Dina Boluarte es una presidenta que no tiene una bancada en el Congreso, tampoco el respaldo de un partido político y un sector de la calle exige su salida del cargo. A un mes de suceder a Pedro Castillo, quien intentó dar un golpe de Estado, la abogada ha construido un círculo de confianza más allá del Gabinete Ministerial, en cuyos integrantes se apoya para darle estabilidad a su gobierno de transición.