Tras las conjuras audaces, viene un vértigo, un vacío por llenar que, por momentos, lleva a los conjurados a pensar, conseguido lo que ansiaban: ¿y ahora qué hago? La energía se les agotó en la conjura misma y no planificaron nada, pues, como me lo dijo más de uno de ellos sin pudor, no sabían que el lunes 9 tendrían los votos para vacar a Martín Vizcarra.
Según mis fuentes de AP, Manuel Merino recién se puso a buscar primer ministro en la noche del lunes, tras la vacancia. Reunido con Raúl Diez Canseco, ‘Vitocho’ García Belaunde, Ricardo Burga, Franco Salinas y Otto Guibovich, barajaron nombres y perfiles. En un inicio, pensaron que un acciopopulista podría cumplir el rol. La terna pasajera la componían Raúl Diez Canseco, García Belaunde y Alfredo Barnechea. Se dijeron a sí mismos ‘mejor no’.
La otra mejor idea fue dar ministerios a los socios vacadores. Tal era la ‘ancha base’ que mencionaron Merino y sus correligionarios en sus primeras declaraciones. Pero, el principal socio, APP, no quería saber nada al respecto. Bastante tenía Acuña con haberse metido a vacar a su pesar, pues, según me cuenta una fuente que lo conoce, parte de su bancada, liderada por Omar Chehade, Carmen Omonte y Fernando Meléndez, se le revelaron y le exigieron vacar. AP le insistió a Acuña en que colabore y este prometió hablar con Beatriz Merino (rectora de la Universidad César Vallejo que este fundó), pero su gestión no prosperó.
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Descartadas la base propia y la ancha base, se barajaron otros nombres. Mis fuentes no han mencionado todos, pero sí uno en especial, el empresario Ismael Benavides, del que pensaron que podía ser o primer ministro o ir al MEF. A pesar de que, según fuentes que conocen a Ántero Flores-Aráoz, este había sido sondeado el martes temprano y manifestado su disponibilidad, Merino recién lo fichó el martes en la noche. Lo visitó en su casa alrededor de las 10 p.m. Y la lista esbozada por AP se concilió y completó con él.
Ahora no, caballero
Idel Vexler, ex ministro de Educación, tras meditarlo una hora con familiares y amigos, había aceptado el encargo a los de AP. Pero durante el miércoles, según me cuenta una fuente que lo conoce bien, la avalancha de noticias preocupantes sobre su área y las protestas sobre el caso de Telesup lo hicieron arrepentirse. Sobre ese tema, por cierto, me cuentan que el primer ministro ha dicho que ‘él no es de doble cara’ y mantiene su opinión sobre dar a las universidades privadas no licenciadas la misma segunda oportunidad que se da a las públicas; pero que, acatando una política de gobierno que respalda las decisiones de Sunedu, se abstendrá de intervenir en el asunto.
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Tan sensible fue el cásting del Minedu, que a las 9:00 a.m. del mismo jueves en que juramentó el gabinete, alguien ligado al presidente volvió a llamar a Vexler. Este volvió a declinar. Y, para sorpresa de muchos, vimos jurar a Fernando D’Alessio, ex ministro de Salud de PPK y de complicado talante que horas antes se enredó en una discusión de red tratando de ‘salvajes’ a los jóvenes que protestan.
Pilar Mazzetti ya había declinado repetir Salud, en un comunicado público. En el bolo también llegó a estar el epidemiólogo Eduardo Gotuzzo, pero se inclinaron por Abel Salinas, ex ministro de Salud de PPK y militante aprista. Otro aprista, al menos de formación y no de ruta, pues ha sacado roncha al actual PAP, es Augusto Valqui en el MTC. Me cuentan que fue jale de AP, no del primer ministro.
El complejo MEF, tuvo en el bolo a Carlos Oliva, Claudia Cooper y Luis Arias. No sé si sondearon a todos, pero Luis Arista fue el elegido y les gustó que hubiera sido director de presupuesto acostumbrado a lidiar con reclamos regionales.
En otras carteras como el Mincetur, con Mara Seminario, y el Minjus, con Delia Muñoz; se recurrió a la corriente de funcionarios y profesionales críticos de Vizcarra que suelen firmar los comunicados de la Coordinadora Republicana. En el bolo del Minjus estuvo la ex procuradora Katherine Ampuero, pero prefirieron a Muñoz, pidiendo a Ampuero que vaya a la procuraduría.
Flores-Aráoz decidió la suerte de la cancillería. La embajadora Luzmila Zanabria estaba ligada a su ex partido Orden, pero declinó y se sumó a sugerir a otra colega, Franca Deza. Los de AP, en cambio, pensaron en el embajador Carlos Pareja y en Gustavo Meza Cuadra.
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En Cultura, hubo ilustres en el bolo, como Ramón Mujica y Ruth Shady (la promotora de Caral). No sabemos si llegaron a ser sondeados, pues juró María del Carmen de Reparaz. Juan Sheput sí fue una propuesta de AP, que el primer ministro no objetó. Apenas jurado, empezó su rol adicional de vocero.
Acción Popular, en su cuarto y precario gobierno, quiso dar un mensaje de centro, para conciliar con la población indignada. Pero las circunstancias y los desaires de algunos moderados a ser parte del Gabinete lo llevaron a fichar al sector conservador que repudia a Martín Vizcarra y a sus aliados liberales.
La crisis persiste en fase aguda y ahora varios congresistas amenazan con negar la investidura al Gabinete. Le quedan al Gabinete Flores-Aráoz treinta días para investirse de serenidad antes de vérselas con el pleno que ya vacó a un presidente y tachó a un primer ministro.