Desde la, que se realiza en Paracas (Ica), el analista político consideró que el gobierno de , al presentar una cuestión de confianza ante el Parlamento, “trata de colocar de nuevo las piezas para un escenario de confrontación” con ese poder del Estado.

— El primer ministro, Aníbal Torres, ante el Congreso, para que este debata un proyecto del Ejecutivo que busca derogar la norma que regula esta figura. ¿Esta medida busca distraer al Parlamento y a la opinión pública de los recientes exabruptos del jefe del Gabinete?

Atribuirle muchísima sofisticación a la estrategia del gobierno sería una cuestión que queda para el análisis, yo creo que lo que está buscando el Ejecutivo es otra vez iniciar una especie de confrontación con el Congreso que a otros Ejecutivos les ha servido en momentos de escasa popularidad o cuando enfrentan momentos de crisis, les permite respirar. Yo interpretaría esto como parte de la dinámica que se inauguró en la política peruana hace algunos años. No creo que solo tenga que ver con las declaraciones del primer ministro, porque si bien Torres tiene estas expresiones, creo que son un conjunto de errores los que han ido desgastando al Ejecutivo en las últimas semanas. Esto responde más a otra estrategia, que es la de volver a confrontar con el Congreso y que este pueda responder elevando un poco los decibeles de cara a lo que podría ser la visita de la delegación de la OEA.

— ¿La cuestión de confianza puede profundizar el enfrentamiento abierto entre un sector del Congreso y el gobierno a dos semanas de la llegada de la misión de la OEA?

El presidente del Consejo de Ministros va a asistir al pleno, seguramente, y ahí habrá una discusión política entre Torres y los congresistas, vamos a ver una escena de polarización […] Yo creo que el Ejecutivo trata de colocar de nuevo las piezas para un escenario de confrontación con el Legislativo, y que esto le signifique una oportunidad política en el corto plazo.

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— ¿Hasta dónde puede escalar este nuevo conflicto?

Lo que está planteando el Ejecutivo es hacer cuestión de confianza sobre una ley que regula la cuestión de confianza, una ley que derogaría esta norma que regula la cuestión de confianza, una norma que ya ha sido confirmada por el Tribunal Constitucional. Entonces, es una interpretación bastante antojadiza del uso de esta atribución de cuestión de confianza, yo realmente en el plano jurídico no veo cómo pueda proceder esta medida frente a una ley [del Congreso] que ya ha sido confirmada por el Tribunal Constitucional. He escuchado las declaraciones de la ministra Betssy Chávez, en el sentido, de que esto forma parte de una política de Estado, tratando de jalar un poco la cuerda hasta ese nivel. Pero en el texto de la carta no ha quedado clara su intención. Me parece que ellos van a ajustar la estrategia hasta el día de la sesión, que les permita hacer cuestión de confianza por un acto de gobierno.

Acuérdate que la cuestión de confianza y esto es parte del vacío que tenemos, porque en el momento que se pudo interpretar convenientemente, no lo hicimos y claro hemos dejado estos vacíos, y en estos vacíos el Ejecutivo está tratando de ver cómo evoluciona esto, ni ellos mismos tienen claro el camino que va a transitar, y las declaraciones de Chávez son prueba de ello, y tal vez van a meter algún otro tipo de cosa, no sabemos cómo se terminará de definir.

— ¿Qué rol puede cumplir la misión de la OEA para hallar una salida institucional a la crisis?

En el caso peruano creo que lo que busca cancillería es tratar de afirmar el respaldo internacional al gobierno de Pedro Castillo como tal. Y la única manera que se dé eso, es que la misión [de la OEA] llegue a un país que esté completamente polarizado, donde hubiese una persecución política contra el gobierno, donde los medios de comunicación hayan sido tomado totalmente por la oposición gubernamental, creo que la peor forma que tendría la oposición de recibir a la misión de la OEA sería entre gritos e insultos, eso en lugar de hacerle bien a la causa de la oposición generaría en los observadores un informe que seguramente sería crítico frente a la hostilidad.

Si la oposición política se comporta de manera pueril, decide tirar la puerta, organizarle plantones y otras cosas que hemos visto en los últimos meses, creo que en lugar de robustecer la causa que están defendiendo, le darían la razón al gobierno en su estrategia que ha decidido trazar en el ámbito internacional de afirmar que en el Perú está en desarrollo un golpe de Estado. Por ahí va un poco el escenario. Si los observadores de la OEA vienen y ven que el Perú a pesar de ser un país que tiene sus dificultades, lo que sucede está dentro de lo esperable, dentro de un sistema democrático, donde el Congreso, la fiscalía y el Poder Judicial hacen su trabajo, los medios de comunicación también, la OEA también debería reportar eso.

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— ¿No le podría salir el tiro por la culata a Castillo al haber invocado la Carta Democrática? Y lo digo porque hay órganos independientes como contraloría, Defensoría del Pueblo y procuraduría general que han sido críticos con el gobierno por nombramientos irregulares, destituciones abusivas y por los presuntos actos de corrupción que envuelven al presidente.

