Pedro Pablo Kucynski cumple prisión domiciliaria en el marco de la investigación que se le sigue por el Caso Odebrecht.
Pedro Pablo Kucynski cumple prisión domiciliaria en el marco de la investigación que se le sigue por el Caso Odebrecht.
Ariana Lira Delcore

El declive del poder de comenzó el 21 de marzo del 2018, cuando, a través de una transmisión en vivo, anunció su renuncia a la presidencia de la República.

Cuenta la periodista Rafaella León que, debido a las restricciones bancarias impuestas por la fiscalía, quien fue el hombre más poderoso del país hoy “vive de préstamos de amigos y le incomoda que sus hijas deban hacerle llegar dinero”.

El 11 de abril del 2019, Kuczynski se convirtió en el cuarto expresidente del Perú en ser privado de su libertad. Tras una orden de prisión preliminar y dos pedidos de prisión preventiva, el expresidente del Perú, de 80 años, termina el año en su casa, que funge de prisión.

Aquí un recuento de lo que fue el 2019 para Pedro Pablo Kuczynski.

—Los otros reveses—

El 4 de febrero, poco después de su renuncia a la presidencia, Kuczynski abandonó también la presidencia del partido que lo llevó al poder, .

A través de una carta, el expresidente dijo que dejaba en total libertad a la agrupación "para que busque su ruta y a sus líderes". Al mes siguiente, la organización oficializaría su nuevo nombre: “Contigo”.

A la semana siguiente, la Corte Suprema confirmaba la nulidad del indulto que poco más de dos años atrás le había concedido a , un hecho que –además- había desencadenado la cadena de sucesos que, finalmente, lo llevaron a renunciar al sillón presidencial.

—Entre el arresto y las clínicas—

El 10 de abril, el juez José Luis Chávez Tamariz ordenó la detención preliminar por 10 días contra PPK, en el marco de la investigación que se le sigue por el presunto delito de lavado de activos. El mandato respondía a un pedido del fiscal y tenía como finalidad de recoger elementos “que puedan servir como prueba” para las pesquisas.

Como se recuerda, Kuczynski es investigado desde octubre del 2017 por el de la fiscalía, luego de que se conociesen los pagos que realizó a empresas vinculadas al expresidente.

El 16 de abril, alrededor de las 10 p.m., el expresidente fue trasladado de la Prefectura de Lima a la clínica Anglo Americana de San Isidro, tras presentar un cuadro de presión arterial alta. Uno de los varios internamientos a los que se sometió el exjefe de Estado en el año.

Diez días después de dictada la orden de detención preliminar, el juez Chávez Tamariz –también a pedido del fiscal Pérez- tomó una decisión judicial más severa y dispuso 36 meses de prisión preventiva contra Kuczynski.

Según el magistrado, existían graves indicios de la comisión del delito, peligro de fuga y obstaculización en la investigación que desarrolla el Ministerio Público.

Sin embargo, tras una apelación, la medida de prisión preventiva fue revocada el 27 de abril por la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional Permanente Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios. En su lugar, se ordenó arresto domiciliario.

Ese mismo día, Kuczynski fue sometido a una operación para colocarle un marcapasos. Según un informe de la clínica Anglo Americana, el exmandatario había presentado taquicardia ventricular no sostenida, con riesgo de descompensación ante situaciones de estrés, con potencial riesgo de fibrilación ventricular y muerte súbita.

El riesgo de volver a prisión, sin embargo, volvió a asomarse el 20 de agosto, cuando el fiscal José Domingo Pérez solicitó al Poder Judicial variar el arresto domiciliario por una orden de prisión preventiva.

Según Pérez, al haber recibido en su casa a congresistas y políticos, Kuczynski había violado los impedimentos judiciales de tener reuniones políticas y comunicarse con testigos de las investigaciones a su cargo.

Sin embargo, el 23 agosto, el juez Chávez Tamariz rechazó el pedido del Ministerio Público y determinó que el exmandatario continúe con arresto domiciliario. El magistrado, incluso, consideró que prohibir las reuniones con testigos de investigaciones distintas a las del expresidente era “arbitrario, irracional y abusivo”.

Mientras el pedido se debatía en el Poder Judicial, PPK había sido trasladado, nuevamente, a un centro médico por presentar dolor en el pecho. El exmandatario fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Internacional de San Borja.

Luego de varios internamientos a lo largo del año, el 6 de setiembre Kucyznski fue ingresado una vez más en una clínica local, luego de presentar una descompensación. El expresidente fue dado de alta cinco días después.

El ingreso al centro de salud se dio horas antes de que se llevara a cabo la audiencia en la que se evaluó la apelación presentada por el fiscal Pérez contra el rechazo a su pedido de variar el arresto domiciliario por prisión preventiva. Finalmente, el 11 de setiembre, la Sala Penal de Apelaciones Anticorrupción rechazó el pedido del Ministerio Público y dispuso que Kuczynski continúa detenido en su domicilio.

En una crónica publicada por Rafaella León en abril, la periodista relata un diálogo que sostuvo con el expresidente:

–A ver si los últimos acontecimientos tienen suficiente carne para Netflix –nos dice.

–¿Qué actor podría hacer del personaje de PPK? –preguntamos.

–Lo podemos vestir a Salvador del Solar… Va a necesitar algún ingreso después de que salga del premierato.

–¿Y con qué escena empezaría usted?

–Por el final.

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