El pasado 9 de junio, en la segunda vuelta electoral, el sur fue la región del país donde Pedro Castillo halló mayor respaldo. Sin embargo, al tercer mes de su mandato, esa zona no solo se aleja de aquel entusiasmo electoral, sino que se erige como la de mayor recelo frente al actual gobierno.
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Este Diario revisó las cifras del respaldo a Castillo por región en los primeros tres meses de gobierno y encontró que el sur fue la única zona del país en la que la aprobación no aumentó ni se mantuvo. Por el contrario, registró un leve retroceso de 3 puntos porcentuales, según las mediciones de El Comercio-Ipsos.
En cuanto a la desaprobación, la diferencia fue aún más notoria: mientras que en las demás regiones el rechazo no tuvo variaciones relevantes, la desaprobación al mandatario en el sur pasó de 21% en agosto a 32% en octubre. El principal aumento se dio entre agosto y setiembre, con un incremento de 8 puntos porcentuales.
Por otro lado, el mayor respaldo en los primeros tres meses de gobierno se dio en el oriente del país, donde aumentó en 13 puntos porcentuales entre agosto y octubre. La región centro también registró un crecimiento sostenido y pasó de 44% en agosto a 52% en octubre.
Altas expectativas
Los analistas consultados por este Diario coinciden que la mayor desaprobación en el sur podría responder a una sensación de expectativas defraudadas. “Pedro Castillo iba a ser el presidente de los cambios y en el sur, que es una región con muchas demandas, hay poca paciencia”, señala Omar Awapara, director de la carrera de Ciencias Políticas de la UPC.
En la misma línea, el politólogo Gonzalo Banda indica que en el sur, una zona caracterizada por exigir mayor presencia del Estado, “las expectativas del gobierno de Castillo son muy altas”. Entre las demandas más urgentes de la región, explica, están las referidas al conflicto minero de Las Bambas, por el cual se han generado múltiples paros en el Corredor Minero del Sur.
El pasado 2 de agosto, el entonces primer ministro Guido Bellido anunció que en un plazo de 60 días se daría solución al conflicto del corredor en Chumbivilcas, provincia en la que Castillo obtuvo el 96,4% de votos en la segunda vuelta. La promesa no se cumplió. El último lunes, el corredor fue bloqueado nuevamente en Apurímac. Los huelguistas exigen la presencia del mismo jefe del Estado.
“[La del sur] No es una población dócil con los gobernantes. Si no muestras capacidad de liderazgo, si no cumples tus promesas, se te van a voltear”, sostiene Banda.
Según la politóloga Katherine Zegarra, el hecho de que se esté hablando sobre una posible “humalización” de Castillo –en referencia a la moderación del exmandatario Ollanta Humala– podría explicar el recelo en la parte sur del país.
Menor rechazo
Además de la medición por región, se registraron movimientos relevantes en el respaldo al presidente Pedro Castillo en los niveles socioeconómicos (NSE).
Salvo en el NSE “D” –donde la aprobación al jefe del Estado subió 7 puntos porcentuales de agosto a octubre–, no se registraron mayores variaciones en el apoyo a su gestión.
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Distinta es la situación en la desaprobación. En los primeros tres meses de gobierno, el rechazo a Pedro Castillo disminuyó únicamente en el NSE “A”, con una variación de 8 puntos porcentuales. Pese a ello, la cifra de desaprobación en dicho sector continúa siendo la más alta, con un 81% en octubre.
Por otro lado, donde más creció el rechazo fue en el NSE “B”, que pasó de 59% en agosto a 67% en octubre.
Para Awapara, la disminución en la desaprobación en el NSE “A” respondería a que “más allá del Gabinete de [Guido Bellido], no ha habido medidas radicales en un inicio”.
En la misma línea, el analista político Gonzalo Zegarra indica que la caída podría reflejar el sentir de aquellas personas que ven con buenos ojos una supuesta ”humalización” del gobierno.
Banda, por su parte, sostiene que debido a decisiones como la ratificación de Julio Velarde en el Banco Central de Reserva (BCR), en parte del sector “A” habría la percepción de que Castillo “no resultó ser el monstruo de siete cabezas que se devoraría a la clase alta”.
No se desmorona
Durante los últimos 20 años, todos los presidentes, salvo Ollanta Humala, sufrieron una reducción de aprobación entre el primer y el tercer mes de gobierno. Pedro Castillo, sin embargo, ha logrado mantener su respaldo a pesar de los múltiples cuestionamientos a su gobierno.
Según Katherine Zegarra, a pesar de los escándalos protagonizados por personas de su entorno, el mandatario mantiene un activo personal, pues parte de la población percibe que su imagen “no está manchada por temas de corrupción”.
Para Banda, a Castillo “le está alcanzando todavía el valor simbólico de la elección” y su respaldo podría responder a una cuestión de identificación de los sectores más desfavorecidos con él.
La aprobación entre mujeres se mantiene esquiva
La aprobación del presidente aumentó en siete puntos porcentuales entre agosto (38%) y octubre (45%) en la población masculina. Esto no se repitió en el caso de las mujeres, cuyo respaldo se mantuvo estable (38% en agosto y 40% en octubre).
En setiembre, El Comercio informó que el rechazo a Castillo provenía mayoritariamente de la población femenina.
Según Katherine Zegarra, el hecho de que los derechos de las mujeres “no parecieran estar en las prioridades de Castillo” podría estar generando que la aprobación femenina le sea “mucho más esquiva”.
Entre los distintos grupos etarios, el respaldo de Pedro Castillo creció más entre los más jóvenes. Así, las personas entre 18 a 25 años de edad pasaron de aprobar al mandatario de un 39% en agosto a un 46% en octubre.
Por el contrario, la popularidad registró el menor crecimiento entre los mayores de 43 años. En ese grupo además es en el que el que más aumentó el rechazo al presidente.
Omar Awapara considera que el mayor respaldo en los jóvenes podría explicarse en que en este gobierno se ha incrementado el rango de edad para la vacunación contra el COVID-19.
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