La más reciente crisis política, generada a raíz de la orden de inmovilización dictada por el Ejecutivo el lunes por la noche, ha colocado al gobierno de Pedro Castillo contra las cuerdas. Tras el anuncio, distintas entidades, líderes y organizaciones políticas –inclusive las aliadas de izquierda– rechazaron la medida y exhortaron al mandatario dejarla sin efecto (lo que anunció durante su reunión en el Congreso, pero no cumplió).
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En este contexto, los politólogos Mauricio Zavaleta, Katherine Zegarra y Omar Awapara dialogaron con El Comercio sobre los posibles desenlaces en el escenario político.
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1. Vacancia presidencial
El pasado 28 de marzo, el Congreso rechazó la moción de vacancia presidencial por incapacidad moral permanente impulsada por la oposición. Para aprobarse, esta requería alcanzar 87 votos favorables, pero obtuvo tan solo 55. 54 votaron en contra y 19 se abstuvieron.
Aquel no fue el primer intento de destituir al presidente desde el Parlamento. En noviembre del 2021, la congresista de Avanza País Patricia Chirinos presentó una moción de vacancia por incapacidad moral permanente contra Pedro Castillo; esta, sin embargo, el Parlamento rechazó continuar con el proceso.
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Consultados sobre si la crisis actual podría cambiar los ánimos en el Parlamento y permitir que una nueva moción de vacancia alcance los 87 votos necesarios para aprobarse, los analistas políticos coincidieron en que es una posibilidad, aunque remota.
Para el politólogo Omar Awapara, la posibilidad de una nueva moción de vacancia es menor debido, en parte, al poco tiempo que ha transcurrido desde la anterior. Además, considera que para que un intento de destitución prospere debe ocurrir una fractura dentro del mismo gobierno y en la bancada oficialista.
“Aunque ha habido critica de parte de la izquierda, no sé si llegue a ser suficiente para impulsar una vacancia. Si hubiera un quiebre en la unidad del gobierno, renuncias de ministros, algún tipo de división, quizá sí podría darse. Pero en tanto aún no se ha visto eso, los números (de votos a favor o en contra) no terminan de cambiar”, indica.
El politólogo agrega que, en este sentido, “le haría daño al Congreso ir por una tercera moción de vacancia si no están seguros de que tendrán los votos”.
Por su parte, la politóloga Katherine Zegarra sostiene que, si bien “la posibilidad” de que el Legislativo impulse una nueva moción de vacancia “siempre existe” dependerá de la respuesta del gobierno.
“Si el Ejecutivo reacciona rápido y se da cuenta de que esta medida (el toque de queda) no solamente es impopular, sino que no cumple el objetivo que busca, va a tener que retroceder”, señala.
Según el politólogo Mauricio Zavaleta, en caso las movilizaciones continúen y las próximas encuestas den cuenta de una aprobación presidencial muy baja, los congresistas que apoyaron a Castillo en la última moción de vacancia podrían votar de manera distinta.
“A muchos congresistas les conviene mantener a Castillo en el poder, porque les permite avanzar en intereses políticos o personales. Sin embargo, una cosa es mantener en el poder a un presidente relativamente popular y otra es mantener con tus votos a un presidente repudiado por la ciudadanía de manera casi total. Si la aprobación del presidente cae por debajo de los dos dígitos, los costos de mantenerlo en el poder se vuelven demasiado altos”, considera.
2. Renuncia de Pedro Castillo a la presidencia
En medio de la polémica por la orden de aislamiento social obligatorio y el estallido social, distintos líderes políticos vienen solicitando al jefe de Estado dar un paso al costado.
Para Awapara, este escenario es poco probable en la medida en que Pedro Castillo no pareciera estar al tanto del nivel de molestia en la ciudadanía.
“Pedro Castillo es un presidente relativamente aislado, que no ve las noticias y no está percibiendo el nivel de indignación en las calles. Entonces, para él esto puede seguir siendo parte de un complot o boicot en su contra. No sé si el presidente tenga la capacidad de darse cuenta de sus errores y del impacto que tiene en la ciudadanía”, señala.
Zegarra coincide. “El presidente parece no entender el escenario político y el ánimo ciudadano que altamente lo rechaza, y al no comprender esa realidad puede ser que no renuncie”, afirma.
Para la analista, sin embargo, una eventual dimisión del mandatario dependerá de la reacción de la ciudadanía ante una eventual continuidad de la crisis.
“Hemos visto anteriormente que, ante la indignación ciudadana, el Ejecutivo reacciona. Tardíamente, pero reacciona. Vamos a ver si la medida (el toque de queda) queda como una pésima anécdota o si es que abre la posibilidad de la renuncia”, señala.
Zavaleta, por su parte, discrepa. Para él, la renuncia del jefe de Estado es “el escenario más factible”. Ello, principalmente, debido a la falta de la legitimidad del gobierno.
“Para uno mantenerse en el poder necesita un mínimo de legitimidad. A diferencia de Manuel Merino, Pedro Castillo fue electo por las urnas. Eso le confiere una legitimidad mayor, pero igual necesita mantener cierta base mínima que el presidente está minando de manera muy acelerada. Creo que si esto termina de minarse en los siguientes días o meses, su presidencia se hace insostenible”, asegura.
3. Superación de la crisis
Según Awapara, un posible desenlace es que el Ejecutivo y el Congreso coincidan en una agenda populista que les permita a ambos poderes recuperar el respaldo ciudadano.
“Eso ocurrió en el año 2020, a partir de la crisis por la pandemia. El Congreso, con medidas populistas, aumentó su popularidad. Eso es una tentación para un Congreso como el actual, que está venido a menos y que, además, tiene entre sus integrantes a congresistas cercanos a los gremios afectados”, dice.
En esa línea, Zavaleta precisa que si el gobierno ha logrado superar tantas crisis en lo que va de su mandato es, principalmente, debido a la cantidad de bancadas y facciones que existen en el Parlamento, la cual dificulta la obtención de los votos necesarios para medidas que pueden golpear al Ejecutivo.
“El Congreso está muy fragmentado, lo cual le ha permitido a Castillo negociar con congresistas particulares y mantenerse en el poder. La estabilidad del presidente responde a eso. Pero para un presidente como él, cuya única base de apoyo eran, supuestamente, las regiones, que tengas movilización regional creo que ya lo pone, por lo menos, en jaque. Quizá Castillo puede manejar perder el apoyo del Congreso, pero no el de la ciudadanía. Si tiene una aprobación de un dígito, si las manifestaciones se sostienen, su presidencia va terminar de una manera u otra”, asevera.
El analista concluye que, incluso si se superara la crisis actual, sería una “victoria pírrica”. “La siguiente es muy probable que no la cuente”, asegura.
Para Zegarra, si bien en el corto plazo podría reducirse la intensidad de las protestas a través de negociaciones, lo más probable es que otros conflictos sociales se activen posteriormente.
“Probablemente vamos a tener que vivir múltiples incendios en este gobierno. Entonces, podría bajar la intensidad del conflicto, más no solucionarlo”, indica.
Mira aquí parte de la reunión de la Junta de Portavoces y el presidente Pedro Castillo:
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