Eliane Karp
Eliane Karp
Jonathan Castro

Protagonista del convulsionado escenario post Fujimori gracias a sus frases incendiarias, mantiene ahora un silencio casi sepulcral. Pese a que el fiscal Rafael Vela ha solicitado 16 años y 8 meses de prisión contra ella y el ex presidente  por su participación en el , la ex primera dama permanece callada.

En su cuenta oficial de Facebook, Eliane Karp se ha limitado a retransmitir los mensajes publicados por Toledo y por una página creada para denunciar que su esposo es víctima de persecución política. El último mensaje escrito por ella misma fue en enero, en el que acusó al Ministerio Público y a la prensa de ser parte de una mafia política "fujiaprista".

Su usuario de Twitter se mantiene inactivo hace casi dos años. El último mensaje es un saludo en quechua por el día del campesino. Desde entonces ha abandonado la cuenta en la que exhibe a un personaje pelirrojo de la película Valiente con la que se identificó desde el 2013, al terminar su participación en la Comisión de Fiscalización del Congreso por el Caso Ecoteva.

En realidad, sus mensajes se descontinuaron desde enero del 2017, cuando confesó por primera vez que había pagado ilegalmente US$20 millones al ex presidente Alejandro Toledo a cambio de que beneficie a la constructora Odebrecht en la adjudicación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur.

Sus redes sociales son un repositorio de fotografías de ella y Toledo posando junto a importantes personajes del mundo: Mark Zuckerberg en Lima, Hillary Clinton en New York, los ex presidentes andinos Andrés Pastrana (Colombia), Carlos Mesa y Jorge Quiroga (Bolivia), y líderes de China.

–Época de incendios–
Los primeros años de Karp en los últimos estertores de la autocracia fujimorista fueron bien recibidos: tenía un carácter decidido y un buen dominio del quechua, lo que resaltaba el origen andino de Toledo. Karp había visitado Perú desde la década de 1970 para estudiar a las comunidades indígenas, trabajó en supervisión y análisis de financiamiento agrario, por lo que conocía el Perú. Esto sirvió para hacer propaganda en las elecciones del 2000 y 2001 a favor de la candidatura de Perú Posible. Su fama internacional la llevó a las páginas de la revista Hola, en la que apareció modelando diseños de ropa novoandina en la Huaca Pucllana.

Si bien varios allegados habían advertido que su protagonismo podía ser negativo desde la campaña del 2001, la percepción sobre ella empeoró cuando atacó a líderes políticos durante la administración de Toledo. Sus calificativos inundaron los medios: "Periodistas comprados", "partiduchos tradicionales", "pobre infeliz", "pituquitos miraflorinos", "políticos de baja categoría", "los apristas son perritos rabiosos".

Eliane Karp y Eva Fernenbug
Eliane Karp y Eva Fernenbug

En un evento en la embajada de Israel, Eliane Karp fue al encuentro de Baruch Ivcher y le gritó, primero en hebreo y luego en castellano, "olvídate de tus cuarenta millones [de compensación económica porque el Estado peruano le quitó la propiedad del canal 2 en los noventa]. Me voy a encargar de que el pueblo se entere. Te voy a destruir y te voy a meter preso". La reacción de Karp se debió a las denuncias en su contra emitidas por ese medio.

Años más tarde, llamó "panzón maléfico y asesino" al líder aprista Alan García; dijo que Pedro Pablo Kuczynski había hecho "tantos negocios y lobbies"; calificaba a Keiko Fujimori como “la japonesa”; de César Acuña dijo que era un hombre que "no sabía leer ni escribir". Por la diligencia en su casa de Camacho, calificó de "buitres" y "cuervos" a los fiscales del Caso Lava Jato, y "prensa amarilla" a los medios que cubrían el tema.

Sus enfrentamientos no solo fueron con políticos y periodistas. Al antropólogo Federico Kauffmann Doig le dijo "¿De dónde se atreve este pobre infeliz que ha estado pidiendo un trabajo a mi esposo desde el año 2001 para hacerse el bonito con el próximo gobierno? es un pobre infeliz que miente". Esto fue a raíz de una denuncia de Kauffmann en la que acusaba a Karp de haber ordenado sacar momias de la cultura Chachapoyas para una exposición en Austria.

