A menos de un mes de una renovación parcial del Gabinete que encabeza Vicente Zeballos, el gobierno del presidente Martín Vizcarra enfrenta cuestionamientos contra otros dos ministros, esta vez a raíz de investigaciones del Ministerio Público: Rocío Barrios, de la cartera de la Producción, y Carlos Lozada, de Transportes y Comunicaciones.
El caso de Barrios es el más grave. Se trata de una acusación fiscal por el presunto delito de peculado doloso, por el que se pide contra ella 9 años y 3 meses de cárcel efectiva. Los hechos se remontan a su función como directora de la Oficina General de Administración de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), cargo que ocupó entre noviembre del 2014 y marzo del 2015.
Las conclusiones de la investigación preparatoria señalan que ella y otros cinco funcionarios se habrían apropiado de S/177.279 al simular el contrato de servicios a dos empresas, entre julio y diciembre del 2014, por el mantenimiento de 40 vehículos de la PCM.
En tanto, Lozada es investigado preliminarmente por colusión simple en agravio del Estado. La pesquisa contra el integrante del Gabinete —que asumió el cargo hace menos de un mes en reemplazo de Edmer Trujillo— y otras cuatro personas gira en torno a presuntas irregularidades detectadas en el contrato que, el 15 de mayo del 2018, suscribieron Provías Nacional —cuando el hoy ministro era director ejecutivo de esta entidad— y la empresa española Constructora San José. Esto por el mejoramiento de la carretera Checca-Mazocruz, en Puno, proyecto que actualmente se encuentra paralizado y con contrato resuelto.
Los analistas políticos Jeffrey Radzinsky y Enrique Castillo consideraron que el problema va más allá de los filtros del Gobierno para seleccionar a los ministros.
“Hay un problema de filtro y de mal tamiz desde la PCM. El principal asesor del presidente para designar a ministros debe ser su presidente del Consejo de Ministros. Hay un problema desde los filtros, elección y perfiles desde la PCM”, indicó Radzinsky, docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.
El contexto, apunta, tiene a un gobierno que cambia constantemente de ministros. Este Diario reportó que la gestión de Vizcarra perdió en promedio un ministro cada 20 días desde que inició su mandato en marzo del 2018. Se trata de 35 renuncias ministeriales, las últimas en pleno interregno parlamentario tras la disolución del Congreso.
“Lo importante es que el presidente fortalezca a su equipo. Los gabinetes tienen perfil muy bajo, son ministros poco conocidos, incluso al interior de sus sectores. Y eso debilita al gobierno, que no tiene partido, bancada oficialista. Los ministros se hacen conocidos a partir de sus renuncias. La mayoría tiene meses y la gran parte de la población no los conoce, pasan a tener protagonismo a raíz de denuncias o cuestionamientos”, sostuvo.
En esa línea, consideró que la evaluación sobre los integrantes del Gabinete se está haciendo principalmente a posteriori.
“El círculo pequeño, limitado para la discusión en el gobierno y la toma de decisiones limita la posibilidad de convocar a perfiles de buenos ministros. Hay un círculo limitado, reducido”, agregó.
Con esta apreciación coincidió Castillo. “Y de repente, ese círculo pequeño termina teniendo problemas que, o no se lo cuentan al presidente, o de repente si se lo cuentan, el presidente del Consejo de Ministros y el presidente Vizcarra no lo ven tan grave. Si eso es así, es un error”, refirió.
En ese sentido, refirió que, además de problema de los filtros, está la falta de una adecuada conversación entre el primer ministro y los aspirantes a ministros desde el inicio del gobierno. Esto, añadió, se evidencia en los constantes cambios, que perjudican la continuidad de las gestiones y la labor del gobierno.
Asimismo, señaló que esta situación genera un problema de imagen al Gobierno, que tiene a la lucha contra la corrupción como una de sus banderas. “Termina siendo que el ejemplo no empieza por casa”, dijo.
“Es un problema de imagen del gobierno frente a lo que es su principal discurso, que es la lucha contra la corrupción. Un problema en cada sector, porque no pueden tener continuidad. Y un problema de equipo, donde no se puede armar uno porque se está cambiando a cada rato. Y no por culpa de la oposición, sino por graves errores del propio gobierno al momento de la calificación”, sentenció.