Fernando Vivas

De todas las salidas políticas a la crisis que buscaba la oposición con anhelo, ocurrió una inesperada. El propio Pedro Castillo la ejecutó, involuntaria e improvisadamente, contra sí mismo. Perpetró un golpe de estado, con tal debilidad y falta de convicción en sus aliados, que se quedó aislado y fue detenido. Minutos antes, el Congreso había decretado su vacancia por 101 votos. Ironía póstuma: los pronósticos pesimistas que manejaba la oposición no llegaban a los 87 votos indispensables para vacarlo.

ACLARACIONESEsta nota se publicó originalmente el 7 de diciembre de 2022

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