Este martes, el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, se presenta ante el Congreso de la República en busca del voto de confianza. Este Gabinete, el cuarto en el corto tiempo que lleva en marcha el Gobierno de Pedro Castillo, continúa dividido en facciones como sus predecesores, aunque la repartición del poder es distinta.
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Quizá el mayor cambio entre el primer equipo ministerial –presidido por Guido Bellido– y el actual está en el número de ministros que no responden a facciones particulares. Mientras que en el primero los independientes eran minoría (Juan Cadillo en Educación y Aníbal Torres en Justicia), el número de ministros sin cercanía a los partidos ha ido en aumento.
En el gabinete encabezado por Mirtha Vásquez, la cifra se triplicó (seis ministros eran independientes). Actualmente, en el gabinete Torres son nueve los ministros que no mantienen lazos con las organizaciones políticas.
El segundo grupo más grande en el Ejecutivo es el ‘castillista’, que incluye a los ministros que son personas de confianza de Pedro Castillo o miembros del magisterio. Lo integran el premier Aníbal Torres, Alfonso Chávarry (Interior), el congresista de Perú Libre Óscar Zea Choquechambi –miembro del ala magisterial de la bancada– y Geiner Alvarado (Vivienda). Juan Silva, quien renunció al MTC el pasado 28 de febrero, también conformaba esta facción. En su reemplazo, asumió la cartera Nicolás Bustamante Coronado, hombre de confianza de Silva y, al igual que el mandatario, originario de Chota (Cajamarca).
Pese a que al inicio del Gobierno, Aníbal Torres –entonces ministro de Justicia– era una figura independiente, el actual presidente del Consejo de Ministros se ha consolidado como uno de los miembros del Ejecutivo más cercanos al jefe de Estado. Según fuentes de El Comercio, “nunca le dice que no al presidente”.
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Chávarry, por su parte, es amigo del presidente Castillo, según fuentes en el gobierno. Como ya ha relatado este Diario, luego de la renuncia de Avelino Guillén al ministerio del Interior, Castillo le propuso a Mirtha Vásquez que sea que Chávarry quien asuma la cartera. La entonces premier se negó y luego presentó su denuncia.
El ‘cerronismo’, por su parte, ha perdido peso en el Ejecutivo. Pasó de tener cinco miembros en el gabinete Bellido a solo tres en el Torres: José Luis Gavidia (Defensa), Hernán Condori (Salud) y Carlos Palacios (Energía y Minas). Estos dos últimos son afiliados de Perú Libre desde el 2019, y sus nombramientos han sido defendidas públicamente Vladimir Cerrón.
La presencia del ‘cerronismo’ en el ministerio de Energía y Minas se ha afianzado con el nombramiento de Palacios. Una muestra de ello sería la designación de Ángel Sebastián Rojas Cerrón como jefe de la Oficina Imagen Institucional de la entidad. Rojas, militante de Perú Libre, fue uno de los intervenidos durante el allanamiento fiscal a los inmuebles del partido por el caso “Los Dinámicos del Centro”.
En cuanto a Gavidia, fuentes de El Comercio en el Ejecutivo señalaron que el hermano del actual titular de Defensa fue propuesto insistentemente por el excongresista Roger Nájar –cercano al presidente Castillo– para que asumiera la dirección de la Autoridad de Reconstrucción con Cambios.
Otro grupo que se ha reducido en el gobierno es el integrado por miembros de partidos políticos aliados. Mientras que en el gabinete Bellido seis ministros representaban la cuota de organizaciones aliadas de izquierda, actualmente solo dos están relacionados a partidos distintos al de gobierno.
Se trata del congresista de Juntos por el Perú, Roberto Sánchez –quien encabeza el ministerio de Comercio Exterior y Turismo desde inicios de la gestión de Pedro Castillo– y Alejandro Salas, titular de Cultura. Salas es excandidato al Congreso por Somos Perú y, si bien está afiliado al partido del corazón desde el 2018, pidió licencia a mediados de febrero, según relató Fernando Vivas en este Diario.
La mano del ‘Gabinete en las sombras’
Tras la crisis que desató las renuncias de la expremier Mirtha Vásquez y el ex titular del Interior Avelino Guillén, estos y otros funcionarios salientes revelaron la existencia de un grupo de asesores cercanos a Pedro Castillo que incidiría en decisiones políticas del presidente. El exsecretario general de Despacho Presidencial, Carlos Jaico, denunció también la existencia de un “gabinete en las sombras”.
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La influencia de este grupo se habría consolidado en los últimos meses, y una muestra de esto sería que algunos de los actuales ministros fueron propuestos por ellos.
Según fuentes de El Comercio, el ministro de Economía Óscar Graham fue sugerido por el ex consultor de la Secretaría General de la Presidencia, Biberto Castillo. Este, además, habría propuesto –secundado por el subsecretario general de Despacho Presidencial, Beder Camacho– a Rosendo Serna, titular de Educación.
Por su parte, el vínculo de Pedro Castillo con César Landa, canciller desde el gabinete Valer, habría sido Aúner Vásquez, exjefe del gabinete técnico de Despacho Presidencial. Se desconoce, sin embargo, si el abogado constitucionalista fue propuesto por el exfuncionario para ocupar el ministerio de Relaciones Exteriores.
Según el politólogo Omar Awapara, el denominado “gabinete en las sombras” estaría representando, en la práctica, “una especie de contrapeso del cerronismo y otras fuerzas políticas”. Ello, debido a que los ministros propuestos por los asesores tienen un perfil “no tan político, sino más técnico o académico”.
En busca de la popularidad perdida
En el tiempo entre la designación del gabinete Torres y el pedido del voto de confianza ante el Congreso, el gobierno ha impulsado una serie de medidas que tendrían como finalidad recuperar respaldo popular, relataron fuentes de este Diario.
El pasado 28 de febrero, el Ministerio de Salud dejó sin efecto diversas restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19. La más llamativa fue la ampliación del aforo al 100% en los negocios. Esta, según pudo conocer El Comercio, fue una de las decisiones tomadas en búsqueda de un aumento de aprobación. El ministro de Salud, Hernán Condori, ha negado que se trate de una decisión populista.
Otra de medida con la que se buscaría recobrar el respaldo es el aumento del salario mínimo vital. A finales de febrero, la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Betssy Chávez, anunció que el gobierno estaba a la espera de un informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) para definir dicho incremento.
Para Awapara, las medidas, pese a ser populares, no serían suficientes para revertir la desaprobación del Ejecutivo.
“Sospecho que más ruido hacen todos los cuestionamientos que estamos viendo en torno al caso Karelim López y al manejo de la gestión pública. Tratar de neutralizar eso es difícil”, señala.
En el Congreso, por otro lado, los ánimos continúan agitados. Fuentes de El Comercio en la oposición señalaron tener el temor de que en el voto por la investidura algunas la ausencia de congresistas y el voto a favor de algunos miembros de Avanza País y Renovación Popular inclinen la balanza hacia el Gobierno, tal como ocurrió con el gabinete de Mirtha Vásquez.
Asimismo, se teme que bancadas como Acción Popular y Alianza para el Progreso (APP) respalden al gabinete Torres. Ello, debido a que el pasado viernes 25 de febrero miembros de dichos grupos dejaron sin quórum la sesión de la comisión de acusaciones constitucionales en la que se iba a discutir la denuncia contra Pedro Castillo. Como se recuerda, APP ha puesto como condición para dar el voto de confianza la salida de los ministros de Energía y Minas, Salud, Justicia, Transportes y Comunicaciones. Este último es el único que ha sido reemplazado hasta el momento.
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