Fernando Vivas

El Congreso acapara la tirria ciudadana. Su cabeza, Alejandro Soto, recibe un golpe por día. El ‘Bloque Democrático’, que lo eligió, está cabizbajo. La oposición congresal se rearma con lentitud. La fiscal de la nación, Patricia Benavides, está en un serio entredicho con la Junta Nacional de Justicia (JNJ), que la investiga. Ante ese panorama de poderes atribulados, ¿no es una buena hora para que la presidenta blanda la sartén por el mango y recupere iniciativa? Pues parece que no lo es.