“Somos pro gobernabilidad, no somos pro Dina” me dice un dirigente de Alianza Para el Progreso (APP). Cuando le advierto que ello puede pasarles factura en la próxima contienda me replica: “Sabrán que somos el partido de la gobernabilidad, así se nos conocerá, esa es nuestra fuerza”. Vayamos a otra tienda ¿Qué son los de Somos Perú (SP) respecto a Dina?, le pregunto a un miembro de su alta dirección que coincide en el mismo término que el apepista: “Somos pro gobernabilidad”, pero agrega que están preocupados: “A raíz de los últimos sucesos, nos hemos reunido algunos miembros del CEN [Comité Ejecutivo Nacional], previendo qué pueda pasar si salen más cosas contra la presidenta [nuevas denuncias, audios, videos, etc.]”. Más allá de la preocupación por el futuro inmediato, no hay decisiones tomadas o propuestas de gobernabilidad dirigidas a Boluarte.
El fujimorismo, que es el principal sostén de la gobernabilidad en el Congreso, tiene una posición parecida. Entrevisté en RPP a Luis Galarreta, su secretario general. Como muchos ‘pro gobernabilidad’, plantea esperar los resultados de las investigaciones y prepararnos para eventos positivos como la cumbre de APEC en noviembre. Sin embargo, las reservas de capital político del gobierno –para usar términos de las calificadoras de riesgos- pueden agotarse mucho antes. Mis interlocutores de los partidos coinciden en que Dina anda tan errática y mal asesorada que se expuso a que la graben visitando a la oficina de su abogado cuando estaba intervenida. Eso les parece más grave que la desarticulación del equipo policial de apoyo al Eficcop. Bueno, no esperen que con investigados en sus filas los partidos sean hinchas de Marita Barreto y Harvey Colchado.
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Tú eres, Nicanor
Con Galarreta recordamos que Keiko Fujimori, durante el gobierno de PPK, solía decir que no usaría su fuerza política –mayoría absoluta en el Congreso- para hacer presión en pro de la liberación de su padre. De aquí se desprende una sugerencia, sino exigencia, para que la propia Boluarte contribuya a su sostenibilidad: que no se meta en la defensa de su hermano Nicanor y que deje que este absorba la mayor parte de la crisis. Galarreta también recordó que Keiko apareció hace unos meses sugiriendo cambios de ministros y recibió críticas por ello. De esta forma, descartaba plantear ajustes, al menos de forma pública. Por su lado, mi fuente apepista me lo dijo así: ‘no se puede ayudar a quien no se deja ayudar’. Además de esa fuente que no puedo citar, entrevisté a Luis Valdez, secretario general de APP, que acompañó a César Acuña en el consejo de estado regional (Dina, gobernadores y gabinete en pleno) y me contó que el público se sorprendería al ver la relación fluida entre ministros y ‘gores’. El gobierno no solo se muestra aquiescente con el Congreso sino con los ‘gores’ y con quien le brinde apoyo. ¡Tiempos difíciles para el equilibrio fiscal!
Todos los partidos niegan rotundamente haber pedido o recibido ministerios u otros cargos y obras públicas. Hasta APP niega que el MINSA a cargo de su dirigente César Vásquez sea una cuota, a pesar de evidencias de que bajo su gestión se ha contratado a algunas personas ligadas al partido y de que este tiene un interés político en el sector, como lo muestra el hecho de que la apepista Nelcy Heidinger presida la Comisión de Salud. Somos Perú niega enfáticamente que la nueva ministra de la Mujer, Teresa Hernández, afiliada suya, sea cuota o sugerencia partidaria. Ni siquiera admiten que sea un guiño de Boluarte, pero sí me contaron que cuando han conversado con Dina le han planteado los pedidos y fastidios de algunas de sus muchas autoridades locales (el partido tiene alrededor de 300 alcaldes y una media docena de gobernadores), sin éxito.
He aquí el dilema de los partidos. Sus bancadas y su alta dirigencia no quieren desaprovechar dos años de un Congreso con más libertad para saciar sus apetitos que nunca; pero sus autoridades y bases regionales están marcados por su ‘anti dinismo’. Veamos un ilustrativo ejemplo: Werner Salcedo, gobernador de Cusco por SP y presidente de la Asamblea Nacional de Gobernadores Regionales (ANGR), arrancó ‘anti Dina’ como su región mandaba. Marcó cierta distancia con SP por la tibieza de este ante el gobierno. No hace mucho, lanzó un furibundo comunicado de la ANGR que provocó que César Acuña liderara una réplica de otros gobernadores que quieren llevar la fiesta en paz con el gobierno. Una hipótesis subsidiaria de la crisis de los relojes es que Wilfredo Oscorima prestó un Rolex y buscó amansar a Salcedo como un favor para su amiga presidenta. Gesto que se pudo ahorrar, porque, como ya vimos, el gobierno tiene su propia estrategia hacia los ‘gores’.
Volvemos al quid del dilema partidario: ¿Cómo conciliar el carpe diem congresal con un futuro tan incierto donde el elenco actual tiene poco chance de sobrevivir? A Avanza País que, a diferencia de FP, APP o Somos, es un partido de perfil bajo alineado a su bancada, no le queda más remedio que dejar que cada miembro diga lo que quiera respecto a la continuidad de Boluarte. Es así que encontramos a Patricia Chirinos, la primera promotora de las vacancias contra Pedro Castillo y entusiasta de la sucesión y conversión de Dina; ahora apuntando al ‘no va más’ vacador. ‘Pero no les vamos a dar el gusto a los caviares’ es el argumento que frena a quienes piensan como Chirinos.
En julio se vence el plazo de afiliación a partidos para los candidatos a planchas presidenciales y al Congreso (hay un margen para que no afiliados postulen como invitados en las listas congresales, pero candidato presidenciable que no se afilie antes del ‘deadline’ se quedó fuera de la contienda). Ello va a definir el nuevo tono que muchos tomarán respecto del gobierno y afinar las correlaciones parlamentarias. Y Dina seguirá con los brazos abiertos a congresistas y gobernadores que se anoten es esta temporada contracíclica: dispendio improvisado y frivolidad pública para, quién sabe, espantar así a la creciente pobreza.