Está en algún lugar de la sierra cusqueña, sin radio ni TV pero informado de las últimas broncas, denuncias y tachas. Esta semana no pudo ser del todo santa ni calma para el único compañero de plancha que le queda a Keiko Fujimori, tras la exclusión casi definitiva de Vladimiro Huaroc. El breve retiro es necesario para recargar pilas en pos de una segunda vuelta que agitará a los fantasmas del pasado y del presente.
—¿Se sienten más seguros con la resolución del JEE?
No, en el sentido de que aún no acaban los procesos. Sí, en el sentido de que siempre hemos estado seguros de que no hemos hecho nada indebido.
—Con la exclusión de Huaroc, se pierde ese equilibrio de la plancha, un empresario identificado con la derecha y otro que viene de la izquierda.
Liberal, prefiero decir [ríe]. Se pierde el mensaje que Keiko ha querido dar con Huaroc, quien es precisamente un hombre que ha trabajado en prevención de conflictos sociales y en reconciliación. Lo he conocido recientemente y tiene todas las capacidades morales.
—Si se ratifica su exclusión, ¿podría ser funcionario en un eventual gobierno de Fuerza Popular?
A mí me gustaría que así sea, esa es mi posición personal, pero es Keiko Fujimori quien decide eso.
—¿Fue injusto sacar a Guzmán y Acuña? Ahí empezó todo.
Yo diría que sí. Nosotros, a diferencia de otros partidos, no nos pronunciamos sobre las exclusiones de otros.
—¿La Virgen seguirá protegiendo a Keiko?
Es una frase coloquial en un país muy religioso y católico. “Se te apareció la Virgen”, “te protegió la Virgen”, siempre lo he oído de pequeño, aun cuando mi familia es judía. La resolución ratifica que no estaba equivocado cuando dije lo importante que fue que Keiko ni rozó el sobre con dinero.
—El plan de gobierno de FP no plantea metas en cifras.
No, porque no queremos ofrecer gas a 10 soles y promesas por el estilo. Y porque somos conscientes de que mucho depende de la aprobación del Congreso. Lo que planteamos son las reformas indispensables para la reactivación económica, el combate a la inseguridad, la inversión social. Estamos seguros de que los pequeños y medianos empresarios van a responder al plan de formalización que les planteamos. En el 2016 se dará una transferencia y queremos que sea ordenada. Que sea como la de Piñera a Bachelet y no como la de Cristina a Macri.
—¿Cómo financiarían sus reformas, además de tomar una parte del Fondo de Estabilización Fiscal?
Subiremos la recaudación de dos maneras: revisando la rebaja de 2 puntos en el Impuesto a la Renta a pocas personas naturales y empresas que ha dado este gobierno. No ha funcionado. Hemos perdido S/2.900 millones. Y vamos a repriorizar gastos. Te pongo un ejemplo, se han transferido S/500 millones para un museo en Pachacámac. Está bien apostar por la cultura, pero hay que revisar las prioridades.
—Dicen que aumentarían el salario mínimo, pero no hasta dónde. Tampoco hablan de flexibilizar la legislación laboral, que es lo que reclaman empresarios como usted.
Las grandes empresas pagan más que el salario mínimo. El problema del salario mínimo es para las otras empresas que no se sienten en condiciones de formalizarse. Nosotros planteamos que se protocolicen los procedimientos del Consejo Nacional de Trabajo. Está en la ley, pero es inoperativo.
—En un eventual gobierno de Keiko Fujimori, se ve en el manejo de la política económica o como un decorativo vicepresidente.
Haré lo que me pidan. Y estoy preparado para lo que señala el art. 10 de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo [sobre las funciones de la vicepresidencia]. Ahora, si me preguntas si quiero un ministerio, te digo definitivamente que no. Un ministerio desgasta y eso es malo para un vicepresidente si tiene que asumir temporalmente el encargo de la presidencia.
—La introducción del plan dice que la Constitución del 93 sentó las bases de la política económica que reivindican. Esa Constitución se hizo luego del autogolpe. ¿Una no se pudo hacer sin lo otro?
