Fernando Vivas

Cuando llegó la pregunta de Fernando del Rincón sobre Bolivia y Pedro Castillo sugirió un referéndum para que el pueblo decida si se le da salida al mar, hubo una inseguridad de nación, un vacío en el estómago; cuyo impacto aún no acabamos de medir. En la oposición extrema, hasta despertó especulaciones sobre un camino distinto a la vacancia, la acusación por traición a la patria. En Palacio, en lugar del control de daños, empezó una danza de cuchillos y se precipitó una crisis mayor que, si algo trajo de bueno, es que expuso a un esquema de gran corrupción.