Cuando alrededor de 1995 Alberto Andrade Carmona cayó en la cuenta de que el movimiento que estaba fundando para postular a la alcaldía de Lima necesitaba un símbolo, pensó en uno que hubiera hecho ruborizar a otros líderes. Mandó hacer un focus group a la empresa de Giovanna Peñaflor para asegurarse de que no era algo muy cursi o descabellado. Necesitaba saber qué le parecía a la gente un corazón donde otros ponían herramientas de la lucha de clases (lampa, tractor, arado) u objetos celestiales (sol, estrella).
En ese entonces, Alberto Andrade era alcalde de Miraflores por el PPC. Uno de sus concejales, Manuel Masías (luego alcalde del mismo distrito y congresista) me cuenta que Luis Bedoya Reyes le dio la bendición al apartarse del PPC con barco propio. Con su feeling municipalista, poco ideologizado, aún sin ambiciones palaciegas, Andrade era una suerte de Bedoya pícnico, sin vuelo doctrinario pero muy asertivo. Su corazón era el de un humanismo de centro, en el que se acomodaba su talante querendón. Nora Bonifaz Carmona, su correligionaria y prima hermana recuerda que Alberto decía, “qué mejor que darle mi corazón a Lima”.
Luego de ganar, con Somos Lima, la alcaldía metropolitana en 1995, vino, según recuerda Masías, una invitación al paseo ritual de la bandera en Tacna, que los inspiró para planear más alto y fundar Somos Perú en 1997. La frase de Andrade pasó a ser, precisa Nora, “qué mejor que darle mi corazón al Perú”. El segundo periodo en Lima, en 1998, lo ganaron con Somos Perú y al año siguiente se lanzaron a la presidencia. Empezaron como favoritos y fueron tratados como tales por la prensa popular comprada por Montesinos: una campaña de injurias y difamaciones amarillas y otros colores.
Por esa mala leche sumada a otros factores, su intención de voto bajó a favor del nuevo favorito, Alejandro Toledo. Aún así, llegó a tener 8 congresistas en el 2000, entre los que destacaron Anel Townsend, Manuel Masías, Luis Guerrero y Xavier Barrón.
MIRA: El legado municipal de Alberto Andrade
Somos Perú y su fundador se ubicaron en el centro de la oposición a todos los males que encarnaban Fujimori y Montesinos y fueron parte natural de la coalición que apoyó la transición gobernada por Paniagua. El partido del “corazón de borde rojo, fondo blanco y siglas azules” (así es descrito el símbolo en el art. 3 del estatuto partidario), al igual que el PPC, no superó su raigambre municipalista, pero supo, a diferencia de aquel, colocarse con holgura en el centro político y posicionarse en algunas regiones.
Ello le ha permitido, hasta ahora, saltar la valla con sus aliados y tener alcaldes distribuidos en todo el país. Entre sus aciertos y buen ojo para candidatos, solo para citar dos, han estado Jorge Muñoz en Miraflores y George Forsyth en La Victoria. Para honrar su vocación de centro, también tuvieron cuadros oriundos de la izquierda, como Michel Azcueta en Villa el Salvador y Cristala Constantinides, que llegó con SP a la gobernación de Moquegua (Vizcarra no es el primer moqueguano en la órbita de SP).
En el 2000, Andrade se alió a Jorge Santisteban, el primer defensor del pueblo que abortó su candidatura, y malogró los planes de Somos Perú. Recuperado de ese traspiés, en el 2006 fue de primer vicepresidente en la plancha del Frente de Centró que postuló a Valentín Paniagua. Alberto fue el único que saltó la valla junto a 4 acciopopulistas. Falleció en el 2009, siendo congresista, a los 65 años y se fue con él buena parte del feeling del corazón somista. La onda familiar de Somos, como de varios partidos del centro y derecha peruana, promovió la sucesión de su hermano menor, Fernando Andrade, en la presidencia del partido. Fernando ya lo había sucedido en la carrera municipal al ser alcalde de Miraflores en dos oportunidades (1996 y 2004) y fue, junto a Tito Valle, el único congresista de SP que llegó al parlamento en el 2011 en alianza con Perú Posible.
