“Soy jefe del Gobierno, no del Estado”, dijo la noche del martes el presidente de la República, Martín Vizcarra, durante una entrevista televisiva buscando marcar distancia y remarcando que no tuvo ninguna injerencia en la destitución del procurador ad hoc para el Caso Lava Jato Jorge Ramírez, dada en medio del escándalo por la demanda de Odebrecht ante del CIADI.
El entrevistador -el periodista Jaime Chincha- le leyó minutos después el artículo 110 de la Constitución, que, ciertamente, es claro y no se presta a dudas: “El presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación”.
“Está bien, pero el Estado está compuesto por diferentes poderes que tienen independencia. Nosotros no tenemos en absoluto injerencia en el Poder Legislativo, en el Poder Judicial”, respondió Vizcarra.
Sin entrar a detalles en la independencia de poderes que manda en un Estado de derecho, cabe desarrollar por qué realmente le corresponde al presidente Vizcarra el cargo de jefe del Estado.
Los constitucionalistas Óscar Urviola, Víctor García Toma y Omar Cairo, en diálogo con El Comercio, explican que esto tiene que ver con la forma del sistema de gobierno que rige en el país, el cual es semipresidencialista. También detallan las diferencias entre ostentar la distinción de jefe del Estado y ser el jefe del Gobierno.
En Perú, ambos cargos lo encarna una sola persona y de forma simultánea, así se definió se definió en la Constitución en el citado artículo.
“Cuando él [Vizcarra] señala que no tiene la condición de jefe de Estado reniega de un elemento connotativo al cargo y, en segundo lugar, desconoce lo que expresamente dice la Constitución”, comenta García Toma, expresidente del Tribunal Constitucional y exministro de Justicia.
En los modelos parlamentaristas, que se dan sobre todo en Europa, sí existe un jefe del Estado y un jefe del Gobierno como cargos distintos.
En el primer caso, puede ser elegido por el Congreso o por herencia, como es en España, en donde el Rey Felipe VI ostenta dicho cargo.
Por otro lado, el Jefe de Gobierno es elegido la mayoría parlamentaria, y es quien lleva adelante y conduce los asuntos públicos. En el caso de España, actualmente es Pedro Sánchez.
“El jefe del Estado, personifica a la Nación, pero quien gobierna finalmente es el presidente de la República como jefe del Gobierno. Entonces, él hace todos los actos de gobierno. Aquí, en Perú, se puede decir que en nuestro sistema, el jefe del Estado y el jefe del Gobierno son la misma persona”, refiere Óscar Urviola, expresidente del Tribunal Constitucional.
Similar sistema se aplica en otros países como Italia e Inglaterra.
“En el Perú, la función de jefe de Estado y jefe de Gobierno recae en un solo funcionario al que se le llama presidente. En los países de régimen parlamentario, la función de jefe de Gobierno recae en un funcionario y del Estado en otro”, comenta Omar Cairo, constitucionalista y profesor de la PUCP.
Cairo remarca que “ni el jefe del Gobierno ni el jefe del Estado pueden tener injerencia en los otros poderes del Estado”, como el Poder Judicial u otros órganos que cuentan con independencia.
Implicancias de ser jefe del Estado
Ahora bien, García Toma hace hincapié en que el cargo del jefe del Estado no tiene que ver necesariamente solo protocolar puesto que “tiene la responsabilidad de asegurar la unidad de la comunidad política”.
“La palabra jefe de Estado habla de que él [Vizcarra] representa la unidad del pueblo peruano. Más allá de que algunos puedan ser creyentes, agnósticos, ateos, de izquierda de derecha, de distintas clases o razas, él representa y encarna esa unidad. Y en segundo lugar, es la personificación física de lo que se llama ese país llamado Perú”, sostiene.
Para Cairo, esta función “es protocolar, pero tiene un carácter políticamente relevante cuando hay situaciones de crisis”.
“En un régimen parlamentario, por ejemplo, si ningún partido obtiene la mayoría, puede ser que el Parlamento le consulte al jefe del Estado quién cree que deba ser el jefe del Gobierno”, puntualizó.