Por Jonathan Castro y Martín Hidalgo
La intención de voto para las elecciones complementarias de congresistas, bajo la lectura de analistas políticos, indica que el próximo Congreso será muy fragmentado: pocos partidos pasarán la valla, y no habrá una mayoría que destaque. Con la campaña en curso, la posición que tomen los partidos respecto a la gestión del presidente Martín Vizcarra y al cierre del Parlamento podría sumarles o restarles puntos decisivos para pasar la valla electoral.
Pocas organizaciones han marcado su posición respecto del gobierno de Vizcarra con gestos claros. El más confrontacional, hasta ahora, ha sido el Apra. Mauricio Mulder, respaldado por el secretario general político de su partido, Benigno Chirinos, ha sostenido que van a impulsar la vacancia del presidente.
Solidaridad Nacional ha reclutado a dos exparlamentarias que integraban el coro de voces más beligerantes en el período pasado: Yeni Vilcatoma y Rosa Bartra. Rafael López Aliaga, su secretario general, ha señalado a través de sus redes sociales que el presidente debe renunciar. Pero consultado sobre la posición de su partido, señala que “sería una locura pedir la vacancia [de Vizcarra], eso destrozaría más el país”. Su propuesta, de conseguir una bancada, es concertar con el Ejecutivo una agenda conjunta.
Martha Chávez, cabeza de Fuerza Popular por Lima, afirma que su agrupación no tiene la intención de vacar a Vizcarra, aunque “nada de lo que está en la Constitución se puede descartar”. En plena campaña electoral, los esfuerzos del fujimorismo están concentrados en la defensa de su lideresa Keiko Fujimori respecto a la recepción de aportes de campaña no declarados de empresarios peruanos en el Caso Lava Jato.
A este grupo de partidos con vocación opositora se le debe sumar Contigo, agrupación de Juan Sheput que marcó su posición desde antes del cierre del Parlamento. El resto de organizaciones consultadas han evitado mostrar un perfil de confrontación.
¿Por quién se inclina a votar el 32% de peruanos que desaprueba el gobierno de Vizcarra? Un cruce de variables de la última encuesta de El Comercio-Ipsos muestra que en este segmento de la población, Fuerza Popular goza de las simpatías más altas: el 14% de los detractores de Vizcarra votaría por el fujimorismo. Por debajo de ellos, el resto de partidos mantiene más o menos el mismo orden que en el cuadro general: Acción Popular, Alianza para el Progreso, el Partido Morado y el Apra.
Para los politólogos Mauricio Zavaleta y José Luis Incio, el partido que más ventaja le podría sacar al discurso anti-Vizcarra es el fujimorismo. “En el resto de partidos no hay nada muy significativo, ni siquiera en el Apra. Uno esperaría que los que se oponen a Vizcarra estén más dispuestos a votar por ellos, pero no es así”, afirma Zavaleta.
Pero señala que el techo de crecimiento en este sector es bastante limitado, pues no necesariamente un detractor del régimen podría ser un potencial votante de ellos. “Hay un nicho de 10% de la población en disputa, que es el que se opuso a la disolución del Congreso, y eso es lo que vas a ir a buscar. Ese sector va a ser copado por Fuerza Popular, y algo le va a caer al Apra; no estoy seguro que Solidaridad Nacional vaya a pasar la valla”, señala Zavaleta. Este porcentaje es similar al que votó en contra de la propuesta de Vizcarra en el referéndum de diciembre del 2018.
“Si Vizcarra estuviera postulando, tendría sentido. Tú atacas a alguien porque quieres llevarte su voto, como lo que ves ahora entre el Frente Amplio y Juntos por el Perú. Podría ser una estrategia que le genere más costos que beneficios al partido”, señala Incio.
Del otro lado, entre los que respaldan a Vizcarra, las preferencias electorales están con Acción Popular (12%), partido que también lidera el tablero general. Mesías Guevara, presidente de esta agrupación y actual gobernador de Cajamarca, señala que ellos tendrán una oposición crítica, pero apoyarán los proyectos necesarios del Ejecutivo. Este lunes tendrán una reunión del comité político para definir la agenda que llevarán al próximo Congreso.
Ningún partido, hasta ahora, ha agitado una bandera de defensa de la gestión de Vizcarra, quien goza de 60% de aprobación. Consultados sobre su posición respecto al gobierno, Rennan Espinoza, de Somos Perú, Rodolfo Pérez, del Partido Morado, y Omar Chehade, de Alianza para el Progreso, señalaron que sus bancadas no serán de oposición ni de oficialismo, sino que serán fiscalizadoras y propositivas. “Si el gobierno realiza irregularidades, ligerezas o populismo, estaremos en filas opositoras y denunciaremos. Pero si tiene iniciativas, lo apoyaremos”, señala Chehade.
La inclusión de Gino Costa y Alberto de Belaunde, exintegrantes de la Bancada Liberal, en las filas del Partido Morado no significa que esta agrupación será oficialista, según los dirigentes de este último. “El congresista Costa ha apoyado al gobierno cuando creyó que tenían posiciones correctas. Ahora se tiene que construir una agenda común de trabajo con el gobierno y tiene que haber fiscalización pero que no suponga obstruccionismo”, dice Rodolfo Pérez, secretario general de esta agrupación. Dice que no están dispuestos a entregarle un cheque en blanco al Ejecutivo.
El politólogo José Luis Incio señala: “El Perú es muy extraño, porque tienes un presidente con casi 60% de aprobación y lo que esperarías es que se cuelguen de él. Pero nuestra clase política se parece más al perro del hortelano porque ni bien aparece una figura que crece, se la bajan”. Señala que, tomando en consideración que la agenda anticorrupción es importante para los peruanos, se esperaría que algún partido recoja esas banderas.
Otro punto de análisis es que Fuerza Popular y Acción Popular mantienen los primeros lugares entre los que aprueban y los que desaprueban a Vizcarra. En el caso del fujimorismo, Incio y Zavaleta coinciden en señalar que esto se podría explicar debido al grupo de votantes de esta agrupación que están en contra de la cúpula actual. En el segundo caso, debido a que Acción Popular es una marca neutra que puede arrastrar simpatías de ambas posiciones.
Un tema especial por considerar es que el porcentaje de peruanos que no tiene preferencia por ningún partido permanece casi inmóvil entre los que aprueban y los que desaprueban la gestión Vizcarra, así como en todos los niveles socioeconómicos: alrededor del 30%.