario es solo eso, un nexo entre la institución con el Congreso.
— ¿Ha conversado con el señor Duarte sobre las imputaciones en su contra en la Fiscalía?
Desde un comienzo, cuando se hizo público. Le pregunté por su grado de relación con el señor [Pedro] Chávarry, y simplemente me dijo que no tiene ninguna relación. Me dijo que postuló al cargo y por la experiencia que tiene fue contratado.
— Pero se le imputa haber ordenado insistentemente el retiro de documentos de su mismo despacho.
Le pregunté cuando se hizo público el testimonio de Rosa Venegas. Él me dice que es totalmente falso, que ese es un testimonio que se está haciendo tal vez para poder disminuir culpa o responsabilidad de quienes realmente participaron del hecho.
— El congresista Aliaga tenía a su cargo en la Subcomisión la denuncia contra Pedro Chávarry, y en su informe de hechos pedía citar a su asesor, Duarte, por este hecho del retiro de información de la oficina lacrada. ¿Tuvo que ver este hecho con su pedido para que el congresista Aliaga se retire de la Subcomisión? Es lo que se dio a entender.
Yo no he tenido acceso a ese informe, no sé si es público. Pregunté y me dijeron que ese informe aún no se conoce. Nadie me ha contado sobre ese informe, no sé lo que dice y no sé si existe. El señor Aliaga ya no es miembro y la Subcomisión puede citar a quien quiera para que dé su testimonio. El señor Duarte no es mi familiar, no tendría razón para hacer una defensa si no es por la confianza que puede recibir de su palabra. Pero al mismo tiempo puedo terminar por enterarme de hechos fácticos, es un tema que está viendo la Fiscalía. La Subcomisión solo puede tomar postura respecto de aquellos funcionarios públicos que cuenten con arraigo constitucional, el señor Duarte es un civil más. Solo para los que tienen derecho a antejuicio. Contra el señor Duarte no sé qué podría haber hecho la Subcomisión. Por último, el señor Duarte solo trabajará hasta el próximo martes en mi despacho.
— Si bien Somos Perú es una bancada que siempre actúa en bloque, siempre se ha hablado de una disputa de liderazgo entre el congresista Aliaga y usted, la misma que surgió desde la repartición de puestos cuando se decidió la vocería y la segunda vicepresidencia que les correspondía. ¿Esta renuncia es producto de esa disputa?
No hay nada de cierto en esas versiones, pero no deja de ser una realidad que, teniendo Somos Perú la opción de estar en la Mesa Directiva, las cosas se puedan interpretar de esa manera. Como habíamos quedado en su momento con el grupo, era preciso que gracias a la experiencia que yo tenía por haber sido parlamentario [2011-2016] mi contribución iba a ser mucho más productiva en la vocería que en la vicepresidencia. Nunca hubo disputa, el que estuvo haciendo las negociaciones con las otras fuerzas políticas para integrar la Mesa Directiva fui yo. Me invitaron para estas negociaciones, lo coordiné con la presidencia del partido en su momento. A [Manuel] Merino lo conocía de cuando fuimos parlamentarios. Siempre estuvo sobre la mesa que participara yo en la vicepresidencia, pero la experiencia era mucho más productiva en la vocería. Era una posibilidad de que yo vaya a la vicepresidencia, pero no a un nivel de disputa.
— ¿Antes no ha tenido ningún tipo de discusión con el congresista Aliaga por algún otro motivo?
Ha habido buena química hasta el último día y va a seguir en la medida de que todo lo que se dice termine siendo falso. Pero el motivo de mi partida es que no se puede tolerar ningún acto de corrupción. Si bien es cierto existe la presunción de inocencia, los audios y cantidad de llamadas me hacen dudar de que [Aliaga] no haya tenido nada que ver o que haya desconocido las negociaciones que su padre hacía con el entonces juez Walter Ríos.
— ¿Qué le toca a usted en su carrera política? Se salió de Perú Posible y ahora de Somos Perú. ¿Es esto el inicio de su retiro o buscará otra tienda política?