Sí, osea es que eso es lo que precisamente no daría pie a que pueda interpretar la comisión o la delegación de la OEA, no debería interpretar aquí una cuestión contraria a los principios democráticos y a la carta. Algún observador podría decir sí pues, hay algunos congresistas que tienen una línea de oposición, también hay medios de comunicación y hay instituciones que tienen un ánimo contra el gobierno, pero, además, hay organismos constitucionalmente autónomos, como los que acabas de mencionar, que simplemente están detallando eso [los presuntos actos de corrupción de la administración Castillo]. Y si esos organismos se entrevistan con la delegación, lo normal es que la OEA pueda hacer un informe donde diga “estos señores más allá de todo, están diciéndonos que lo que están haciendo es cumplir con su mandato”. Yo no veo problemas ahí, el problema no está en la misión ni en los organismos constitucionalmente autónomos, sino de nuevo un sector que puede polarizar la visita, y ahí hay un vacío que no hemos sabido interpretar, porque hay mucha hostilidad en lo que podría ser esta visita, entendiendo que ha sido propiciada por la cancillería. Personalmente, creo que le harían un gran favor a la teoría del golpe de Estado si es que se recurre a un ambiente de hostilidad.

“La peor forma que tendría la oposición de recibir a la misión de la OEA sería entre gritos e insultos”, afirmó Banda. (Foto: Kely de la Cruz | Cortesía CADE)
“La peor forma que tendría la oposición de recibir a la misión de la OEA sería entre gritos e insultos”, afirmó Banda. (Foto: Kely de la Cruz | Cortesía CADE)

— La oposición en el Parlamento no tiene los 87 votos para la vacancia del presidente Castillo, pero sí tienen poco más de 66 votos para aprobar el adelanto a elecciones generales y que esta propuesta se someta a referéndum. ¿Por qué cree no han activado esta carta?

Bueno, pues porque en el fondo, y lo hemos escuchado en anteriores oportunidades, varios líderes de la oposición dicen que adelantar las elecciones generales sería claudicar y darle la razón a este gobierno. Y, además, refieren que ellos se sienten empoderados para liderar esta transición política. Entonces, es evidente que detrás de esto hay una ambición de recuperar el poder por parte de un sector de la esfera política peruana, porque si el asunto fuese completamente de desprendimiento y que hay una crisis política, esto se zanjaría rápidamente como se hizo en el 2000 cuando se dio lo de Fujimori, estas situaciones necesitan decisiones que puedan escapar a la coyuntura y a las propias ambiciones personales. Entonces, no existen esos ánimos ahorita entre la clase política, pragmáticamente se podría resolver el pleito bastante más rápido de lo que ellos mismos quieren. Si los congresistas quieren dar una salida política [a la crisis], tendrían que acelerar las cosas de otra manera. El estatus quo que tenemos es el mismo de hace seis o siete meses, esto de la vacancia, del adelanto de elecciones, se viene incubando hace meses y esa incubación no ha dado pie a nada, hemos entrado a un momento político de inamovilidad, a un laberinto del cual no podemos salir.

— Si el Parlamento logra destituir a Castillo, ¿cuáles podrían ser las consecuencias para el Congreso?

El asunto aquí es que, si se consiguen los votos de la vacancia y no se precipita un hecho de adelanto de elecciones generales, lo que vamos a tener es una especie de flashback a lo que se tuvo en noviembre de 2020: un Congreso que creyó que podía gobernar el país, pero con una alta desaprobación ciudadana que le terminó pasando factura rápidamente. Entonces, ahí va a haber un problema. Y lo mismo sucedería si es que el Parlamento termina por suspender al presidente y no se da un tránsito a esa situación dramática.

Ahora, la otra hipótesis es que la gente en este momento no tiene en su cabeza o, por lo menos, no está involucrada completamente en la búsqueda de un activismo ciudadano, o de participar e involucrarse en esto. A pesar de la última marcha, la gran mayoría de los peruanos no se moviliza y esa anomía es algo que puede ser incorporada a esta ecuación. La movilización de 2020, con todo lo que se puede criticar, sí fue un momento donde la ciudadanía más allá de las causas que defendía decidió pronunciarse. ¿Ese momento volverá a pasar en el Perú? Creo que dada la polarización que suponen estas últimas marchas, yo tendría a creer que no por ahora. El escenario sería básicamente uno que podría parecerse [a noviembre de 2020], pero con una reserva, que es que no tenemos una sociedad movilizada y espontánea como aquel entonces, que tuvo impacto nacional. Ese escenario en ese momento todavía no se ha dado, pero podría activarse si hay esta especie de resolución donde el Congreso decide liberarse de Castillo y seguir adelante [sin llamar a un adelanto de elecciones].

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— ¿El presidente Castillo debe presentarse en la CADE? ¿Por qué?

El primer ministro fue a Perumin y tuvo un discurso que, incluso, fue celebrado por el auditorio cuando habló un poco de inversión minera, me parece que CADE es un espacio que le permite al presidente un diálogo con actores empresariales, pero claro, el momento político parece ser un momento distinto dentro de su estrategia, creo que está intentando volver armar una narrativa de oposición con el Legislativo, y ahí es donde no sé si dentro de su cálculo político, esta pieza encaje. ¿El presidente debería venir a la CADE? Sí, claro que debería, ya cómo se desenvuelvan los hechos aquí [en Paracas], eso sería materia de sus asesores. A mí no me queda duda que un presidente populista, cualquiera de los presidentes populistas de izquierda no desaprovecharía este tipo de foros, porque tienden a marcar incluso dentro de su base de votantes un momento importante, porque a veces los presidentes lo aprovechan para dar un mensaje, pero creo que Castillo no se ha caracterizado por eso y no sé si vaya a innovar en los próximos días. Pero debería aprovechar la oportunidad, hasta políticamente le puede convenir.