Con una votación en mayoría –89 de 130 congresistas– el Parlamento otorgó en la madrugada del viernes el voto de confianza al gabinete del primer ministro, Vicente Zeballos, luego de una jornada de casi 19 horas de exposiciones y cuestionamientos. El Gobierno acudió la mañana del jueves al Congreso para dar cuenta de las acciones de asumieron durante el interregno parlamentario y las políticas que tienen como Ejecutivo, sobre todo en este contexto de pandemia por el coronavirus (COVID-19).
Horas después del debate, algunos grupos parlamentarios zanjaron que este voto de confianza no es un “cheque en blanco” y que lo dieron a pesar de no estar de acuerdo con las decisiones del Gobierno y con el gabinete de ministros.
“Se tomó la decisión de dar el voto de confianza a pesar de no estar de acuerdo con las decisiones que no está tomando el Gobierno porque consideramos que era llevar a un incertidumbre que hacía más compleja la realidad del pueblo peruano. Ese fue el análisis de nuestra posición. Confiamos que el presidente asuma la decisión de cambiar a su equipo de generales, empezando por el presidente del Consejo de Ministros”, dijo la congresista Carmen Omonte (APP), a RPP Noticias.
MIRA: Congreso otorgó voto de confianza al Gabinete encabezado por Vicente Zeballos
Por su parte, Acción Popular dijo que se apostó por la gobernabilidad con el voto de confianza, pero son “conscientes” de la baja aprobación que tienen, señalan, el primer ministro Zeballos y el ministro de Salud, Víctor Zamora, “por la falta de un plan eficaz que aborde esta emergencia nacional”.
Durante la exposición de la madrugada, congresistas como Daniel Urresti (Podemos Perú), Rennán Espinoza (Somos Perú), Fernando Meléndez (APP), no dejaron de señalar lo que consideran errores de la gestión del presidente de la República, Martín Vizcarra.
Tres analistas políticos consultados por El Comercio consideran que el Gobierno del presidente Martín Vizcarra deberá, desde este punto de partida, asumir retos en tres tiempos: para enfrentar la pandemia, reactivar la economía y consolidar la democracia.
Además, consideraron que las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo podrían aumentar mientras más cerca nos encontremos de la campaña electoral hacia el 2021.
Los tres tiempos del Gobierno
José Incio, politólogo candidato al doctorado de Ciencia Política en la Universidad de Pittsburgh, considera que el Gobierno de Vizcarra –luego del voto de confianza– sí debería hacer algunos cambios ministeriales, pero estos tendrían que ser solo los necesarios.
“Los siguientes pasos para el Gobierno…la tiene bien complicada. Es cierto que se requieren cambios ministeriales por errores flagrantes y el cambio de timón podría ayudar. Si hay cambios, tienen que ser bastante quirúrgicos, los estrictamente necesarios hasta que pase la pandemia”, dijo Incio a El Comercio.
Por otro lado, el Ejecutivo debería pensar en cuál es el “legado” que dejarán al país y, para eso, deben remitirse a trabajar en tres tiempos, según Incio: al corto durante la pandemia; al mediano plazo para la recuperación económica; y al largo plazo con la consolidación de la democracia.
“En la recuperación, las medidas deben estar enfocadas en que si hablamos de nueva convivencia, ¿a qué se refiere?, ¿qué no es socialmente aceptable y que el Gobierno debe incentivar? Ha sido evidente la desigualdad, el problema estructural del Estado”, comentó Incio. Además, en cuanto a la consolidación democrática, se debe asegurar un proceso electoral que se lleve a cabo de manera transparente al 2021.
Sobre la relación Ejecutivo-Legislativo que puede configurarse, Incio considera que se tiene que construir sobre lo avanzado y no retroceder. Por ejemplo, sugirió, el Parlamento podría enfocarse en solucionar el registro de organizaciones políticas y se asegure unas elecciones y participación ordenada, “que estar viendo lo que ya se avanzó, porque lo único que hace es distraer o no resolver cosas específicas”.
“El Gobierno y Congreso más allá de algunos que tienen esa actitud, deberían buscar un punto en común sobre le cual trabajar”, añadió Incio. Finalmente, opinó que si bien el Gobierno de Vizcarra es popular, es “débil” al no contar con un respaldo partidiario o de bancada dentro del Congreso.
“Por un lado, podría parecer una ‘presa fácil’, que no quita que debe haber fiscalización, pero hay bancadas o congresistas que están fomentando noticias falsas y eso no está bien. Pero, eso podría ser un mal cálculo. En el Congreso anterior los que más atacaron son los que menos votos tuvieron en la ultima elección”, finalizó.
Una confrontación que se avizora
El analista político Jeffrey Radzinsky considera que a partir de ahora se pueden avizorar dos situaciones: que irá en aumento la confrontación Ejecutivo–Legislativo a medida que se acerca la campaña electoral, y habrá esfuerzos del Congreso para tener protagonismo. “No solo con medidas, sino golpeando al Gobierno”, dijo.
“Luego, lo que va a ir pasando es que el Congreso continúe sin una agenda prioritaria, y siga con la dispersión de presentación de proyectos. Eso dificulta que haya asuntos sustanciales que puedan verse para una eventual reforma. Todo está muy disperso y atomizado en la relación Ejecutivo-Legislativo”, añadió.
Una convivencia Ejecutivo-Legislativo
Para el analista Luis Nunes, así como el presidente Vizcarra anunció el ingreso a una nueva convivencia social, “la ciudadanía está esperando de la relación Ejecutivo–Legislativo una convivencia política, tratando de que empujemos el carro, cada uno desde su puesto, a que salgamos todos de la pandemia”.
Además, considera que el Gobierno debería acelerar una reforma del sistema bancario para el ciudadano. “Ayer [el jueves], Zeballos dijo: cuando el Gobierno quiere avanzar es el Estado el que lo detiene. El primer ministro reconoció que la burocracia no ha permitido implementar los bonos porque mucha gente no tiene cuenta en banco”, comentó.
Asimismo, se refirió a los cambios ministeriales del gabinete, y que estos deberían implementarse una vez que se termine el periodo crítico de la pandemia. “Cuando se cambia un ministro, pasan tres meses hasta que el personal de confianza es cambiado”, agregó.
Así fue la votación del pleno
De los 130 parlamentarios, 89 votaron a favor, 35 en contra del voto de confianza y cuatro se abstuvieron. Por otro lado, dos congresistas no emitieron su voto. Uno de ellos fue Manuel Merino, el presidente del Congreso, quien por el cargo que ocupa no está obligado a emitir un voto en las sesiones plenarias.
Los congresistas que votaron en abstención fueron Rocío Silva Santisteban, del Frente Amplio; y Jesús Arapa, Kenyon Durand y Wilmer Bajonero, de Acción Popular.
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