No estoy buscando nada, esto ha sido algo sorpresivo. No me imaginé que Somos Perú iba a terminar negando la posibilidad de exigir una separación momentánea del congresista Aliaga. No tengo nada pensado, no he tenido conversación con nadie. Veremos qué pasa en los siguientes días.
— ¿Ninguna otra bancada le ha abierto sus puertas? ¿Se sumaría a otra bancada?
En estos momentos te respondería que no, pero no sé más adelante. Hay que reconocer que la posibilidad de presentar leyes pasa por juntar firmas y al estar solo no cumpliría el requisito. Y para resolver esa parte administrativa, no deja de ser una alternativa.
— Somos Perú y Alianza para el Progreso son las dos únicas entre las nueve bancadas que, hasta la fecha, no se han fraccionado en el voto. ¿Cómo fue ese trabajo como vocero para lograr posturas unánimes?
La bancada estuvo haciendo un trabajo bastante bueno, siempre votando en bloque. Eso se logró conversando con los demás colegas y entendiendo que las posturas tienen que obedecer a una postura partidaria, corporativa, unitaria, y que las divergencias políticas tienen que resolverse al interior hasta llegar a una sola postura. Somos un partido, no dos o tres organizaciones que han hecho una alianza para llegar al Congreso.
— ¿Se dieron situaciones en las que usted pensaba distinto, pero se terminó plegando a la decisión de la mayoría de la bancada?
Sí, claro. Específicamente en el tema de las AFP.
— ¿Estaba en contra del retiro del 25% que se aprobó?
Estaba en contra de los montos. Me parecían un poco elevados. Era un tema complejo. Y lo mismo con la ONP. Me allané como corresponde.
— Usted fue el autor de la ley que suspende el cobro de los peajes administrados por concesionarios privados. El Tribunal Constitucional la acaba de declarar constitucional. ¿El Congreso se excedió con esta norma, o cómo lo analiza usted como autor de la norma?
El TC no ha cumplido una labor efectiva porque ni siquiera ha revisado el contrato de concesión. Porque este contrato dice claramente que los cobros de peajes se suspenden cuando ocurren hechos fortuitos. No dice algo sobre una pandemia como tal, pero sí habla de un caso fortuito, extremo. Este tema de la pandemia es un caso fortuito, calzaba perfectamente. El mismo criterio ha tenido el Poder Ejecutivo al suspender el cobro de peajes que administra el Ministerio de Transportes. Lo hicieron por un tema sanitario.
— Pero esos son peajes administrados por el Estado. La Constitución establece que no se puede resolver unilateralmente un contrato con un privado.
El contrato no ha sido resuelto, el contrato ha sufrido una suspensión en su ejecución por un tema fortuito. El contrato mismo lo contempla. El concedente, que es la Municipalidad de Lima, no pidió que se cumpla eso, pero estaba el Congreso para abordar el tema. Considero que el Tribunal Constitucional no ha hecho un trabajo exhaustivo de mayor revisión.
— El TC lo que evalúa no es el contrato, sino la constitucionalidad de la norma aprobada por el Congreso. Una norma aprobada sin estudio previo de comisiones, sin mayor análisis, y ha elaborado incluso observaciones sobre las votaciones a través de los portavoces. Es eso lo que se analizó.
Eso es un tema más de forma que de fondo. Lo mismo se analizó cuando se dio la denegatoria del voto de confianza que fue pedido por el exprimer ministro Salvador del Solar. Para algunos casos sí vale la forma, pero para otros queda de lado y se va sobre el fondo. En este caso de los peajes se ha visto la forma, mas no el fondo.
— Si llevamos ese criterio al Congreso, tenemos varios ejemplos donde se preocupan más por la forma que analizar el aspecto técnico, de fondo, de las normas que aprueban.
Es un tema que lastimosamente entiendo que suspender las formas porque la realidad de los hechos lo ameritaba. La forma, dentro del Congreso, es bastante larga, bastante burocrática, su misma naturaleza y organización hace que las decisiones sean lentas. Y hay, en ciertos casos, decisiones que deben salir con rapidez, como hay otras que deben ser profundamente analizadas y no se puede estar sacando normas y estar corrigiendo. Debemos asumir que, a veces, por querer hacer las cosas de manera rápida, se ha obviado ciertos procedimientos de forma, pero al fin y al cabo la decisión de los votos determina lo que quiere la institución. Si vamos a perder 30 o 50 días para tomar todas las previsiones de la forma, pero vamos a llegar a lo mismo, podemos aplicar la economía procesal.