Decenas de artículos de la época –con consultas a psicólogos– intentaron explicar las explosiones de Karp. En las últimas campañas, los asesores de Perú Posible recomendaron fuertemente que Eliane se mantenga en silencio, aunque esa gestión no fue muy exitosa.

–Traductores oficiales–
Varios fueron los funcionarios públicos y personalidades que hicieron el papel de bomberos de los mensajes encendidos de Karp, entre ellos el ex ministro Carlos Bruce, quien llamaba a respetar las opiniones de la primera dama. Años después, su pelea llevó a que Bruce sea expulsado de Perú Posible al inicio del periodo 2011-2016. A Álvaro Vargas Llosa le parecía que la alharaca producida por las declaraciones peyorativas de Karp –escúchenme bien limeñitos– no tenía razón de ser.

El entonces primer ministro Carlos Ferrero también era un esmerado traductor –apodo que se ganaron varios de sus defensores en la época– de la ex primera dama. Después de una fuertes críticas a los jueces y fiscales que la investigaban, Ferrero dijo “algunos no quieren reconocer que el rescate de la identidad de los indígenas peruanos se debe a la primera dama. ¿Quién se acordaba de ellos hace 5 años? Nadie. ¿Quién trató de incorporarlos a la ciudadanía peruana? ¡Eliane Karp, pues! La esposa del presidente”.

Eliane Karp, Alejandro Toledo, Hillary Clinton
Eliane Karp, Alejandro Toledo, Hillary Clinton

Karp defendía a Toledo llamándolo "mi cholo sano y sagrado". En una entrevista, Carlos Bruce recordó que pese a estas defensas públicas, en la vida doméstica Karp trataba "con ajos y cebollas" al entonces presidente a causa de los celos.

Su carácter fue un problema constante que afectó la popularidad del gobierno de Perú Posible. En el 2004, cuando las encuestas no tenían buenas noticias para Toledo, levantó el puño en alto durante un homenaje a las víctimas del incendio del Banco de la Nación. Las imágenes impactaron en la opinión pública.

–Las investigaciones en su contra–
Toledo creó dos cargos que le calzaron bien a su esposa: En el 2001, la Comisión Nacional de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (Conapa, de la que fue presidenta honoraria), y en el 2002, el Despacho de la primera dama, al que se le asignó un presupuesto para sus actividades y que fue desactivado por el gobierno de García.

El primero de estos le trajo problemas legales. La comisión de Fiscalización del Congreso encontró que Karp era responsable de las irregularidades en el uso de los fondos de US$5 millones de la Conapa, cuando fue presidenta ad honorem.

Además, fue investigada por cobrar US$10 mil mensuales, a través de su offshore panameña Blue Ray, por asesorías al Banco Wiese mientras era primera dama. Tuvo que renunciar a ese cargo en el 2002. Por ese caso, la jueza anticorrupción Aissa Mendoza solicitó a Panamá la información de esta offshore y de otra constituida en este país, EK Consulting. Antes de participar en el Caso Ecoteva, Karp tenía experiencia en la creación de sociedades offshore.

Antropóloga de profesión, catedrática universitaria, con cinco libros publicados sobre el mundo indígena e importante participación en la puesta en valor de las ciudadelas de Caral y Machu Picchu, su suerte se definió con la compra de la casa de Casuarinas por la que se abrió el Caso Ecoteva por presunto lavado de activos. En enero del 2012, Eliane Karp se comunicó por teléfono con Fernando Arbulú para señalarle que estaba interesada en comprar el inmueble de la avenida Cascajal, en Surco.

Según la declaración de Arbulú a la fiscalía, Karp le ofreció US$3,75 millones y dirigió personalmente la operación de compra del inmueble que habría sido pagado utilizando el dinero ilícito que Odebrecht le entregó al ex presidente. Ese mismo mes, se constituyó en Costa Rica la offshore Ecoteva Consultin Group, justo dos días después de la llegada de la pareja Toledo-Karp al país caribeño y nombraron a Eva Fernenbug, suegra del ex presidente, como cabeza del directorio. La operación de compra de la vivienda tardó casi siete meses, a través de Ecoteva.