Basombrío: "Un movimiento proterrorista no puede marcar agenda"
Basombrío: "Un movimiento proterrorista no puede marcar agenda"
Fernando Vivas

Encontramos al ministro del Interior, , apertrechado con cifras del INEI que muestran la baja de la victimización ciudadana de 30% a 26% en su gestión. Que ha mejorado sus técnicas de contención lo demuestra al no responder una broma que le hacemos a expensas de la congresista Lourdes Alcorta, quien lo fustigó en su visita a la Comisión de Defensa.

—¿Cree que una nueva ley de apología les facilitaría las cosas?
No hay un solo caso en prisión. La norma que plantea el congresista [Octavio] Salazar y otras son un avance. Lo importante no es convencerme a mí. Yo estoy convencido de que hacen apología. Hay que convencer a fiscales y jueces.

—Discrepó con el general Vicente Romero, jefe de la policía.
No fue desobediencia ni falta de respeto. Mira, era una marcha insignificante de 80 personas de las cuales 66 están con seguimiento. Me apena toda esta historia porque un movimiento proterrorista de pacotilla no puede marcar la agenda del debate nacional. Cuando el general Romero dice “no había apología”, lo dice en el aspecto operativo, o sea si se podía o no detener en flagrancia.

—¿Él hablaba en términos técnicos y usted en términos políticos?
Sí, puede ser, yo hablo luego de la marcha, cuando ya el procurador presentaba en el Ministerio Público la acusación. Y ha sido acogida por el fiscal. Esa ha sido la estrategia. Estamos generando un problema enorme al decirles que pueden poner en situación difícil a un gobierno o a un ministro.

—¿Con una nueva ley tomaría la decisión de detener en flagrancia?
Siempre evaluaría qué dicen los carteles. Lo que la policía quiere es construir casos que se ganen. La policía no está haciendo política.

—Si el Congreso lo interpela, ¿con qué ánimo irá?
Es parte de mi trabajo explicar lo que hacemos. Sinceramente, creo que la labor que hacemos en general es muy profesional. Iría con el mejor ánimo, como fui a la Comisión de Defensa.

—¿Por qué cree que no debiera ser censurado?
Primero, porque la explicación de la complejidad del trabajo policial para determinar la apología hace comprender que hay circunstancias en las que es mejor acumular pruebas y no usar la flagrancia. Digo tajantemente que el Perú tiene derecho a impedir que esta gente no participe en elecciones, eso ya se consiguió; que no enseñe en las escuelas y no haga manifestaciones como estas.

—El ministro Nieto ha denunciado un reglaje. ¿Puede asegurar que no han sido efectivos de su sector?
Sí. Los equipos están muy bien controlados y abocados a la lucha contra el crimen organizado. El primer ministro, en conversación con el ministro Nieto, ha llegado a la conclusión de que han podido ser privados contratados. Tengo la impresión de que esto tiene que ver con intereses que el ministro Nieto cortó. Al anterior, al ‘ministro del amor’ [Mariano González], también lo siguieron, ¿no?

—¿Lo ha invitado a su matrimonio?
Sí, claro, me ha invitado.

—Sus cifras están evolucionando.
Por primera vez hay una estrategia con acciones definidas, pago de recompensas, barrio seguro. No nos midan por opiniones, mídannos por estadística pura y dura. No nuestra, sino del INEI. La data se está revirtiendo, no había pasado en 20 años [bajó de 30% a 26% de peruanos que dicen haber sido víctimas de al menos un delito en el año].

—¿No se revierte igual la victimización real que la percepción?
No, la percepción solo baja un poco. En los países que pasa esto, la percepción demora un año más en bajar.

—Y no baja si hay casos visibles. Acaban de asaltar la casa de la madre de una congresista.
No quiero minimizar, pero no fueron hombres armados, fue una llamada con engaños a la empleada.

—Eso es estafa y es el único rubro que ha bajado notablemente. ¿Somos más moscas?
Somos menos sonsos en esas cosas. Hay 18 regiones en las que ha bajado la victimización y 5 en que ha subido. Tacna y Cusco es lo más preocupante. Pero hemos pasado de 1 de cada 3 peruanos victimizados a 1 de cada 4. ¿Estamos fregados? Sí, claro, aún es un montón de gente, pero es un avance, un proceso de perseverar y trabajar ordenadamente sin descuidarnos.

—El grado de violencia sí aumenta.
Ha aumentado un poco. Me preocupa, sobre eso estamos trabajando. ¿Pero, cuál es la expresión más nítida del crimen organizado? La extorsión. Ahí hay sicarios, lavado, tomas de terrenos. Y en la Encuesta Nacional de Empresas, encontramos que de 15% ha bajado a 9,1% en un año. En La Libertad, donde empezó todo, ha bajado de 57% a 35%. El sábado en la madrugada hubo una megaoperación.

—Están trabajando mejor con fiscales y jueces.
Y tenemos núcleos de inteligencia de altísimo profesionalismo y tecnología. ¿Cuántas operaciones hemos tenido? 59. Ni una filtración.

—¿Los patrulleros sirvieron?
Sirvieron, sí. No voy a entrar en detalle de algunas dificultades que tienen. En el Mininter se ha gastado mal, comprando en lugar del ‘renting’ [alquiler]. El porcentaje de ejecución era bajísimo, por incompetencia, corrupción, mediocridad. Ahora estamos primeros en ejecución en el Estado. Eso nos permite tener un ambicioso plan de inversiones, vamos a mejorar 500 comisarías.

—¿Cambiará el modelo de comisario sentado y papeluchero?
Claro, el gran reto es que la comisaría deje de ser un sitio hostil que no soluciona problemas, que a veces te pide coima. Hemos hecho un concurso de comisarios. Han pasado por un sistema parecido al polígrafo.

—Antes de empezar su gestión me habló de operaciones para pillar a ciudadanos coimeando.
El programa se llama La Dignidad no se Negocia. Hay 17 personas que fueron detenidas y juzgadas en flagrancia, y como confesaron, tienen prisión suspendida.

—En un caso emblemático, el de Korina Rivadeneyra, usted mantiene su posición principista.
Para mí no es un caso emblemático, es un caso mediático.

—A eso me refiero, no la quiero enaltecer ni justificar.
Ni denigrar, tampoco. En principio, no somos xenófobos ni antivenezolanos. El Perú tiene la mejor política de acogida a venezolanos en América Latina. Aquí no hay tema de refugiados, es una persona que ha trabajado sin visa de trabajo y lo ha hecho por mucho tiempo. La ley es igual para todos, así sea linda, joven y exitosa.

—Su abogado le ha dedicado frases bastante duras.
Si yo me preocupara por la cantidad de insultos que recibo todos los días, estaría en el manicomio. El abogado me va a insultar a ver si obtiene algo, otros me van a insultar por otras razones. No quiero ser popular, quiero hacer bien mi trabajo para bien del país. He dicho que si las cifras no me acompañan, me voy. Y las cifras me están acompañando, no los insultos.

—¿Cree que la cifra de 72 de Fuerza Popular lo acompañe?
No lo sé, yo respeto al Congreso, nunca un congresista me habrá escuchado insultante o beligerante. He venido a trabajar por la seguridad ciudadana, no he venido a hacer política. Tengo opiniones políticas pero las he dejado atrás, estoy abocado 100% a mi ministerio.

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