RODRIGO CRUZ ARANA @rcruza
Parece que el gobierno de Ollanta Humala experimenta las consecuencias de haber recompuesto su equipo ministerial en menos de 24 horas, luego de la abrupta salida de César Villanueva del cargo de primer ministro hace dos semanas.
A los cuestionamientos a la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Carmen Omonte, ahora se suma el desencuentro de dos ministros que deberían trabajar, por la naturaleza de sus sectores, bajo una estricta coordinación. Hablamos del reciente enfrentamiento entre los titulares de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, y del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal.
El primero dijo el miércoles que se iban a eliminar los estudios de impacto ambiental (EIA) para las exploraciones sísmicas en lotes petroleros, a fin de acelerar las inversiones en el sector hidrocarburos. El segundo afirmó dos días después que ello recién estaba en una fase de discusión en el ámbito técnico.
Lo cierto es que tanto el caso de Omonte como el de las imprecisiones sobre una posible exoneración del EIA han revelado la actitud silente de quien debería ser el eje coordinador en el Gabinete: el primer ministro René Cornejo.
“Pareciera que este Gabinete ha sido organizado para que los ministros se encarguen de las cosas técnicas y la política quede en manos de Nadine Heredia y el presidente Humala”, señaló a El Comercio el analista político Víctor Andrés Ponce.
Para él, la falta de líderes políticos en el equipo ministerial es y será el gran problema que enfrentará este Gabinete en adelante. Según el analista, esta carencia se ha visto reflejada en la reciente confrontación entre Mayorga y Pulgar-Vidal.
“Esta es la primera gran expresión de la ausencia de un gran primer ministro político. Cornejo tiene todos los méritos para ser un ministro porque es un gran técnico, pero no lo conocemos por sus conductas políticas. Entonces, al no haber un ministro político con autoridad, los sectores van a salir públicamente a debatir”, comentó.
Ponce advirtió que de continuar con estos desencuentros lo que va a suceder es que este Gabinete perderá autoridad. Más aun cuando el lunes 24 de marzo tenga que presentarse en el pleno del Congreso para el voto de confianza.
En tanto, el constitucionalista Enrique Bernales señaló que la percepción sobre el equipo ministerial es que existen desacuerdos internos importantes. “No se ve que haya articulación, y si no hay articulación no hay coordinación [...] Y eso se llama aquí y en cualquier parte del mundo: capacidad de alta política”, aseveró.
LOS CULPABLES SON ELLOS
Sobre la cada vez más difícil situación de la ministra Omonte, el analista Santiago Pedraglio aseguró que, en todo caso, el responsable de esta “crisis” ministerial no es Omonte por tener concesiones mineras, sino el presidente Humala y Cornejo por haberla designado.
“El problema en este asunto es que no fue evaluado ni calculado [el Caso Omonte]. Ese fue el error. Pensaron mal en tomar la decisión, porque ella [Omonte] ya había declarado mucho antes esa propiedad”, afirmó.
Con respecto a la discusión entre los ministros de Energía y del Ambiente, subrayó que ello debió ser debatido en el Consejo de Ministros. “Estos diferentes puntos de vista debieron pasar por el primer ministro Cornejo y no en público”, apuntó.
Por lo sucedido, dijo que pareciera que el Gobierno paga la factura de una elección ministerial apresurada.