En medio de una nueva crisis de Gobierno, agravada por la muerte de dos jóvenes en las últimas protestas de trabajadores agrarios, el Partido Morado marcó distancia nuevamente de la gestión de Francisco Sagasti. Lo hizo mediante un comunicado que señala que “desde el día uno se dejó en claro que este gobierno de transición sería independiente”.
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En el comunicado, difundido el jueves pasado, esbozó un cuestionamiento al asegurar que “llama la atención que el gobierno no haya previsto las reacciones de los trabajadores de las zonas afectadas, sobre todo cuando desde hace días algunos integrantes del Congreso han generado una enorme e irresponsable expectativa sobre la ley agraria”.
Francisco Sagasti, sin embargo, es fundador del Partido Morado; y el ministro del Interior, José Elice - quien asumió la responsabilidad política por la represión policial contra los protestantes - fue asesor de la Bancada Morada.
En opinión de los analistas políticos Luis Benavente y Pedro Tenorio, el último comunicado del Partido Morado se debe interpretar desde el contexto de las elecciones generales del 2021.
Reacción al golpe
En opinión de Benavente, “lo que ha hecho el Partido Morado con este comunicado es responder al mensaje de César Acuña, que establecía una vinculación entre el Partido Morado, el gobierno y lo que llamó el vizcarrismo”.
El analista se refiere a varios mensajes que publicó el candidato presidencial de Alianza para el Progreso (APP) en Twitter, en los que señala que “el Gobierno morado” cierra el 2020 en “la más total incompetencia”.
Para Tenorio, el comunicado del Partido Morado “es una estrategia que difícilmente tendrá efectos deseados por Julio Guzmán y su comando de campaña”, ya que “la opinión pública recién ha conocido a Sagasti este año y fundamentalmente lo vincula con Guzmán y su partido”.
En esa línea, consideró que es muy difícil desligar la imagen y el destino de Francisco Sagasti de la opción electoral de Julio Guzmán, para bien o para mal. La relación entre ambos será un tema recurrente cuando otros candidatos a la presidencia busquen golpear la candidatura del Partido Morado.
“[Dirán que] el Partido Morado es un partido oficialista o que el señor Sagasti es el gobierno morado por adelantado. Es evidente que eso iba a ocurrir. Guzmán lo intuyó cuando pidió, en plena crisis tras la renuncia de Manuel Merino, que Martín Vizcarra sea recolocado en la presidencia, pero eso no prosperó”, señaló Tenorio.
Debilidad política
Aunque no hay un nexo formal entre el Ejecutivo y la Bancada Morada; en los hechos, esta última ha estado respondiendo como un grupo oficialista, señala Tenorio.
El jefe de Estado proviene de esa bancada y no tiene ningún otro grupo aliado que lo represente o lo defienda en el Congreso. Eso, en plena campaña electoral y con el Partido Morado tratando de tomar distancia, dejaría al Ejecutivo en debilidad política.
En ese contexto, Sagasti muestra la misma debilidad que Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra: la falta de una bancada parlamentaria sólida o una alianza política que lo sostenga. El vocero de la Bancada Morada, el congresista Daniel Olivares, aseguró a El Comercio que la relación con el Ejecutivo en los próximos meses “será igual a la que tendrá cualquier otra bancada que quiera ser constructiva”. Agregó que “desde el gobierno anterior siempre dijimos que haríamos una fiscalización constructiva, seguimos ese camino”.
Consultado si la intención del Partido Morado de desmarcarse del Ejecutivo repercutirá en la bancada, seguró que “la bancada seguirá fiscalizando como siempre. Construirá sobre lo bueno, y criticará lo malo”.
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