Corazón partido
La onda familiar fundadora no solo estaba presente con Fernando, sino con la viuda Anita Botteri de Andrade, la hija Rocío Andrade y la prima Nora Bonifaz. Pero ni el hermano menor ni los otros familiares tuvieron la voluntad o la habilidad para suceder a Alberto. Fernando no tuvo la vocación de pelear por grandes retos y, tras cumplir su periodo parlamentario, fue retirándose paulatinamente de la vida política, quedando en malas migas con la viuda e hija de Alberto. Su sucesora estaba a su lado. Rosa Patricia Li Sotelo limeña de 59 años, era la secretaria general y había sido alcaldesa de Punta Negra en el 2004.
Li Sotelo; como Óscar Benavides, el alcalde de Ate que encabezó la AMPE (Asociación de Municipalidades del Perú); Juan Carlos Zurek, ex alcalde de La Molina y actual secretario general; Augusto Miyashiro Yamashiro, el eterno alcalde de Chorrillos hoy sucedido por su hijo Augusto Miyashiro Ushikubo; dan cuenta de la transformación de Somos Perú en un partido/federación de líderes distritales y provinciales sin mayor cohesión programática.
Rosa Patricia Li Sotelo asumió la presidencia del partido en el 2017 sin que sus correligionarios dieran mucha importancia a sus antecedentes judiciales que, ciertamente, son más comunes en la política municipalista (donde no hay inmunidad) que en la parlamentaria.
En el 2006 intentó ser alcaldesa de Punta Negra sin éxito y en el 2010 le pasó lo mismo en Pueblo Libre. Pero resulta que en el 2004, como ya vimos, sí ganó en Punta Negra. Al poco tiempo, inició una guerra con los regidores de oposición. La acusaron de peculado en agravio de la municipalidad y fue sentenciada con pena suspendida. Ello la hizo incurrir en causal de vacancia y no pudo terminar su mandato. El proceso ha seguido hasta la Corte Suprema, que ha confirmado su culpabilidad.
Nora Bonifaz, parlamentaria andina en ese periodo, era de las somistas que no perdonaban los antecedentes de Li y cursó varias cartas al Congreso, para conocer los documentos con que Patricia había sustentado su puesto de asesora.
Tras mucha resistencia del Congreso, y con la intervención de la Contraloría, le respondieron a Bonifaz que la información en el título de contadora de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega consignado por Li, “no coincide con la proporcionada por la institución consultada”.
Al pasado de Punta Negra y a la foja congresal, se sumó un viejo y aún más escandaloso proceso que saltó a las primeras planas, cuando el principal imputado, Lelio Balarezo, exvicepresidente de la Confiep y ex presidente de Capeco, fugó para evadir acusaciones de un millonario fraude fiscal.
El portal Convoca ha relatado con detalle el proceso que empezó en 1998 y contó con abundante información de Sunat. Dos empresas de las que Patricia Li era accionista y gerenta general, según la información tributaria y judicial, habían proporcionado facturas falsas para sustentar los movimientos fraudulentos de Balarezo. Li Sotelo, imputada como cómplice de Balarezo, se acogió a la prescripción.
A pesar de estas tensiones en torno a la encumbrada somista, que impactaban al núcleo fundador, Fernando Andrade, trabajó estrechamente con Li Sotelo, que ya era secretaria general, la alianza con APP que les permitió saltar la valla el 2016, aunque sin conseguir curul. Ambos, Fernando y Patricia, postularon. Andrade se alejó del partido y Li asumió la presidencia en el 2017. Empezó con buen pie, pues vinieron las elecciones municipales y Somos se hizo de 89 alcaldes distritales y 9 provinciales. Este año, en la elección del congreso complementario, obtuvo 11 curules.
Masías, que había estado alejado del partido, fue llamado por Li. Era de los pocos fundadores en el nuevo cogollo. Tras un breve periodo en el que la bancada votó con mayor cohesión que las demás, vino el desbande en la bancada y en la dirigencia. La alianza con Renán Espinoza, ex alcalde peruposibilista de Puente Piedra, confirmó esa idea de federación de poderes territoriales en la que ahora se inscribía el partido.
Guillermo Aliaga, aunque él sí dirigente somista, es otro político de agenda propia y diversa, que entró en disputa con Espinoza antes de que la bancada implosionara. Hoy, de los 11 originales solo quedan 5.
La ruptura en Somos es dramática, pues los disidentes han hecho bancada aparte. También ha girado, como las de otros grupos, en torno a los procesos de vacancia. Li, como Acuña, había dicho a través de comunicados partidarios y del vocero partidario José Jerí –hablé con él y me lo ha confirmado- que el partido respaldaba la continuidad de Vizcarra.
