Fernando Vivas

El salto de Pedro Castillo es digno de figurar en un ránking universal. Ha llegado a la presidencia directamente desde el puesto de maestro de primaria de la escuela 10465 en el caserío de San Luis de Puña, distrito de Tacabamba, provincia de Chota, Cajamarca. Salió de su casa “el 7 de enero, un poco mal, con gripe” –dice su esposa Lilia Paredes, más preocupada que orgullosa, en el documental “El profesor”- y volvió a su hogar en el vecino centro poblado de Chugur, distrito de Anguia, con un enjambre de cámaras a esperar su triunfo en la primera vuelta el 11 de abril.