— Las demoras vienen de los propios congresistas. La Comisión de Ética, que la preside Somos Perú, va tres semanas sin sesionar y hasta la fecha no emite un solo informe final.
En otros aspectos se toma la forma como una regla que termina siendo larga y sin puerto.
— En Junta de Portavoces también vemos que se termina priorizando leyes declarativas. ¿Cuál termina siendo el criterio para la construcción de la agenda legislativa?
La Junta de Portavoces tenía el criterio de avanzar con rapidez. Porque, si nos vamos a la forma, el reglamento habla de que la instancia encargada de la agenda es el Consejo Directivo, ni siquiera es la Junta de Portavoces.
— ¿Entonces por qué lo hacen desde Portavoces?
Porque es más fácil reunir a los portavoces que a todo el Consejo Directivo. En buena cuenta, la mayoría de portavoces son miembros del Consejo Directivo.
— Sí, pero se están saltando su propio reglamento.
Ya es una costumbre, por excepción, tomar este tipo de decisiones, y terminan siendo validadas con el voto del pleno.
— No me queda claro el criterio para la construcción de la agenda.
Son pedidos que hacen los voceros y los votos terminan primando. Hay pedidos que, por no alcanzar los votos, no entraban en agenda. O había un análisis previo de los votos y no había los necesarios, por lo que se esperaba una o dos semanas más.
— Hay mucho de cálculo político en la construcción de la agenda legislativa, entonces.
Tal vez, para algunos temas. La gran mayoría estuvo exigiendo la incorporación de la ONP, pero teníamos varios dictámenes y no se lograban poner de acuerdo. Terminaban haciendo fórmulas un poco complicadas, pero se votó a favor. Hoy [sábado], para la Ley de trabajadoras del hogar, había dos dictámenes y los presidentes de comisión se han tenido que juntar para elaborar un texto sustitutorio, pero tampoco es el procedimiento reglamentario.
— Esa otra de las críticas a este Parlamento. En los pocos casos donde existen dictámenes, se terminan desechando en el pleno para, sobre la marcha, elaborar textos sustitutorios con fórmulas totalmente distintas. ¿Por qué ocurre esto?
En aras de poder abreviar todo, de llevar un texto que resuma las posturas de dos comisiones, se termina en un tema que es antirreglamentario. Por ahorrar tiempo.
— No es lo correcto que el Congreso viole su propio reglamento que tiene rango de ley, ¿no le parece?
Hay una vieja frase conocido que dice “hacer lo correcto, no es lo correcto”. Tal vez quieren hacer lo correcto por hacer cosas mucho más rápidas y pragmáticas, pero no termina siendo lo correcto, mirando la normatividad que rige dentro del Congreso.
— Este es su segundo periodo en el Congreso. ¿Usted atribuiría todo este desorden a la inexperiencia de la mayoría de actuales legisladores que afrontan su primer periodo?
La inexperiencia pasa factura, acá y en cualquier lugar. Pero un hecho adicional es la pandemia que, estoy seguro, no ha permitido que se conozcan los 130. Hay muchos que ni siquiera se conocen en persona. Eso también ha jugado en contra. No han podido profundizar ni con sus asesores.
— Cuando se conocieron los resultados del 26 de enero, ¿Usted conocía a todos los legisladores que resultaron electos?
No a todos. No recordaba a los 140 candidatos que postulamos. Conocía a los números 1, 2. Pero algunos salieron elegidos siendo el número 7, 3 o 4.
— Ya se vienen las elecciones y se hablaba mucho de conversaciones entre Somos Perú y el alcalde de La Victoria, George Forsyth. ¿Cómo fueron las últimas negociaciones hasta su salida?
Eso lo manejaba el partido. No sé en qué situación estará en estos momentos. Sé lo que todo saben, que el señor George Forsyth está por postular con otro partido.