“Nadie puede obligar a los Agois-Banchero a vender contra su voluntad. Sería un robo”, enfatiza Ghersi.
“Nadie puede obligar a los Agois-Banchero a vender contra su voluntad. Sería un robo”, enfatiza Ghersi.
Diego Chirinos

presentó ayer sus alegatos finales en la audiencia sobre la acción de amparo interpuesta por ocho periodistas y dueños de medios de comunicación contra el acuerdo comercial entre el Grupo El Comercio y Epensa. Él defiende a la familia Agois-Banchero ante una demanda que, señala, no tiene sustento y vulnera libertades.

— ¿Cuál es el estadio actual del proceso?
Ayer se dieron los alegatos finales. Así, la causa ha quedado expedita para que el juzgado emita una sentencia. Este será el veredicto de primera instancia, aunque, dependiendo del resultado, seguramente demandantes y demandados evaluarán ir a una segunda instancia.

— ¿Cuál es la posición ratificada ayer por los socios minoritarios?
La acción de amparo presentada por Gustavo Mohme Seminario y otros pretende declarar inconstitucional y nulo el contrato por el cual la familia Agois-Banchero vendió el 54% de sus acciones al Grupo El Comercio. Sin embargo, ese contrato de ninguna forma amenaza la libertad de información. La Constitución prohíbe el acaparamiento de medios de comunicación, pero acaparar es crear artificialmente escasez de un bien. Si compras acciones en un periódico, no estás creando escasez de nada.

— La parte demandante alega una supuesta unificación de líneas editoriales.
Eso no es cierto. Cuando se produce la venta de Epensa, se establece una división de empresas. Prensmart, donde hoy la familia Agois-Banchero es socia de la familia Miró Quesada, solamente produce los diarios, imprime, distribuye y vende publicidad, pero no los edita. El contenido informativo es elaborado por la segunda empresa (Grupo Epensa S.A.C), que es 100% de los Agois-Banchero. El contrato garantizó desde el principio una autonomía informativa al separar la producción física y la edición de contenidos.

— ¿El contenido de los diarios del Grupo El Comercio y el de los que pertenecían a Epensa difieren?
Los contenidos no solo difieren. Hay informaciones donde los diarios de la familia Agois-Banchero tienen una posición política e ideológica distinta a la de El Comercio. No han informado igual en la campaña electoral o respecto al Caso Lava Jato. Los periódicos de los Agois-Banchero son exactamente los mismos y mantienen la misma posición ideológica.

— ¿Cuál fue la principal línea argumental de los demandantes?
El alegato más elaborado es que al producirse la compra, por ese solo hecho, se alcanzó una concentración de medios que amenaza la libertad de prensa. Para que eso sea cierto, se tendría que equiparar la concentración con acaparamiento y no hay una ley que defina este último para prensa escrita. Solo está definido para la radio y televisión por el espectro radioeléctrico finito existente. En la prensa escrita el acceso al mercado es libre.

— Al no existir la restricción, impedir la compra significaba atentar contra la libertad de empresa.
Así es. Como no existe tal limitante, los Agois-Banchero podían escoger los socios que creían convenientes. En la audiencia también explicamos que los Agois-Banchero no le vendieron las acciones a la familia Miró Quesada porque se les ocurrió. El Grupo La República y Gustavo Mohme Seminario intentaron realizar una compra hostil de los periódicos.

— ¿Por qué fue hostil?
Ellos hicieron una oferta en diciembre del 2012, más de medio año antes de la compra de El Comercio, para adquirir las acciones de los Agois-Banchero. Como no aceptaron, el Grupo La República y Gustavo Mohme Seminario quisieron comprar las acciones de Enrique Agois y Marcia Mindreau. Sin embargo, el estatuto otorgó a los socios minoritarios –los Agois-Banchero– el derecho preferente y decidieron hacer uso de este para evitar la compra hostil de un grupo con el cual no existía afinidad ideológica o empresarial. Posteriormente, deciden vender las acciones al Grupo El Comercio.

— ¿Considera que ese intento de compra hostil deslegitima la demanda?
No sé si la deslegitima, pero deja claro que no es una acción de amparo. Este es un nuevo intento de toma hostil de una empresa por parte de sus competidores, utilizando la acción de amparo como mecanismo para justificarlo.

— ¿Una muestra es que los demandantes no cuestionan el uso del derecho preferente, sino solo la compra final por el Grupo El Comercio?
Sí. Lo que quieren es que los Agois-Banchero vuelvan a tener el 100% de acciones. Y tampoco tendrían cómo cuestionar el uso del derecho preferente, ya que es potestad absoluta de los socios minoritarios. Los Agois-Banchero hicieron uso de ese derecho y vendieron a El Comercio tras analizar diversas opciones en el camino. No existen los medios técnicos para establecer una violación a la libre competencia.

— ¿Una sentencia a favor de los demandantes sentaría un mal precedente?
No solo sería aberrante, sino también objeto de una impugnación inmediata por parte de la familia Agois-Banchero. Nadie puede obligarlos a vender en contra de su voluntad. Sería un robo, una expropiación. Si el Poder Judicial hiciera lugar a esta demanda sin fundamento, incurriría en un agravio tanto a la libre empresa como a la libertad de expresión, asociación e información. Lo que se pretende es privar a la familia Agois-Banchero de su derecho de escoger con quién se asocia. El contrato es lícito, legítimo y válido.

— ¿Cuáles serán los próximos pasos por seguir para la familia Agois-Banchero?
Esperar la sentencia. El juez debe tomarse alrededor de 45 días útiles, pero ese plazo suele ser indicativo. Cuando conozcamos la sentencia, tomaremos una decisión.

— ¿Podrían llegar al Tribunal Constitucional?
Si el fallo fuese desfavorable para alguna de las partes, primero se apelaría a una corte superior y, de ser necesario, se llegaría al Tribunal Constitucional.

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