Ojo, esa Constitución no solo sentó bases económicas, también creó el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, donde participó el doctor Huaroc. Ya Keiko ha dicho que ella no hubiera hecho lo del 5 de abril y yo pienso lo mismo. Lo ideal siempre será llegar a cambios sin alterar el orden democrático.
—Usted estuvo en el tercer gobierno de Fujimori, cuando estaba totalmente copado por la maquinaria corrupta.
Fujimori me llamó, estuve dos horas conversando con él y él aceptó el plan que le hice [para la cartera de Agricultura]. Era cuestión de servir a mi país o no.
—Tuvo un acercamiento previo, fue regidor por Lima.
Es cierto, fue una invitación personal de Jaime Yoshiyama, quien era amigo mío. Pero yo veía distinto lo de Lima, era una cuestión de tu ciudad, vecinal, no partidaria.
—¿Yoshiyama fue el nexo para la invitación a ser ministro?
No, me llamaron directamente. Y, ojo con el dato, cuando hablé con Fujimori estaba a su lado Francisco Tudela y el presidente me dijo que él iba a ser primer ministro. Cuando juré, me di con la sorpresa de que el primer ministro era Federico Salas.
¿Ya conocía a Keiko?
—No, y voy a contar una anécdota. Al día siguiente de que acepté ser ministro me llaman de parte de Keiko. Ella me pidió conversar. Yo acepté por cortesía, porque era la primera dama. Me preguntó: “¿Ya lo llamó el doctor?”. No entendí a qué se refería. Se dio cuenta de, digamos, mi inocencia, y me puso sobre aviso [del rol de Montesinos]. Al comienzo, pensé que su padre sabía de esta conversación, pero luego me enteré de que no.
—¿Después de todo lo que pasó cree que Fujimori está donde debe estar?
[Largo silencio]. Tiene responsabilidad política, en lo de Barrios Altos y La Cantuta, por no saber lo que tenía que saber.
—¿Duda sobre su responsabilidad penal en la corrupción?
No, porque algunas están admitidas en los procesos en los que se allanó. Pero quiero conocer el informe Kroll.
—Al margen de Kroll, hay muchas investigaciones fiscales, del Congreso, periodísticas.
Claro, pero sería bueno conocer al detalle el contenido de ese informe en el que el gobierno de Toledo gastó tanto dinero.
—¿Qué ha hecho Keiko para prevenir que no le pueda pasar lo que pasó con su padre?
Hay nueva gente en las listas. Ha hecho un partido que no lleva el nombre de Fujimori ni tiene una fecha de expiración, como Cambio 90. Keiko tiene la idea de que en 30 años FP será un referente y una institución que pese por sí sola. Keiko está postulando a unas elecciones que sabe que son de un solo mandato y que nadie con su apellido, ningún hermano, podrá candidatear luego.
—¿Qué les diría a los ‘nakers’ [no a Keiko] que no sean terroristas, como dijo Becerril, o que están manipulados por el gobierno?
Becerril se disculpó al día siguiente. Quiero decirles que su rechazo, que su odio, se transforme en algo positivo. Vi una pancarta que decía “Nunca más Barrios Altos, nunca más La Cantuta, nunca más Tarata”. ¿Tarata? Imagínate, estaban adjudicando Tarata al fujimorismo. Que el odio no domine a nadie.
—Usted se llevó su propia lección al respecto, cuando insultó a los protagonistas de un paro portuario.
Pasaron pocas horas y me disculpé. Y mira cómo son las cosas: un par de años después, los trabajadores portuarios aceptaron que yo fuese uno de los tres árbitros de conciencia en un proceso, propuesto por la patronal, junto al difunto Jorge Santistevan y a Carlos Blancas. Al final, festejamos y nos dimos la mano. Lo importante es tener esa capacidad de reconciliación para hacer un gobierno ordenado, promotor, inclusivo.
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— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 27 de marzo de 2016