Desde el 2001 hasta la fecha, el Congreso de la República ha desaforado a un total de once parlamentarios. Esto, luego de denuncias y escándalos que los sometieron a investigaciones por presuntos delitos. Un nuevo caso que podría terminar en destitución dentro del actual período congresal es el de María Cordero Jon Tay, acusada de apropiarse de parte del salario de su personal de despacho.
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Fuerza Popular –el partido por el que fue elegida y que ya tramita expulsarla tanto de la organización política como del grupo parlamentario– ha presentado una denuncia ante la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales a fin de que se la expectore también del Legislativo. El miércoles último, la Comisión Permanente acordó un plazo de 15 días para que el grupo de trabajo investigue a la congresista y determine si el caso amerita la máxima sanción del desafuero.
En paralelo, Cordero Jon Tay es también investigada por la Comisión de Ética Parlamentaria. Tanto ella como otras congresistas señaladas por presunto recorte de sueldos –Rosío Torres, Magaly Ruiz (APP), Kathy Ugarte (no agrupada) y Heidy Juárez (Podemos Perú)– cuentan con expedientes abiertos en ese grupo de trabajo.
De acuerdo con el Reglamento del Congreso, el máximo castigo que puede imponer Ética es la suspensión del cargo por 120 días, una medida que ya se aplicó a otros legisladores como Freddy Díaz (APP; posteriormente fue desaforado), Enrique Wong (no agrupado) y Pasión Dávila (Bloque Magisterial).
Carga procesal
En los últimos 22 años, el período con más desafueros fue el del 2006-2011, que rigió durante el segundo gobierno de Alan García, con hasta cinco congresistas a quienes se les retiró del escaño tras denuncias constitucionales y levantamientos de la –por entonces vigente– inmunidad parlamentaria.
Dentro del Parlamento 2021-2026, el número se mantiene en uno, pero en paralelo abundan las denuncias ante la Comisión de Ética. Según información pública, en esta instancia se han revisado hasta 114 expedientes que involucran a 83 parlamentarios denunciados. Del total de carpetas, solo once fueron aprobadas para su sanción. Sin embargo, tres de los casos que recomendaban suspensión y que llegaron al pleno no fueron respaldados por mayoría.
El hemiciclo votó en contra de suspender a Elvis Vergara y Jorge Flores Ancachi, acciopopulistas sindicados como ‘Los Niños’, y retornó a la comisión el caso de Luis Cordero Jon Tay, fujimorista denunciado por agredir a su expareja.
Fallas de origen
En diálogo con El Comercio, el experto en temas parlamentarios y ex oficial mayor del Congreso, César Delgado Guembes, estimó que la eficacia del Legislativo en sancionar a sus miembros depende, en gran parte, a “la labor de vigilancia que realizan los medios de comunicación”. No obstante, refirió que la abundancia de denuncias y hechos bochornosos en cada período congresal tiene su origen en la poca diligencia de los partidos políticos al seleccionar candidatos probos.
“Es importante tener presente que, el caso de la señora Cordero Jon Tay y de todos los congresistas que han incurrido en presuntas irregularidades son gazapos que se les ha pasado a cada grupo político. Están tomando medidas correctivas, pero lo óptimo y deseable sería que [estas personas cuestionadas] nunca hayan llegado al Congreso. Esto hace pensar que los partidos no fueron el filtro para evitar que las irregularidades de nuestra ciudadanía se transporten de manera automática al Parlamento, que es lo que venimos viendo ahora”, dijo.
Consultado sobre si la autofiscalización que el Congreso realiza sobre sus miembros [a través de la Comisión de Ética o la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales] debería complementarse con observación o participación externa, Delgado Guembes insistió en que el problema está en las bajas exigencias y evaluaciones de las organizaciones políticas hacia los perfiles de quienes postulan.
“Las instituciones están cumpliendo con su rol. Tanto los medios de comunicación como la Defensoría del Pueblo, la Contraloría y la Fiscalía están haciendo su parte. El Congreso, lamentablemente, hace su parte y la hace como siempre la ha hecho. Pero ¿por qué estamos descontentos con la capacidad del Congreso de realizar actos de corrección disciplinaria de sus integrantes? Nuevamente: porque quienes están en el Congreso no han pasado por el filtro de los partidos políticos. El problema está en los partidos políticos. Es el origen de todos los males”, indicó.
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