Óscar Ugarte

Luego de una primera etapa en que el nuevo gobierno aceptó continuar las políticas implementadas por el del presidente , referidas a la adquisición y aplicación de vacunas, el se convirtió en un botín.

En esa primera etapa, se continuó la vacunación llegando a más del 70% de la población objetivo, pero con los cambios posteriores en el Minsa se perdió liderazgo y la vacunación se fue empantanando. Actualmente, la cobertura con tercera dosis no llega al 50% en la mayoría de regiones, y en el grupo de 12 a 17 años no llega al 30% en la mayor parte del país. La cuarta ola es un gran riesgo.

Con relación a las propuestas del presidente Castillo en julio pasado, el balance es altamente negativo. Ofreció, en primer lugar, fortalecer el primer nivel de atención constituyendo 5.000 equipos para reforzar la atención en todo el país. Claramente, eso quedó en el discurso, ni se planificó ni ejecutó.

Un segundo ofrecimiento fue la implementación de inversiones en cada región, incluyendo “un hospital materno-infantil, hospital neoplásico, hospital clínico-quirúrgico, hospital de medicina tropical y hospital de salud bucal”. No conocemos que se haya formulado, por lo menos, el plan para alcanzar la construcción de esos aproximadamente 75 nuevos hospitales.

“A todos los peruanos y peruanas les digo que su salud y bienestar es nuestra prioridad”, dijo Castillo. Pero la realidad muestra todo lo contrario. El presupuesto de salud en el 2021 fue de S/31 mil millones, más los S/4.500 millones pagados por las vacunas adquiridas el año pasado. Pero el presupuesto aprobado para el 2022 es solo de S/22.900 millones. Eso explica los recortes presupuestales en el programa de cáncer, en el programa de TB y VIH, en el Cenares para compra de medicamentos, en el INS para más personal. Es decir, no ha habido avance, sino retroceso.

Óscar Ugarte es exministro de Salud