Fernando Vivas

Nos habíamos quedado con los ministros en ascuas, convocados la noche del viernes 1 por el presidente. Algunos tomaron el primer vuelo desde la región donde estaban, para llegar a la cita de las 8p.m. Pedro Castillo ya estaba reunido con Pedro Francke y Aníbal Torres y esperó a Dina Boluarte, una de las que habían viajado, para un pequeño conciliábulo anti cerronista. En esa previa les dijo que ya estaba harto de Bellido pero, luego, en el gabinete en pleno, los que esperaban la defenestración del premier, se frustraron: el presidente dijo que Guido se quedaba e Íber Maraví podría ser defendido hasta la cuestión de confianza. Que luego vendrían los cambios. Sin embargo, esta semana, se impusieron cálculos más apremiantes, Bellido siguió provocando, el plan se aceleró y, ¡zas¡, pasó lo que todos esperábamos que suceda un día próximo pero no ese día miércoles 6 en particular.