Sin duda, ella misma se lo había comunicado al propio Vizcarra. Por lo menos, están registradas dos reuniones hechas públicas, en las que Li acompañó a su miembros de su bancada y del CEN. Fuentes somistas me cuentan, además, que Li comentaba de más conversaciones con Vizcarra y con la ex ministra ‘Toni’ Alva.
Sin embargo, la mayoría de congresistas tiraron para el monte y votaron por la segunda y definitiva vacancia. Incluso Jorge Pérez Flores, 2do presidente en la plancha del candidato somista Daniel Salaverry, fue un vacador que ahora tendrá que tragarse los sapos ante el número 1 por Lima, Martín Vizcarra. En contraste con los díscolos de la bancada, la presidenta de Somos encontró en sus ‘hijos’ del partido –mis fuentes coinciden en que Patricia, intensa, maternal y lisurienta, suele llamar así a su entorno- la armonía que se quebró en la bancada.
Salvo Zurek, el secretario general que ha manifestado públicamente sus discrepancias, el CEN es leal a Patricia. Ella no aceptó mi pedido para conversar y que me cuente detalles de sus negociaciones para el 2021, pero me derivó a Mario Fernández Garibay, secretario de organización y regidor del Rímac y a José Jerí, secretario de doctrina y formación política. Hablé con Jerí que me confirmó, lo que me habían contado otras fuentes: que antes de acordar con Daniel Salaverry que sería el candidato presidencial al 2021, hubo tratos con otros políticos.
Jerí, por discreción, no me dio mucha información sobre esos tratos, pero pude complementarla con otras fuentes. George Forsyth, aunque no militaba en el partido, ya estaba ligado a él desde que postuló a La Victoria. Sin embargo, cuando se sentó a negociar acompañado de su asesor Roberto Rojas, pidió más de lo que SP quería aceptar. Además, el hecho de que también negociara con Rennán Espinoza, incomodó a la dirigencia somista.
Jorge Nieto también estuvo en el radar de SP pero no llegó a haber una negociación propiamente dicha. Sí la hubo con Hernando de Soto, pero él pidió, además de invitados en la lista, cargos en el CEN, lo que les pareció demasiado a los somistas. “No somos un vientre de alquiler, somos un partido”, me dice Jerí.
Ciertamente, a un partido con bancada y alcaldes no se le puede plantear una oferta como la que se hace a un cascarón. Con Salaverry hubo una conversación meses atrás, sin llegar a acuerdo, pero este, volvió a acercarse a través del primer vicepresidente del partido, Javier Paredes, y esta vez sí hubo click.
A propósito de vicepresidentes, el segundo vice del partido, Juan Carlos Morillo, gobernador de Áncash, está en graves aprietos. Se encuentra en detención preliminar, acusado de colusión agravada por el desembolso hecho para implementar un ambiente en el hospital de Nuevo Chimbote. Morillo es una pieza clave en el entorno de Li y su aparato regional es fuente de empleo para somistas. Jerí, pro ejemplo, me cuenta que trabajó un año en el gobierno regional. Actualmente, Morillo está con licencia del partido mientras es procesado.
Estos dramas judiciales de la dirigencia, sumados al fichaje de Martín Vizcarra en la lista 1, han inflamado a los somistas ajenos al entorno de Li. Masías ha renunciado y no se ahorra frases duras para discrepar con la línea de Li. “Es vertical, no se manifiesta orgánica ni institucionalmente”, me dice y remata, “para qué presides un partido si no puedes gobernar lo que tu partido posee”, refiriéndose a la falta de control y rumbo sobre las autoridades elegidas de SP. Sobre el arribo de Vizcarra, me dice: “Es evidente que hay un arriendo y no sabemos el costo del arriendo”.
Zurek, tras su derrota como candidato a Lima en el 2018, se mantuvo en la secretaría general, pero –según me cuenta- no muy activo, pues tiene compromisos laborales. Pero discrepa acremente con el fichaje de Vizcarra y espera el fin de la presidencia de Li cuando termine la campaña electoral.
Ha firmado, con Nora Bonifaz y otros somistas, un comunicado en el que rechazan el fichaje de Vizcarra, piden cuentas a Li, le restriegan sus antecedentes y hablan, provocadoramente, de la ‘organización criminal’ de Morillo. Uno de ellos me dice que, a diferencia de Masías, no se van porque esperan que caiga Patricia Li.
Martín inmune
Un somista me cuenta que Morillo fue el enlace para el ingreso de Daniel Salaverry y también de Vizcarra, a quien conocía cuando visitaba Áncash y él era el gobernador anfitrión. Sin embargo, una fuente cercana a Vizcarra, me dice que no han negociado nada con Morillo y que el trato para encabezar la lista por Lima fue hecho con la presidenta del partido.
Fuentes somistas y palaciegas me confirman que la relación de Vizcarra con Li fue buena y fluida desde la primera visita de ella con la dirigencia. Esa vez, Li estaba en silla de ruedas, convalesciendo de una intervención médica. Se conocían ligeramente y esa vez se estableció, con naturalidad, el respaldo de SP a la continuidad vizcarrista. Una fuente me cuenta que Li se jactaba de que tenía una buena relación con un congénere en el despacho presidencial. Sacando cuentas, no podría ser otra que Mirian Morales.
Lo que todas mis fuentes niegan o ponen en serias dudas, es la posibilidad de que Vizcarra sellara el pacto con SP antes de la vacancia, como presintiéndola y abandonándose a ella –de allí su rápida y pacífica resignación una vez producida- para aferrarse al salvavidas somista con promesa de inmunidad parlamentaria. Fuentes vizcarristas, me dicen que luego de la vacancia, y rápidamente, hubo otras ofertas y algunas eran muy generosas. Fuentes de SP me dicen que saben de aquellas, pero eran de partidos cascarón que no tenían ningún chance ni atractivo.
Bienvenido @MartinVizcarraC Estoy seguro que juntos haremos grandes cosas por el Perú. ❤🇵🇪 pic.twitter.com/ksRUmNMEom
— Daniel Salaverry (@dsalaverryv) November 28, 2020
¿Qué negociaron Vizcarra y Patricia Li? Ni uno ni otro lado suelta prenda oficialmente, pero pude averiguar que, por haber sido un fichaje tardío, no pudieron ofrecerle mucho en la cuota del 20% de invitados de la que los partidos pueden hacer libre uso. Las listas en regiones ya estaban designadas y sería duro romperlas para dar cabida a invitados de Vizcarra. Por otro lado, Salaverry también tiene invitados. Según averigüé ha puesto uno en La Libertad, su región de origen, y dos en Lima, pero no son figuras conocidas y van en números rezagados.
El partido tenía reservados los dos primeros puestos de Lima para invitados y eso es lo que tiene Vizcarra. Pregunté con insistencia pero ni el entorno del ex presidente ni el de SP me dijo quién podría ser la mujer (la alternancia obliga a que así sea) que designaría Vizcarra. Se había voceado a Flor de María Hurtado, esposa del alcalde de San Juan de Lurigancho, Álex Gonzales, y derrotada candidata al congreso por APP en el 2016; aunque una fuente de SP me dijo que ellos tuvieron tiempo atrás conversaciones con ella pero no llegaron a acuerdo. Si tienen en cuenta que SJL es el distrito con más electores del Perú, no es de extrañar que los partidos busquen a sus líderes.
A pesar de estos jales polémicos pero vistosos, la participación de la militancia en las elecciones internas con la modalidad de un militante un voto, ha sido, según cifras de la ONPE, de las más bajas, solo superado en escasez por Partido Nacionalista (0.9%) y el PPC (1%). Tan solo el 2.3% de afiliados votó. Cuando le hago ver esta realidad, Jerí me dice que su padrón es bastante grande (alrededor de 120.000 afiliados) y ello atenúa la lectura del bajo porcentaje.
El jefe de campaña aún no está designado; pero Patricia Li y sus ‘hijos’ somistas apuestan a saltar la valla con el ex presidente. El partido ha alquilado la misma casona de la cuadra 35 de la Av. Arequipa, en San Isidro, que fue local de campaña ppkausa en el 2016. Que Vizcarra fuese jefe de campaña de PPK, me aseguran en SP, es una coincidencia. ¿Pero es una coincidencia que Vizcarra que traicionó la confianza de PPK y Salaverry que traicionó la de Keiko, los dos polos del 2016, se junten en el mismo partido? Como me dijo la historiadora Carmen McEvoy, la historia suele tener signos que hay que saber descifrar y en este caso, pareciera que, a través de Somos Perú, 200 años de historia de caudillismos, traiciones, golpes, dinastías políticas, corazones partidos, transiciones e interregnos de precaria estabilidad, nos están haciendo un guiño.
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